Top models y reinas del estilo: las mujeres que han marcado la vida de Richard Gere

Hubo un tiempo, allá por los 80-90 del pasado siglo, en que mentar a Richard Gere era referirse a la belleza ideal del varón, del mismo modo que décadas atrás se habían usado como modelos de referencia Robert Redford o Paul Newman (lo de Al Pacino era otra cosa, más 'malota') y después se utilizaría a Brad Pitt, penúltimo depositario de esa virtud casi sobrenatural que es la hermosura. Porque sí, la belleza natural, sin aditivos, es rara, digan lo que digan ahora quienes promueven el verla por todas partes, hasta en la caca de una hiena. En cualquier caso, volviendo a nuestro protagonista, con él ocurrió algo singular. En 1994, tres años después de casarse con la supermodelo Cindy Crawford, la pareja publicó en el Times una nota donde se desmentía ¡la homosexualidad de él!, un rumor que se había hecho global cuando todavía no existía la globalización y que dio muchos quebraderos al actor (que llegó a sacarse el pene en una rueda de prensa cuando una periodista le preguntó por su orientación sexual, vaya cosas de preguntar). En aquella nota, cuyo fin era desmentir que el suyo fuese un matrimonio de conveniencia (porque era imposible que dos guapos tan guapos se enamorasen), se leía: "Somos heterosexuales y monógamos y nos tomamos nuestro compromiso el uno con el otro muy en serio". Impensable hoy en día la aclaración. ¿O no? El caso es que a las sospechas sobre la sexualidad de Gere contribuyó también el hecho de su discreta vida amorosa. Antes había menos paparazzi que ahora y era más fácil mantener alejados a los medios. Pero menos visibilidad no significa que no hubiese affaires. Si es una exageración decir que Gere ha sido un Don Juan también lo es afirmar que haya ejercido de monje cartujo (o tibetano, más de su rollo). Su relación con las mujeres ha sido intensa, madre incluida (de las dos hermanas, poco se sabe). Tampoco nos podemos dejar en el tintero a las amigas íntimas. Señoras, pasen y vean. Y si son 'generación Gere', envidien.