La lencería fina (y a veces también la basta) se hace fuerte en la pasarela y en la calle. Bragas y sujetadores a la vista también en invierno, ¿qué significa?

Parecía una moda pasajera, pero no. Una forma de llamar la atención en la pasarela, pero tampoco (hemos visto bragas bajo piezas de encaje transparente incluso en bodas, palabra de honor). Y después de prestar mucha atención a las últimas semanas de la moda de Milán y París podemos afirmar sin temor a equivocarnos que la corsetería a la vista, especialmente los sujetadores, siguen en lo más alto del podio de las tendencias. Cabe plantearse, incluso, si lo que está cambiando, y de ahí lo reiterativo del asunto, es nuestro concepto de ropa interior-exterior. Qué es corsetería y qué no lo es. Qué parte de nuestro cuerpo es privada y cuál no. El caso es que gran parte de los directores creativos que marcan la pauta (ya no hablamos de marcas más alternativas aunque igualmente influyentes, como Dion Lee) han sacado sujetadores en sus pasarelas, convirtiéndolos en un top multiusos que lo mismo encaja en un look denim (Stella McCartney) que en uno boho chic(Chloe), un sofisticado viuda negra(Valentino, Balenciaga) o un HCL (historicist cool look), como los mostrados por Dolce & Gabanna o los (irónicos) del holandés Duran Lantik. Si algunos pueden ver en este sacar el sostén de paseo (cuando no la braga o las medias con liguero) una metáfora de la sexualidad desbocada de nuestro tiempo (esa de la que tanto se habla pero que, según todos los datos, no existe ni en pintura, igual es que hemos desviado el impulso erótico hacia el consumo de ropa), también es fácil desembocar en la tesis contraria. En la de que lo de enseñar teta no cuaja, por mucho que el free the nipple llegara incluso a la alfombra roja. Al final, va a ser que el tapar no se va a acabar. FOTOS: LAUNCHMETRICS SPOTLIGHT