Un total de 53.471 trabajadores solicitaron en España en 2024 una excedencia para el cuidado de menores de edad o familiares.45.118 de ellos eran mujeres, es decir un 84,4 por 100, frente a 8.353 hombres, un 15,6 por 100. Por comunidades la situación es más o menos homogénea y sólo mejora ligeramente en Canarias, donde el porcentaje de hombres sobre el total de solicitantes fue del 23 por 100. Los datos reflejan cómo las responsabilidades familiares siguen siendo cosa de las mujeres incluso cuando tienen un empleo fuera del hogar.
Ese desequilibrio pone de manifiesto que son ellas muy mayoritariamente las que sacrifican su sueldo y, en muchos casos, su carrera profesional para atender a la familia; y tiene mucho que ver con la realidad de un mercado laboral que sigue arrojando profundas diferencias en condiciones salariales y en niveles de precariedad.
Así, por ejemplo, según datos del Observatorio Argos del Servicio Andaluz de Empleo (SAE), los hombres perciben aún un 7,32% más de salario bruto por hora trabajada que las mujeres, pese a que la brecha salarial se ha reducido en Andalucía casi dos puntos (1,9) en el último año, y 5,54 puntos desde 2008.
El mismo informe apunta que la población parada femenina es de 366.000 personas, el 53,64% de los parados totales en Andalucía, donde la tasa de paro se sitúa en el 19,19% en el caso de las mujeres, cinco puntos más que la de los hombres y su incidencia es mayor entre las mujeres más jóvenes.
Otra característica del mercado laboral tiene que ver con el alto porcentaje de contratos a jornada parcial entre las mujeres, con una incidencia del 37,99 por 100, lo que duplica la tasa registrada entre los hombres, que es del 17,55 por 100. Los analistas apuntan a que esta realidad está relacionada sin duda, no sólo con una mayor oferta del trabajo a tiempo parcial en sectores feminizados, sino con la necesidad de muchas mujeres trabajadoras de conciliar su vida laboral con sus obligaciones familiares.
Con más contratos a tiempo parcial y peores salarios entre las mujeres, son ellas las que renuncian temporal o definitivamente al trabajo fuera del hogar cuando en la familia hace falta dedicar horas de atención a los menores de edad o dependientes, tal y como se constata en las estadísticas.
La consejera andaluza de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad, Loles López, subrayaba este viernes estos datos en el transcurso de una intervención en la que dio a conocer la campaña de la Junta puesta en marcha en favor de un reparto más igualitario de las cargas familiares. Con un presupuesto de 3 millones de euros, la Junta ha difundido una serie de vídeos en los que se resumen, en un tono desenfadado e irónico, varios mandamientos de la ficticia Ley de ya era hora de ser corresponsables y conciliar de verdad,con la que pretende dar un vuelco a las estadísticas.
El "articulado" de esa ley imaginaria recoge, en clave de humor, que "ninguna tarea será discriminada por razones de sexo, edad, raza, opinión o costumbre; que todo andaluz o andaluza es igual ante la plancha y la ropa arrugada; que toda casa tiene derecho a estar como los chorros del oro pero solo si se hace entre todos; que toda familia tiene derecho a cuidar de la abuela y dejarle ver a Juan y Medio por la tarde o que toda pataleta, risa o marrón irrespirable será solucionado por el familiar más cercano".