En su primer año de gobierno el número de inmigrantes llegados en patera bajó, lo que invitaba al optimismo. Sin embargo, el segundo año la cifra se ha disparado, impulsada por cuestiones geopolíticas y un efecto llamada que no cesa. La presidenta balear, Marga Prohens, ha ido alzando la voz a medida que avanza su mandato. Pide refuerzos y una política de Estado que proteja las fronteras y disuada a las mafias que trafican con vidas humanas.
- Este año se ha duplicado la llegada de inmigrantes en patera a Baleares, superando por primera vez el umbral de las 5.000 personas. ¿Cómo lo valora? ¿Le parece alarmante?
- Sí, a estas alturas está claro que tenemos una ruta migratoria consolidada con Argelia, aunque Marlaska y Sánchez lo nieguen. Además, el aumento en la llegada de pateras está siendo exponencial: en todo 2016 nos llegaron dos pateras con 22 personas, en 2019 ya estábamos en más de 507 migrantes en un año, en 2021, 2022 y 2023 superábamos los 2.000 y este año ya hemos superado los 5.000. Si continúa esta tendencia, en menos de una década en las Islas Baleares podemos tener un drama humanitario como el que vive Canarias
- ¿Por qué siguen incrementándose? ¿Influye la mala relación de España con Argelia?
- Cuando se rompieron las relaciones entre el Gobierno de Sánchez y Argelia, estando nosotros en la oposición, alertamos de las posibles consecuencias en los flujos migratorios hacia nuestras islas, ya que hablamos de un país clave en el control de esos flujos. Lamentablemente, el tiempo nos ha dado la razón y hoy somos la comunidad más perjudicada por la política exterior de Sánchez.
- ¿Qué problemas genera este fenómeno en Baleares?
- La llegada de pateras está provocando, por una parte, que se vean desbordadas las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, a las que también les faltan medios. Hay más de 200 vacantes sin cubrir, según denuncian los sindicatos. Y, por otra, la sobreocupación del servicio de protección de menores en las cuatro islas, que se traslada también a otros servicios.
- ¿No puede asumir la administración balear la tutela de esos menores no acompañados que llegan en patera?
- Los consells insulares, que son los que tienen las competencias en la tutela de menores, ya se encuentran en estos momentos con una enorme dificultad para disponer de espacios y profesionales que los atiendan correctamente. Todo ello se suma a la enorme preocupación de alcaldes y vecinos de los municipios en los que desembarcan [los migrantes], provocando algunas escenas inaceptables y que aumentan la indignación social. Nos estamos encontrando incluso ayuntamientos gobernados por el PSOE que rechazan los espacios que cede la Delegación del Gobierno al Consell en su propio municipio.
- ¿Qué se puede hacer para solucionar este problema?
- El Govern balear viene reclamando al Gobierno de España un cambio drástico en la política migratoria. Que ésta pase por proteger nuestras fronteras y luchar contra las mafias, pero, especialmente, restablecer relaciones y buscar la colaboración de Argelia. Porque este problema se resuelve en origen, trabajando con los países de paso y los de origen para el control de estos flujos migratorios hacia España.
- ¿Qué ha hecho su Govern y qué más puede hacer? ¿Y qué ha hecho distinto a lo que hizo su antecesora, Francina Armengol [presidenta balear entre 2015 y 2023]?
- De entrada, ahora ya sí reconocemos el problema y somos muy claros en enviar un mensaje de que ya no podemos aceptar menores migrantes procedentes de repartos de otras comunidades. Además, vamos a trabajar en coordinación con el resto de administraciones y complementaremos con mayor precisión las pruebas de edad. Es la forma de determinar si los jóvenes que llegan en patera a nuestras islas sin documentación son efectivamente menores. Lo hacemos porque debemos proteger a los menores que están en los centros de acogida y garantizar que sean acogidos en condiciones de dignidad. Para conseguir ese objetivo no podemos mezclarlos con personas que no sean realmente menores. Por lo demás, tomaremos todas las medidas que sean necesarias en el marco de nuestras competencias para hacer frente a este fenómeno, que es considerado actualmente un problema grave por el 64% de los ciudadanos baleares.
- ¿Están encontrando colaboración del Gobierno de Pedro Sánchez?
- No. Nos encontramos un Gobierno y una Delegación del Gobierno instalados en la absoluta inacción, minimizando la situación que tenemos y mirando hacia otro lado. Le pedí directamente a Sánchez su implicación y un cambio en la política migratoria de nuestro país y el restablecimiento de las relaciones con Argelia. También que reclame la colaboración de la Comisión Europea, ya que somos frontera sur de la Unión Europea y debemos evitar llegar al drama humanitario que se vive en Canarias o en otras islas del Mediterráneo.
- ¿Y en cuanto a financiación?
- Reclamamos más recursos para los consells insulares. El volumen actual de menores que acogemos está comprometiendo los recursos que deben destinarse a otros servicios. Eso pese a que la competencia en materia migratoria es exclusiva del Gobierno de España. Nos encontramos, además, con que la gestión de este fenómeno está repartida en cuatro ministerios, Interior, Asuntos Exteriores, Migración y Juventud e Infancia, y se pasan la pelota el uno al otro.
- ¿Cuántos menores no acompañados acoge Baleares y en qué condiciones?
- En dos años nos han llegado más de medio millar de menores no acompañados. Llevamos meses diciendo que ya no estamos en condiciones de seguirles acogiendo de forma digna. Tenemos una sobreocupación del servicio de tutela del 850%. El Consell de Mallorca ha llegado a barajar la instalación de tiendas de campaña. Y el Consell de Formentera ya destina un 20% de su presupuesto a menores migrantes, viéndose obligado a buscar espacios en otras islas.
- En ese contexto, ¿puede Baleares acoger menores de otras comunidades autónomas?
- No es una cuestión de solidaridad, sino de capacidad. Ya estamos al límite y tenemos un continuo goteo de pateras. Creo que el problema es que no podemos limitarnos a hablar de reparto entre comunidades, porque esa no es una solución a largo plazo, sino un parche. Y tampoco podemos hablar de estos menores como si fueran una mercancía que repartirse. Necesitamos un cambio en la política migratoria por parte del Gobierno. El control de nuestras fronteras, la lucha contra las mafias y trabajar con los países de paso y de origen.