- Sucesos Diez detenidos en una operación policial en Barcelona contra una red yihadista que ya había seleccionado posibles víctimas en Europa
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La célula islamista desarticulada esta semana en Barcelona tenía en su radar a ciudadanos anónimos que, según su criterio, ofendieran al islam a través de las redes sociales. El objetivo era decapitarlos y los seleccionaban tras un exhaustivo seguimiento de sus publicaciones. Una viñeta de Mahoma o cualquier contenido ofensivo que un usuario compartiera lo convertía en el posible destinatario de una degollación.
Una operación conjunta de la Policía Nacional, los Mossos d'Esquadra y la Polizia di Stato se saldó con 11 detenciones, una en Piacenza (Italia) y diez en Barcelona y varias localidades de su cinturón metropolitano: Badalona, Montcada i Reixac, Sabadell, Sant Adrià de Besòs y Santa Coloma de Gramenet.
Tras dos años de minucioso seguimiento, la intervención se produjo porque los presuntos terroristas ya habían dado un paso más: realizaban gestiones para acceder físicamente a los usuarios a los que querían cortar el cuello. Para localizar potenciales víctimas, varias personas de la organización estaban dedicadas casi a tiempo completo a bucear en las redes en busca de «infieles». Después, tal como precisan fuentes de la investigación, «llamaban a cortar la cabeza a aquellos que blasfemaran».
Los arrestos se efectuaron el pasado lunes por su presunta participación en delitos de enaltecimiento, apología, financiación y adoctrinamiento del terrorismo y por haber realizado «acciones previas orientadas a la selección de posibles objetivos».
Los miembros de esta «organización radical pakistaní» residían en España con su documentación en regla y camuflaban sus actividades bajo la apariencia de una vida familiar tranquila y trabajos estables. Su máxima era la discreción. Algunos eran repartidores, trabajadores de locutorios de envío de dinero, dependientes en tiendas de electrónica o recogedores de chatarra.
Audiencia Nacional
Esta es la tercera fase de una investigación en que la Policía Nacional detuvo a cinco personas en 2022 y a 14 en 2023. El jueves, los arrestados fueron puestos a disposición del Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional, que decretó prisión provisional para cuatro de ellos. El resto de miembros quedaron en libertad, aunque tres con la obligación de presentarse semanalmente ante el juez, que les ha retirado el pasaporte y les ha prohibido la salida del territorio nacional.
Según los cuerpos policiales, los detenidos formaban parte de un grupo «perfectamente jerarquizado y estructurado», que impartía consignas, a través de canales cifrados, que «promovían el asesinato y la decapitación de las personas que fueran en contra de su doctrina». Algunos de los miembros «ya habían comenzado a identificar personas en Europa como posibles objetivos».
Los detenidos, diez hombres y una mujer, estarían presuntamente vinculados con una estructura en España de Tehreek-e-Labbaik Pakistan (TLP), un partido radical que aboga por implantar la ley islámica, informa Europa Press.