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Perder peso y pelo a la vez, ¿nuevo efecto secundario provocado por los nuevos fármacos antiobesidad?

Ante pérdidas abruptas de peso, una de las secuelas más habituales es la caída del cabello, incluso después de la cirugía bariátrica

Perder peso y pelo a la vez, ¿nuevo efecto secundario provocado por los nuevos fármacos antiobesidad?
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Perder kilos, pero no pelo. Uno de los últimos efectos secundarios que se le atribuye a la nueva generación de fármacos para combatir la obesidad es la alopecia. La FDA (la agencia del medicamento de EEUU) tiene sobre la mesa una serie de informes para evaluar si la caída del cabello guarda algún tipo de relación causa-efecto directo con la toma de alguno de los agonistas del receptor GLP-1 aprobados para la diabetes tipo 2 y la obesidad.

Entre ellos se encuentran la semaglutida, con las marcas Ozempic, Rybelsus y Wegovy; la liraglutida, con las marcas Saxenda y Victoza; y la tirzepatida, con las marcas Mounjaro y Zepbound.

La FDA sí ha anotado los eventos capilares entre los sucesos adversos que han trasladados los pacientes durante los ensayos. Hay más de 400 informes sobre pacientes que tomaron semaglutida o tirzepatida en los que se menciona el término alopecia.

Para saber más

Una revisión de esta agencia previa a la aprobación de Wegovy señaló la caída y el debilitamiento del cabello entre los problemas más frecuentes entre los participantes que recibieron semaglutida en el ensayo clínico de Novo Nordisk, en comparación con los que recibieron placebo.

En un artículo publicado en The New England Journal of Medicine en 2021 también los médicos señalaban el número de pacientes que declararon alopecia en los ensayos de tirzepatida para la obesidad del laboratorio Eli Lilly.

En una revisión sistemática reciente, publicada en Nature Medicine, no se menciona la pérdida de cabello entre los 175 efectos positivos y negativos que dejan en el organismo esta familia de fármacos. Un trabajo que se ha basado en el análisis de datos de 2,4 millones de participantes.

Adiós al cabello: los GLP-1 no son los culpables directos

Para alivio de muchos, no hay un vínculo directo entre la toma del fármaco y la caída del cabello. Los expertos creen que la pérdida de pelo con estos fármacos puede deberse a una afección médica conocida como efluvio telogénico, y no resultaría un efecto directo del medicamento en sí, aunque apuntan la necesidad de seguir investigando.

En este sentido, Cristóbal Morales, portavoz de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (Seedo), explica que "la caída del cabello se tiene en cuenta cuando se prescriben estos medicamentos". Por ello, en el informe de posicionamiento terapéutico de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) sobre la tirzepatida se menciona entre los efectos a vigilar. "Cuando hay bajadas de peso abruptas, suele ser habitual", señala Morales.

De hecho, la caída del cabello resulta más común después de la cirugía bariátrica: uno de cada tres pacientes que pasa por el quirófano para tratar su obesidad sufrirá este problema, que se revertirá con el paso del tiempo. Esto afecta a más mujeres que hombres, como recoge un análisis publicado en 2021 en Obesity Surgery. Esta situación se asocia con niveles bajos zinc, ácido fólico y ferritina.

La Asociación Americana contra la Caída del Cabello (AHLA) se ha hecho eco de esta circunstancia. Spencer David Kobren, su fundador y presidente, plantea, en un artículo publicado en Dermatology Times, la hipótesis de que los cambios hormonales provocados por la semaglutida y otros fármacos similares pueden desencadenar no sólo un efluvio telogénico temporal, sino también la aparición precoz de una caída del cabello de patrón masculino y femenino, también conocida como alopecia androgénica.

Hay que distinguir entre efluvio telogénico, que se produce debido a la interrupción del ciclo normal de crecimiento del folículo piloso y la alopecia androgénica, que es una afección progresiva que puede seguir empeorando con el paso del tiempo y provocar una caída permanente del cabello.

Los expertos en obesidad también contemplan la pérdida de cabello ante cambios hormonales que se dan cuando las pérdidas de peso son significativas en un corto espacio de tiempo. La buena noticia es que este efecto es pasajero: suele empezar a los tres meses de la empezar con los primeros kilos perdidos y parar entre seis meses y un año después de la estabilización del peso adecuado.

Desde AHLA se insta a los usuarios a pasar por la consulta médica, ya que subrayan que hay un empleo fuera de ficha técnica, más allá de diabetes y obesidad, y sin una supervisión médica que justifique el empleo de los GLP-1 a dosis adecuadas. Sobre todo, para determinar el origen de la caída del cabello, ya que las pérdidas de peso rápidas vienen acompañadas de déficit nutricionales que provocan la caída de pelo. Por eso, los endocrinólogos, como explica Morales, "se miden las dosis necesarias de los fármacos en cada momento, realizan analíticas a los pacientes para vigilar las carencias y diseñan planes nutricionales que las eviten".