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La gurú detrás del 'Make America Healthy Again': "La industria de los procesados no debe dictar las pautas de alimentación"

Casey Means dejó su prometedora carrera como cirujana para dar sentido a su aprendizaje médico y centrarse en la prevención, que recoge en 'Energía vital'

La gurú detrás del 'Make America Healthy Again': "La industria de los procesados no debe dictar las pautas de alimentación"
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En nuestro día a día la mayoría de las acciones que llevamos a cabo van en contra de la biología. El organismo del ser humano no está diseñado para pasar ocho horas diarias sentado mirando una pantalla, ingerir más de 2.000 calorías y dormir menos de siete horas cada día. «Nuestra cultura y el empuje económico del mundo occidental han llevado a las personas a un conjunto de normas que desafortunadamente, no conducen a un estado celular óptimo. Esto es, nos vamos destruyendo desde dentro sin darnos cuenta. La vida moderna no respalda los fines de la biología».

Casey Means, quien pronuncia estas palabras, lo sabe bien. Y no sólo porque se graduó con honores al cursar Medicina en la Universidad de Stanford y completó su especialización en Cirugía de Cabeza y Cuello en la Universidad de Ciencias y Salud de Oregon, sino por el ritmo de vida que llevó en aquel capítulo de su vida: «Trabajaba más de 80 horas a la semana. Hacía dos o tres noches de guardia en el hospital. Vivía bajo un profundo estrés con cirugías a vida o muerte. Llegaba y me iba de noche. Apenas veía la luz del sol. No hacía ejercicio. Me alimentaba en la cafetería de la facultad o del hospital...».

Eran rutinas que iban minando su salud. Hábitos que, si nos detenemos a analizarlos, comparte la gran mayoría de la sociedad. Hasta que llega un susto y vas al médico... o a unos cuantos. «Fui al gastroenterólogo, por el colon irritable. Al psicólogo para la depresión. Al dermatólogo por el acné. Al traumatólogo por el dolor de cuello crónico».

Para saber más

La solución de cada uno de ellos fue configurar un botiquín de medicinas. «¿En serio? Ese no podía ser el remedio», recuerda Means. «Pasé de estar sana a ser una estudiante de Medicina enferma. ¿Por qué la respuesta era tomar una pastilla en lugar de, simplemente, cambiar mi vida a lo que realmente me mantenía saludable?».

Aquel fue parte del germen que años más tarde se convertiría en Energía vital (Paidós), un ensayo que condensa todas sus conclusiones hasta formar una especie de libro de autoayuda enfocado a la medicina preventiva. «Mis experiencias, el cáncer de páncreas que se llevó a mi madre, mis pacientes y toda la ciencia en la que he profundizado de una manera nueva y diferente son el resultado que plasmo en el libro», dice.

Means perdió a su madre por un tumor en el páncreas en apenas seis meses. «Fue devastador». Y hace una pausa para rememorar cómo se sucedieron las cosas: «Antes del diagnóstico, mi madre pasó más de 20 años de un médico a otro porque había algo que fallaba... Tenía dos hijos médicos y acceso a grandes especialistas. Si vas a cinco médicos diferentes en un mes, crees que haces bien las cosas por tu salud. Y no fue suficiente».

«Pasé de estar sana a ser una estudiante de Medicina enferma. ¿Por qué la respuesta era tomar una pastilla en lugar de, simplemente, cambiar mi vida a lo que realmente me mantenía saludable?»

Aquí la cirujana lanza una queja, no sólo por su madre, sino porque ella encarna el ejemplo de esa medicina «de silos»: grandes especialistas que ven el organismo a modo de piezas de puzle, pero que no hacen nada por encajarlas. Hoy día, poco a poco esto va cambiando gracias a la multidisciplinariedad: equipos médicos formados por diferentes especialistas, como cada vez es más habitual en cáncer, donde oncólogos, radiólogos, patólogos y cirujanos, entre otros, discuten las decisiones para cada caso clínico, paciente a paciente. «Aquí tienes a una [su madre] que se ha preocupado por su salud durante 20 años, pero nadie ha estado juntando las piezas. De hecho, el sistema está diseñado para mantenerlas activamente separadas».

Pilares de la medicina preventiva que predica

  • Cinco biomarcadores. Para controlar la disfunción metabólica apuesta por revisar glucosa en ayunas, triglicéridos, colesterol HDL (bueno), circunferencia de la cintura y presión arterial al menos cada tres meses
  • Datos. "No es normal que el 74% de los estadounidenses tengan sobrepeso u obesidad; que el 50% de los jóvenes tengael hígado graso o que el 19% de las mujeres adultas tomen algún antidepresivo"
  • Salud metabólica. La cirujana sostiene que toda enfermedad inflamatoria se debe a que las defensas del organismo acuden a salvar a las células débiles, provocando efectos colaterales no deseados
  • Cansancio. La principal causa de las visitas al médico es la "vaga sensación de sentirse cansado", dice Means. El origen está en la disfunción de la célula que se esfuerza por producir energía, sin éxito

Luchar y conseguir un giro de casi 180 grados es complicado. Y más en salud. Pero ella ha buscado la forma de empezar y conseguir que su mensaje de prevención y de luchar por una salud pública llegue más lejos. Means está detrás de Make America Healthy Again (MAHA), el equivalente al Make America Great Again (MAGA) que llevó a Donald Trump a la Casa Blanca. «Hay un increíble movimiento de base que apoyó a Robert F. Kennedy Jr, para que llegara a secretario de Salud y Servicios Humanos de EEUU, que es una de las organizaciones gubernamentales más grandes y con el presupuesto más importante», dice. «MAHA busca promover todo lo que recojo en Energía Vital en términos de salud holística y preventiva. Y, sobre todo –incide– cambiando los incentivos para promover la salud en EEUU».

Objetivo: cambiar las políticas de salud pública de EEUU

Means detalla todo el trabajo que tiene por delante Kennedy Jr: «Va a trabajar con el Instituto Nacional de Salud, los Centros para el Control de Enfermedades, la FDA (que regula los alimentos y los medicamentos) y otras divisiones. Con un liderazgo realmente enfocado en las causas fundamentales, hay un enorme potencial para hacer un cambio en los próximos cuatro años».

Entre los principales cambios que señala la cirujana está la «perversa» relación de los lobbies de la industria de la alimentación con la administración sanitaria. Y aquí, Means no deja títere con cabeza: «No deberíamos permitir que las empresas de alimentos procesados paguen a las personas que elaboran las guías de alimentación». Y justifica su afirmación. «Cada cinco años, EEUU publica las pautas alimentarias del USDA, que dicta lo que constituye una dieta saludable. En la última ronda de directrices, 19 de las 20 personas del comité asesor tenían un conflicto de intereses con la industria de alimentos procesados». Un caso flagrante que «no deberíamos permitir». «Solo conduce a que se vean titulares y artículos que dicen que una dieta llena de ultraprocesados sería saludable, lo cual no es cierto. Estos provocan enfermedades crónicas y obesidad».

Pero no se queda ahí. También pone en la diana de sus críticas a las empresas de agroquímicos. «Existe confusión sobre si los alimentos transgénicos son mejores. Hay mucho dinero fluyendo entre el Gobierno y estas grandes empresas, como Monsanto, China Chem y Syngenta. Lo primero que hay que hacer es eliminar el conflicto de intereses del nexo entre la salud científica y el Gobierno. Lo segundo, y de manera similar, con el Instituto Nacional de Salud, que financia con miles de millones de dólares la investigación científica aquí y su propósito es ayudar a crear una América saludable».

«Muchos de nuestros productos más baratos son poco saludables. ¿Cómo es posible que tomar 15 ingredientes, juntarlos en una fábrica, empaquetarlos y enviarlos sea más económico que una pieza de fruta?»

Means asegura que desde 2012 ha habido más de 8.000 conflictos de interés importantes entre los investigadores financiados por los NIH y la industria. «Es un gran problema porque, en última instancia, el cliente de los NIH debería ser la población estadounidense, pero en realidad es la industria la que paga a estos investigadores», dice.

Todo ello desemboca en que hoy comer sano es caro. «Muchos de nuestros productos más baratos son poco saludables. ¿Cómo es posible que tomar 15 ingredientes, juntarlos en una fábrica, empaquetarlos y enviarlos sea más económico que una pieza de fruta?», se pregunta. «La razón es puramente política». Aquí pone una cifra que lo ilustra: menos del 1% de la factura agrícola, que es el proyecto de ley que subsidió a estos agricultores, se destina a Whole Foods orgánicos.

Un libro lleno de consejos para no caer en los errores de una mala salud

El libro de Means, a camino entre el ensayo y el compendio de consejos para recuperar la energía, está salpicado de este tipo de apuntes que subrayan la deriva de una salud pública que ha descuidado la prevención. «El milagro de la medicina moderna fueron los medicamentos que ayudan contra las enfermedades infecciosas, pero nos hemos olvidado de que las crónicas son las que acortan la vida», dice.

«Lo que nos perjudican son los problemas derivados del estilo de vida que se desarrollan con el tiempo». Diabetes, obesidad, enfermedades cardíacas, cáncer... La lista sigue. Means defiende que todas tienen algo en común: la degradación de la célula, que en cada órgano se manifiesta de una forma distinta. Y un consejo: «Parar, pero nunca lo hacemos».

Confiesa que no es fácil. «No se trata de cambiarlo todo, sino de hacer pequeños gestos que marquen la diferencia». Means tampoco pide tanto, pero sí incide en que la gente debe entender la clave para prosperar: «Necesitamos coger lo mejor del mundo moderno, todo lo maravilloso que nos ofrece, para luego moldear la vida dentro del mismo» sin que sea tóxico.

Eso es lo que hizo ella y resume en su libro: «Dejé mi residencia, estaba muy desilusionada con el sistema de atención médica. Fundé Levels con mi hermano. Y trato de ayudar a las personas a comprender el concepto de disfunción metabólica». Es decir, qué hacer para no destruir las células. ¿Cómo? «Volver a lo básico: comer lo más natural posible, respetar las horas de sueño, ocio activo [insiste en que el binomio sofá y pantalla no es bueno, hay que pasar más tiempo al aire libre] y gestionar el estrés crónico».

Energía vital: La sorprendente conexión entre la glucosa, el metabolismo y la inflamación para una salud sin límites

Editorial Paidós. 432 páginas. 21,90 euros. Puede comprarlo aquí.