COMUNIDAD VALENCIANA
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Las obras para evitar inundaciones en el fatídico barranco del Poyo llevan 15 años bloqueadas pese al "riesgo sobre varios municipios"

La Confederación del Júcar advierte desde 2009 del riesgo. El último proyecto lo frenó una ley de Puig

Efectivos de la Guardia Civil buscan víctimas en la Rambla del Poyo, en Catarroja.
Efectivos de la Guardia Civil buscan víctimas en la Rambla del Poyo, en Catarroja.AFP
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El alcalde de Aldaia, Guillermo Luján, volvió a repetirlo estos días: «Lamentablemente estamos acostumbrados a tener que activar una o dos veces cada año el dispositivo contra inundaciones». Este municipio del área metropolitana de Valencia ha sido uno de los grandes afectados por la DANA. La razón es tan simple como que el barranco de la Saleta atraviesa sus calles. Es decir, Aldaia y otras localidades arrasadas por la riada -como Paiporta, Ribarroja o Torrent- están en zonas con «riesgo de inundación».

A esta conclusión no se llega únicamente a la vista de las imágenes de la devastación que ha dejado la DANA. La advertencia ya la hizo la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) hace al menos 15 años, cuando comenzó a tramitarse el plan de «Adecuación ambiental y drenaje de la cuenca del Poyo vertiente a la Albufera».

Sin embargo, el organismo estatal dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica tiene atascado un proyecto de actuaciones cuyo objetivo no es sino mitigar el riesgo de inundación en un total de 11 municipios en el entorno del barranco del Poyo. El mismo por el que llegaron a circular el 29 de octubre hasta 2.282 metros cúbicos de agua por segundo.

Según apunta la memoria del proyecto, «la cuenca que conforman los barrancos Poyo, Pozalet y Saleta se sitúa en la provincia de Valencia, entre la de los ríos Turia y Júcar, y tiene una extensión de unos 450 kilómetros cuadrados». «Sus características morfológicas, con un desnivel superior a los 1.000 metros en 50 kilómetros de cauce sumado al fenómeno característicos de las cuencas mediterráneas con precipitaciones de elevada intensidad, hacen que se generen unos caudales muy elevados a la entrada a las zonas urbanas», describe el documento. Eso fue exactamente lo que pasó el día de la DANA en las poblaciones del sur del área metropolitana de Valencia.

Si el riesgo de inundaciones estaba más que identificado, ¿por qué no se ha hecho nada hasta la fecha? El ingeniero de Caminos y presidente de la Federación de Contratistas de Obras de la Administración de la Comunidad Valenciana (Fecoval), José Luis Santa Isabel, responde sin matices: «No hay ninguna obra hecha porque los planes no se han dotado económicamente en todos estos años».

Santa Isabel, además, subraya que «no se puede entender la reconstrucción de la zona sin las obras hidráulicas que no se han hecho en todo este tiempo». Es decir, de nada servirá reconstruir casas y polígonos industriales si en unos años otra riada puede volver a llevárselos por delante.

El presidente de la patronal de los contratistas de obra pública denuncia que este tipo de actuaciones no han sido prioritarias para la Administración, a pesar del riesgo para la población que conlleva residir en zonas inundables. En este sentido, apunta también a la falta de limpieza de los cauces de los barrancos, donde se acumularon grandes cantidades de cañas que, durante la riada, taponaron el paso del agua. Al romperse este tapón, el agua corrió todavía con más fuerza, lo que aumentó los daños de la DANA.

El plan para la cuenca del Poyo contaba incluso con una evaluación de impacto ambiental favorable de 2011. En la resolución publicada en el BOE se especificaba que el fin último era «la reducción del riesgo de inundación en las poblaciones de Valencia situadas en el ámbito de los barrancos de Pozalet, Saleta y Poyo, alcanzando el nivel de protección necesario para un periodo de retorno de 500 años». «Asimismo, se protegerá el Parque Natural de la Albufera frente a los procesos de colmatación y pérdida de calidad de los ecosistemas». La Albufera es hoy otro de los enclaves damnificados por la DANA.

Conexión con el Turia

Fuentes de la CHJ, a la que la Generalitat señala por no informar el día 29 de la crecida en el barranco del Poyo, confirman que el proyecto de vía verde «está paralizado». Se trata de un plan para conectar el barranco del Poyo -aguas arriba de Paiporta- con el nuevo cauce del río Turia. Sin embargo, en la actualidad «resulta incompatible con la ley de protección de la huerta», señalan estas fuentes. Se trata de una norma que aprobó el anterior gobierno de izquierdas de Ximo Puig y que el actual Consell de Carlos Mazón pretende modificar.

Ahora bien, «viendo el inaudito episodio de avenidas sucedido la semana pasada, con unos caudales de tal envergadura, es cierto que esta solución presentaría problemas», reconocen desde la CHJ. En una situación de DANA extrema como la vivida, «hubiera sido muy arriesgado llevar el agua del barranco del Poyo al río Turia, porque el nuevo cauce ya llevaba unos caudales muy importantes, casi al máximo de su capacidad».

No hay que olvidar que el desvío del Turia que supuso el nuevo cauce salvó a la capital valenciana de las inundaciones. La frontera que marca el nuevo cauce entre Valencia y su área metropolitana dejó anegado el sur, pero no el norte.

Así que la alternativa ahora de la Confederación Hidrográfica es un plan para «mejorar la capacidad de desagüe del barranco del Poyo aguas debajo de la A-3», según estas fuentes. Desde la CHJ se insiste en que el proyecto está ya redactado, aunque la ejecución de las obras debe someterse aún a la «evaluación coste-beneficio», tal y como establece la Directiva de Protección Contra Inundaciones.

La propia CHJ asumía hace años que «la red hidrográfica que conforman los barrancos Poyo, Pozalet y Saleta es bastante compleja, integrando zonas con cauces bien definidos, áreas de inundación y zonas con escaso drenaje». «Dicha red ha ido sufriendo variaciones a lo largo del tiempo motivados por factores geomorfológicos y fundamentalmente antrópicos. Estos aspectos llevan a que las poblaciones de la Huerta de Valencia (11 municipios de forma directa y hasta 32 de forma indirecta) se vean frecuentemente afectados por las inundaciones», señalaba en el proyecto original de la Confederación Hidrográfica.

La realidad, sin embargo, es que las obras en el barranco del Poyo siguen sin completarse. El profesor universitario e investigador de la comarca de l'Horta Sud, Francesc Martínez, recuerda que desde 1957, esta zona se ha visto expuesta a un total de seis riadas con mayor o menor intensidad. Pero, en todos los casos, con importantes daños para las poblaciones que se vieron afectadas. El caso de la riada de Valencia en 1957 es el ejemplo más significativo, y el que llevó precisamente al desvío del río Turia.

Es más, tal y como recuerda el presidente de Fecoval, el prestigioso botánico Cavanilles ya hablaba en el siglo XVIII de los peligros del barranco del Poyo: «Su profundo y ancho cauce siempre está seco, salvo en las avenidas cuando recibe tantas aguas y corre tan furiosamente que destruye cuanto encuentra».