CRÓNICA
En busca de justicia

Dos años de cárcel siendo inocente y la carta a un narco que no sirvió: "Si te queda algo de humanidad, exculpa a Iván"

Cristina, sevillana, envió a prisión una misiva dirigida al traficante gallego José Ezequiel V. P., quien había involucrado a la pareja de la mujer en la venta de un pesquero que acabó interceptado con 13.400 kilos de hachís. Le pedía que le ayudara a hacer justicia, aunque la Fiscalía acabó pidiendo 15 años de cárcel para el marido de la escribiente

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Primera parte de la carta que una mujer sevillana envió a un traficante de drogas gallego pidiéndole que exculpara a su marido de las acusaciones que pesaban sobre él.
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Fue el día de Reyes de 2022. Aquella mujer, Cristina, embarazada de más de seis meses y desesperada por no entender a la justicia, se sintió con arrojo y se lanzó a escribir de su puño y letra. Ya estaba cansada de llorar. El inicio de aquella carta,dirigida a José Ezequiel V. P., un narcotraficante gallego que se encontraba en prisión, era una catapulta de recuerdos imborrables.

«El 7 de julio (de 2021), a las 5 de la mañana, entraron en casa más de 15 agentes de policía para llevarse a Iván como si de un delincuente se tratase (...) Yo tuve que gritar que estaba embarazada de pocas semanas y que no me hicieran daño. Siete horas más tarde, cuando se lo llevaron esposado, muerto de miedo y llorando, uno de los agentes se apiadó de mí. Me dijo que lo culpaban de participar en la gestión de venta de un barco de una ONG que había sido utilizado para el tráfico de drogas (...) Desde ese día, hace ya seis meses, intento por todos los medios a mi alcance liberar a Iván de la injusta condena que cumple, como bien sabes, y devolverle a su vida, la cual tú has destrozado».

Extracto de la carta que Cristina envió a un narcotraficante gallego para tratar de sacar de prisión a su pareja.
Extracto de la carta que Cristina envió a un narcotraficante gallego para tratar de sacar de prisión a su pareja.CRÓNICA

Cristina sabía que Iván, su pareja, era inocente, que todo obedecía a una broma macabra del destino. Tras su detención, un juez de la Audiencia Nacional le había enviado a prisión acusado de ser uno de los líderes de una banda de narcos que había comprado un pesquero que interceptaron con 13.400 kilos de hachís.

El barco era el Seefuchs, el mismo que una ONG alemana había usado años atrás para rescatar a inmigrantes en el Mediterráneo. Luego se lo vendió a una ONG de un bombero sevillano que acabó pidiéndole ayuda a Iván para que, a su vez, lo revendiera ya que no podía sostener sus costes de mantenimiento. Fue entonces cuando apareció el narco gallego, quien dijo ser un empresario del pulpo y el marisco.

La mujer le enviaba esa carta a José Ezequiel V. P. para que se apiadara de su pareja y que contase al juez que Iván, un reconocido promotor musical de Sevilla, no era ningún traficante.

En la misiva, Cristina explicaba la dramática situación que sufría tras la detención, y posterior acusación, de su pareja.
En la misiva, Cristina explicaba la dramática situación que sufría tras la detención, y posterior acusación, de su pareja.CRÓNICA

«Ezequiel, apareciste de la nada y viste en Iván lo que él es, una persona generosa, amigo de sus amigos, muy bien relacionado, con altas dotes de negociación y una capacidad resolutiva que aparentemente a ti te faltaban, además de ser un hombre muy bien posicionado en su negocio, ambicioso y trabajador (...) Dado que la justicia no está siendo justa con él (...), que ha sido engañado vilmente por ti, que te has aprovechado cruelmente de él y que nada tiene que ver ni en tu trama ilegal ni en tu organización, te suplico que, si te queda algo de esa humanidad que aparentabas cuando te conocimos, escribas una carta jurada exculpando a Iván de toda responsabilidad (...)».

Aquella carta que Cristina le reclamaba al narco gallego nunca llegó a la Audiencia Nacional. Iván pasó dos años en prisión preventiva. No se le permitió asistir al parto de Cristina. El día del juicio, la Fiscalía pidió para él 15 años de cárcel. Finalmente, durante la fase oral se demostró que era inocente. La sentencia lo absolvió de todos los cargos que pesaban sobre él. La pesadilla terminaba. En cambio, el narco que no se apiadó de Iván fue condenado a cuatro años y 10 meses de prisión y al pago de una multa de 24,8 millones de euros.