Para doblarse, Nadia Cassini había elegido una voz de "patito". Un detalle que quizá explica cómo fue la primera en querer jugar con su cuerpo y su fisicidad. La actriz, reina de la comedia sexy italiana, icono erótico para millones de italianos entre los años 70 y 80, falleció este martes en su casa de Reggio Calabria, donde vivía con su marido, el marchante de arte Giuseppe Furfaro. Tenía 76 años y estaba enferma desde hacía algún tiempo. El funeral tendrá lugar el viernes en Melito Porto Salvo. Su hija, Kassandra, con el actor griego Yorgo Voyagis, escribió en las redes sociales: "Descansa en paz, mamá. El dolor y la tristeza son insoportables. Estoy aquí contigo para tu último viaje."
Cassini, cuyo verdadero nombre era Gianna Lou Müller, había realizado muchos viajes durante su vida. Nació en Nueva York en 1949, de padre y madre estadounidenses, pero él era de origen alemán y ella italiana. Y, en Italia, la actriz también había alcanzado el éxito, aunque había llegado allí por amor: tras una relación con el escritor Georges Simenon, en 1968 se casó con el conde estadounidense pero de orígenes italianos y rusos Igor Cassini. Él mismo se había trasladado a Roma en 1970 y Cassini, con poco más de veinte años, lo había seguido. Poco después llegó su divorcio y el comienzo de su carrera: en 1970 protagonizó The Serpent God y, en 1972, consiguió un papel en The Killing Joke, de Mike Hodges, junto a Michael Caine.
Después de eso, su belleza desbordante tomó posesión, transformándola en la intérprete ideal de la filmografía de aquellos años, aquella en la que siempre había una mujer -más precisamente su cuerpo- que atraía los destinos de los hombres básicos y cachondos. Quiénes podrían haber sido, a su vez y entre otros, Alvaro Vitali, Lando Buzzanca o Lino Banfi, que ayer recordó a Cassini así: "Sé que últimamente sufría mucho por una enfermedad incurable... Era una buena mujer, una buena chica".
Con él solo había actuado en cuatro de estas comedias. Pero la lista es larga: ¿Cuántos cuernos hay aquí abajo? (1971), Cuando los hombres armaron sus garrotes y... con las mujeres hicieron din-don (1971), Todo por descubrir (1981). También está la vertiente hospitalaria: La enfermera en la sala militar (1979) y El doctor está con el coronel (1980). El escenario cambia, el resultado no tanto...
Incluso en televisión, Cassini había aportado su sex appeal y su capacidad de dar que hablar: su aparición junto a Lando Buzzanca, en la que llevaba únicamente una tanga, había desatado la polémica y una denuncia por "simulación de un acto sexual antinatural" .
La televisión se había convertido en su segundo hogar, especialmente después de que la comedia sexy empezó a desvanecerse un poco. Había participado en espectáculos como Ridiamoci sopra, Premiatissima, Drive In y Risatissima, sin obtener el mismo éxito que en el cine. En 1986 llegó el anuncio de su retiro de la escena.
A finales de la década de 1980 se inició un período difícil para la actriz, que incluyó adicciones, un accidente y una operación de cirugía plástica fallida. Luego, la enfermedad. Pero nada había borrado el recuerdo de la chica de cuerpo perfecto que había enamorado a media Italia.