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El Popocatépetl, el famoso volcán activo de México humea de noche, mientras las explosiones de lava iluminan de rojo las nubes de cenizas. "Esas fotos están hechas con un tripié, a 10 kilómetros de mi casa, con un telefoto de 70 a 200 milímetros" explica Santiago Arau, "hay que estar en el momento preciso, no siempre está haciendo erupción, es de las fotografías más difíciles que he hecho".
Para el mexicano hacer fotografía panorámica es una sensación extraña, ya que "las imágenes aéreas te alejan, pero te acercan al mismo tiempo. Los seres humanos no llegan a un cráter, pero al mismo tiempo es algo tan grande que al verlo a lo lejos, te permite sentirte más cerca". Intenta explicar sobre como ese tipo de capturas te cambia la perspectiva y ves algo que usualmente no se percibe.
Santiago Arau, que mantiene un estilo jovial y despreocupado mientras ingresa a la sala de México en España, es reconocido por sus fotografías aéreas en las que muestra panoramas no usuales de la Ciudad de México, desde manifestaciones, paisajes urbanos y naturales, hasta cráteres volcánicos y los estragos del seísmo de 2017.
Para el fotógrafo la importancia de utilizar drones es que se pueden realizar encuadres aéreos precisos, controlando la hora y el momento que se requiere, casi sin depender de tantas circunstancias. Esto permite buscar la mejor toma y anticiparse a eventos programados.
Aunque también sabe al no estar arriba junto con la cámara, se pierde la visión humana periférica, "pierdes todos esos detalles que a veces uno percibe", lo que podría resultar frustrante. El fotógrafo ha incursionado por distintas técnicas y estilos, pero la utilización de drones para capturar fotogramas se ha convertido en una de sus firmas más distinguidas.
Xochimilco, el mítico pueblo conocido por sus embarcaciones coloridas y ambiente festivo tiene otra perspectiva, una al amanecer. Los canales están rodeados de niebla, no hay una sola balsa y el sol se levanta por el lado derecho. Sólo hay naturaleza. Santiago sabe que ese tipo de panorama rompe con lo popular, le gusta mostrar lo desconocido.
En los cuarentas, para realizar una fotografía aérea se requería a un equipo de 70 personas y según Arau, dependía mucho de la cantidad de presupuesto con la que se tenía para realizar una buena toma. En la actualidad es más sencillo, basta con cuatro personas: el piloto y su asistente, así como Santiago y su asistente.
El proceso de estas instantáneas consiste en que el conductor del dron y Santiago visualicen el panorama, busquen el encuadre ideal y prueben con distintas cámaras réflex, lentes y mandos a distancia para obtener la mejor toma. Al mismo tiempo que sus colaboradores revisan circunstancias como las baterías del equipo o si hay cambios drásticos en las condiciones.
El uso de drones para tomar fotografías se popularizó la década pasada, aproximadamente en 2014. Sin embargo, el mexicano ya tenía experiencia en este tipo de panoramas aéreos, pero los hacía desde helicópteros o aviones. "Siempre me gustó sentarme en la ventana del avión y ver las ciudades desde lo alto. Yo iba a las terrazas y desde ahí fotografiaba. Desde el aire se puede contar cualquier historia".
La importancia del fotoperiodismo
El suelo del Zócalo de la Ciudad de México tiene escrito algunos de los nombres de las víctimas de feminicidio del país, alrededor de las palabras se encuentran miles de mujeres que marchan durante el #8M de 2020 para exigir justicia. El también fotoperiodista se ha viralizado en redes sociales en varias ocasiones debido a las temáticas de sus imágenes, en las que refleja una realidad que a veces no se percibe o que se quiere ocultar.
Arau reflexiona sobre las emociones que pueden generar sus fotografías, para él ese es su objetivo principal, tratar de capturar ese sentimiento y transmitirlo íntegramente para que las personas que las vean también lo sientan.
Al respecto de si en situaciones delicadas se debe actuar o fotografiar, Santiago afirma que "afortunadamente nunca me ha tocado aventar la cámara para ayudar a las personas", pero sí cree que primero es apoyar y después retratar la situación, aunque si está en sus posibilidades, lo hará para contribuir, "capturar esos momentos es mi manera de contribuir, como lo del seísmo de 2017, que espero no vuelva a ocurrir" concluye.
Arau bebe un poco de café mientras debate ante la pregunta de si se necesita "ojo" para hacer buenas fotografías. "Considero que cualquier persona puede tomarlas, sólo se necesita capturar la esencia del momento, incluso yo te puedo decir qué parámetros y cosas debes hacer y tu tomar un buen retrato".
Santiago Arau presentó su libro "Patrimonio" en Madrid, dentro de la Fundación Casa de México en España, en el cual busca retratar la "herencia" tangible e intangible de la Ciudad de México a través de las últimas décadas.
Dicha curaduría de fotografías inició como una exposición para el Palacio de Bellas Artes, en la Ciudad de México, el cual se transformó en un compendio que mezcla trabajo del artista, imágenes de archivo e investigación respecto a la capital del país.
Santiago Arau continúa compartiendo historias a través de fotografías que reflejen los emociones, aunque actualmente se enfoca en paisajismo aéreo, con lo que también busca retratar una realidad que a veces se olvida, la de la naturaleza.