Patética y bochornosa despedida del campeón de Liga ante sus propios aficionados. El ingeniero Pellegrini, como cualquier buen estratega, le dio un repaso táctico al decadente Ancelotti, aunque tuviera nueve bajas. Mereció ganar y no tuvo suerte. Un ridículo de despedida blanca.
Me dio la impresión de que el Madrid jugó como si ya fuera el campeón de Europa y que el pasillo de Kroos en su despedida fuera la del propio Real Madrid, como nuevo campéon, pletórico de soberbia. Como si los hados del destino ya hubieran decidido su decimoquinto título.
Ancelotti hizo una vez más el ridículo con su decisión de que jugara el equipo titular de la final de Wembley. Un planteamiento estúpido, porque si sales con los que crees que son los mejores y a medio gas, como si fuera un entrenamiento, el único riesgo que corres es que puedas lesionar a alguno de ellos.
¿Por qué? Si lo piensas, es absurdo. Un cabriola imbécil del nacido en Reggio de Emilia. Además, millones de madridistas declararan que de ningún modo Rodrygo puede ser titular en Wembley, cuando arrastra una sombría baja forma. Esperó hasta el final para que hiciera algún gol. Imposible.
Con Brahim y Arda Güler, que juegue Rodrygo es una es una prevaricación absurda de Ancelotti. Rodrygo no metería un gol, aunque la portería midiera cuatro metros. Las quejas de millones de madridistas deben explotarle en su cabeza. El bochorno fue para él, que ni siquiera los cambió por los dos brasileños, cuando estos estaban en modo insoportable.
Si se dan cuenta, el resultado fue un puro reflejo de lo que ha ocurrido mayoritariamente en esta liga en el Bernabéu. Ha empatado al final y con suerte, porque no tiene un goleador. Nadie hace un gol y aunque lo vendan como el mejor jugador del mundo, Vinicius es una plegaria al demonio. Ha metido sólo quince tantos en la competición doméstica.
Peligroso Dortmund
Además, el Dortmund no es ninguna bicoca. El Borussia tiene un contragolpe mortal y es el peor enemigo que puedes encontrar ante la arrogancia. Siempre se aprovecha de la soberbia del rival, como en el caso del Atlético de Madrid, del PSG y puede que del Real Madrid. En una final siempre hay que ser cautos como una serpiente. Lo peor es que el Madrid ya se cree campeón.
Sólo los jugadores del Madrid pueden ganar la Champions. Depender de Ancelotti es como ponerle una vela al diablo, con sus aptitudes tácticas antidiluvianas y reaccionarias.
Esta Liga ha sido el mayor fracaso de Tebas en toda su nefasta existencia como presidente de LaLiga. Las diferencias y la falta de calidad en al menos catorce equipos auguran un futuro pobre, deportivo y técnicamente. Le ha salvado el Madrid, aunque lo odie desde sus entrañas. Sí, porque Laporta es sólo un desvergonzado pobre hombre.