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Griezmann, príncipe del Metropolitano

Simeone celebra el gol del triunfo del Atlético ante el Leipzig.
Simeone celebra el gol del triunfo del Atlético ante el Leipzig.Kiko HuescaEFE
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Brava victoria del Atletico. La luchó, siempre la buscó y la logró, justo cuando morían los últimos suspiros del partido. Un centro sutil de Griezmann y Giménez, casi convidado de piedra, logró el gol de cabeza más importante de su historia.

Todo comenzó cuesta arriba, cuando una aventura en solitario de Sesko dio un pase de gol y Oblak estuvo fantástico, pero en el rebote con Le Normand y Giménez poco atentos permitieron al esloveno el gol del Leipzig.

Era como clavar un cuchillo en el corazón de Simeone, porque su sentido radical del fútbol es que no le marquen. Por eso le costó tanto al Atletico empatar gracias a un toque mágico de Griezmann. Y luego ganar, porque este tedioso sistema de la UEFA, con la idea de acabar con la Superliga, los tres puntos son absolutamente vitales.

El Atlético, como resumen de su actuación, no jugaba a nada, costumbre de su tenebroso entrenador, imitador de Johnny Cash, siempre vestido de negro de pies a cabeza ¿Qué le salvó?

El espíritu rojiblanco de angustiar y atacar con una presión febril, hasta el punto que los alemanes huyeron despavoridos hacia su propio área. También la fuerza de la afición siempre le ayuda a volar, por lo menos físicamente.

Y persistió el equipo rojiblanco con su obsesión por correr dos veces más que el contrario. Aunque sobre el minuto 60 había caído, casi hasta llegar al cansancio absoluto. Hizo tres cambios Simeone y sirvió, aunque los tercos alemanes no dejaban de presionar y un cabezazo del veterano Poulsen sacudió la columna vertebral del Manzanares.

Milagrosamente, no cambió a Griezmann, porque era el mejor delantero de largo, porque es el héroe y aunque le traigan fichajes más explosivos por la propaganda del gilismo, siempre es el alma, príncipe del estadio.

No quiero mucho hablar de Julián Alvarez, que parecía un marciano buscando su tierra. Fue el error - vaya usted a saber por qué - de pagar una millonada y ciegos de visión por pensar que era el mejor recambio de Morata. Ni por estatura ni porque necesita más metros para maniobrar, será un delantero centro.

Guardiola sabía demasiado y lo dejó vender, ya que no podría ser el sustituto de Haaland nunca. Otra jugada del jeque Pep. Como argentino, Simeone lo defiende y desaprovecha a Sorloth, que parece que le ha castigado al rincón de pensar. Absurdo.

Si alguien calibra el poder de la victoria, es el único equipo alemán que perdió, con el Stuttgart, a causa de un sortilegio madridista. Ha sido impresionante el 0-3 del Dortmund, subcampéón del torneo y más expeditiva el 0-4 del Leverkussen, con esa máquina del fútbol que ha creado Xabi Alonso.