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Ilia Topuria y la erótica de la violencia: "La seducción por el gladiador, por lo primitivo, continúa entre nosotros"

El masivo seguimiento, especialmente entre los jóvenes, del campeón del mundo de la UFC, que lleva al extremo las artes marciales mixtas, abre interrogantes acerca de los límites

Ilia Topuria y la erótica de la violencia: "La seducción por el gladiador, por lo primitivo, continúa entre nosotros"
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En nombre de la no violencia, Luis Solana decidió prohibir la retransmisión de boxeo en TVE, en 1989. El ex diputado socialista había sucedido en el cargo de director general del ente a Pilar Miró, para la que era cuestionable prescindir de algo que ocupaba espacio en todas las televisiones del mundo. El boxeo no ha vuelto a la televisión pública, pero, 35 años después, el líder de un PSOE distinto al que tuvo a los hermanos Solana, Luis y Javier, entre sus más insignes militantes y dirigentes, recibe en la Moncloa a Ilia Topuria, campeón del mundo del peso pluma de la Ultimate Fighting Championship (UFC), combinación de artes marciales mixtas que, como sugiere el nombre de la competición, lleva la lucha a lo último, al extremo. Ni el presidente Pedro Sánchez, con la mala costumbre política de situarse en una posición moral superior, pierde la oportunidad de abrazar a este nuevo ídolo de masas, especialmente entre los jóvenes y futuros votantes, el 'gladiador 3.0' que nos recuerda el perverso poder de la erótica de la violencia.

Para saber más

Topuria no es, de hecho, el primer luchador que arrastra masas. Lo hicieron ya en nuestro país Paulino Uzcudun, Urtain, Legrá, Perico Fernández o hasta Poli Díaz, aunque en un tiempo, social y político, muy distinto. Con independencia de la estigmatización del boxeo, que ahora resurge en su versión 'light' en los gimnasios, las campañas contra la violencia, en cualquier contexto, han sido incesantes. España no es una excepción y, aunque puede encontrarse un auge mayor de deportes de lucha en países con mayores índices de violencia, como sucede en Latinoamérica o en algunas repúblicas ex soviéticas, la realidad es que la crítica occidental señaló a un boxeador, Muhammad Ali, como el mejor deportista del pasado siglo.

Los fieles vip

«La seducción por el gladiador ha estado siempre viva en el ser humano, continúa entre nosotros», afirma el filósofo y pedagogo Gregorio Luri. No es necesario, pues, remontarse a los tiempos de Marcus Atilius, Prisco o Espartaco. Sergio Ramos, Omar Montes, Ibai Llanos o hasta el Rey emérito, al que Topuria besó en la calva tras noquear a Max Holloway en el combate disputado en Abu Dhabi, son algunos de los célebres seducidos que se dejan ver junto al luchador. Hay muchos más.

«El mismo ser humano que necesita el cómodo bienestar de la calefacción, añora lo primitivo. Eso aparece con más facilidad en el niño y el joven, porque tiene más energía y menos autocontrol. El luchador es la vía de escape en la que esa energía se muestra desnuda», añade Luri, para el que «el seguimiento masivo por parte de los jóvenes implica peligros que sólo es posible combatir con la educación, porque el hombre educado es el que reprime sus instintos».

Topuria frente a Holloway.
Topuria frente a Holloway.Ali HaiderEFE

La modernidad y los 'Errejones'

Este pedagogo ha publicado recientemente 'Prohibido repetir' (Rosamerón, 2024), obra en la que se inclina por un nuevo modelo de enseñanza. Prohibido ver boxeo, inicialmente, fue la estrategia de los poderes públicos. A la decisión de la televisión publicada, secundada por otros medios de comunicación, se uniría más tarde la Ley de protección al Menor, que desautorizaba la emisión en cualquier canal entre las 6.00 y las 22.00 horas. La extinta Marca TV llegó a ser apercibida por vulnerar esa franja. «A la Administración le gusta sacarse en procesión para creer que con determinadas decisiones y campañas ya está libre de responsabilidades. Y es que vivimos una modernidad a la que le gusta pensar que cualquier conflicto social tiene un origen cultural, cuando muchos están en la propia naturaleza del ser humano. Es un pensamiento ingenuo del que no se dan cuentan hasta que explotan los 'Errejones'», concluye Luri.

Lo mismo sucedía con la asistencia a las veladas. La Comunidad de Madrid dejó de mencionar el boxeo explícitamente en su legislación y, en la actualidad, se refiere sólo a la prohibición para un menor de acudir a «espectáculos que por su contenido se califiquen como denigrantes, violentos o, en general, perjudiciales para el adecuado desarrollo de su personalidad». La pregunta es si es violento o no un combate de Topuria.

El fin de las artes marciales mixtas

Para la antropóloga mexicana Tania Arce, que realizó una tesis doctoral sobre las artes marciales mixtas, dirigida por Carles Feixa en la Universidad Pompeu Fabra, se trata de una «violencia autotélica». Es decir, aquella que se práctica únicamente para uno mismo, para «el propio autoconocimiento de los luchadores a través del dolor». Según su explicación, «el dolor es el control de la violencia en sí misma». El concepto está en la base oriental de las artes marciales, algo que trasciende los umbrales de lo físico, el deporte y la lucha: «Es la disciplina de la mente, el cuerpo y el espíritu». «Los entrenamientos diarios están basados en sumisiones, golpes y estrangulaciones, que no son más que estrategias para aprender a resistir el dolor y controlar la ansiedad», continúa Arce, que alude a la solidaridad y camaradería entre los luchadores.

«Las artes marciales mixtas no representan una contracultura o subcultura de la violencia, como las pandillas o bandas juveniles. Si los jóvenes se sienten atraídas por ellas, puede ayudarles a controlar de manera positiva la violencia diaria», explica la antropóloga, que, sin embargo, advierte: «Las artes marciales mixtas y la UFC no son sinónimo. El auge actual por la UFC es consumo puro, organizado por empresas promotoras que ofrecen grandes salarios y a cambio se pide a los luchadores una batalla y un sacrificio corporal a favor del espectáculo. Lo que nació como un acto de transgresión, se ha mercantilizado, y los actores de las redes sociales aprovechan esta oportunidad para generar más ganancias y 'likes'». 'Influencers', 'youtubers' y 'streamers', todos conectados en la primera fila del coliseo digital del 'gladiador 3.0', abierto a todos los públicos.