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La última decisión de Vestager allana el camino para la entrada de los fondos soberanos árabes en las telecomunicaciones europeas

La Comisión permite a la emiratí e& comprar al grupo checo PPF sus operaciones en cuatro países, pese a recibir ayudas de estado y abre la puerta a mayor presencia de empresas como STC

La ministra para la Transición Ecológica y futura comisaria de Competencia Europea, Teresa Ribera (d), junto a su precedesora en el cargo, Margrethe Vestager, y el ex ministro de Medio Ambiente y Acción Climática de Portugal, José Duarte Cordeiro, en una imagen de archivo
La ministra para la Transición Ecológica y futura comisaria de Competencia Europea, Teresa Ribera (d), junto a su precedesora en el cargo, Margrethe Vestager, y el ex ministro de Medio Ambiente y Acción Climática de Portugal, José Duarte Cordeiro, en una imagen de archivoEFE
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La Comisión Europea resolvió la pasada semana uno de los casos más esperados en materia de Competencia que está destinado a convertirse en parte del legado que Margrethe Vestager dejará a Teresa Ribera en la cartera: la aprobación con condiciones de la venta de cuatro filiales del operador de telecomunicaciones checo PPF a e&, el operador de telecomunicaciones del fondo soberano de Emiratos Árabes Unidos.

Emirates Telecommunication Group Company (e&), antes Etisalat, es un operador controlado por el Emirates Investment Authority, el único fondo soberano a nivel nacional del país (luego hay otros que corresponden a un único emirato) y fue el primero de los operadores árabes en pisar terreno europeo con la entrada en Vodafone, de la que controla un 14,6%, una operación que abrió la puerta por la que luego pasaría STC Group en Telefónica.

Sin embargo, la nueva compra es diferente a estas, ya que el grupo compró la mayoría del capital (un 51%) y pasará a controlar uno de los principales operadores de telecomunicaciones en Bulgaria, Eslovaquia, Hungría y Serbia.

Se trata de una operación muy esperada, al ser la primera transacción corporativa que la Unión Europea ha investigado en profundidad bajo el marco del nuevo reglamento de subsidios extranjeros. Esta ley busca evitar que empresas que han recibido fuertes ayudas de estado expulsen a las compañías europeas del mercado gracias a esta financiación extra.

La medida ha sido uno de los pasos estrellas para proteger la soberanía europea de la primera Comisión de Von der Leyen, que espera que Ribera la desarrolle y continúe implementando de forma "vigorosa" y "proactiva", según la protocolaria carta en la que le ofreció su nuevo puesto en la Comisión y le trasladó los objetivos que traía el cargo consigo.

En la primera investigación bajo esta norma, Bruselas concluyó que e& recibe ayudas de estado que podrían distorsionar la competencia, ya que la empresa recibe préstamos, ayudas y "avales ilimitados" del Estado, pero aún así dio luz verde la operación. ¿La razón? Que estas ayudas no fueron utilizadas para financiar la adquisición en el que la empresa emiratí era la única que pujaba.

Además, la compañía árabe se comprometió a no financiar sus actuaciones en Europa con dinero estatal, así como notificar a la Comisión otras adquisiciones que realice en los próximos años. Dos compromisos que, de facto, allanan la aprobación de nuevas operaciones por parte de estos operadores, ya que cuentan con suficiente caja propia para acometerlas y, al no tener cuota de mercado previa, hay pocas razones para que Competencia vete la adquisición de otras empresas.

Posibilidades para STC

En clave nacional, esto no cambia fundamentalmente la situación de STC en Telefónica, cuyo primer consejero parece más que encarrilado después de las reuniones del CEO de la compañía con el ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, y el ministro para la Transformación Digital, Óscar López.

Sin embargo, sí que despeja significativamente el horizonte para sus planes de crecimiento en el resto del continente. STC cuenta con recursos financieros suficientes para no depender tampoco de las inyecciones de capital de su mayor accionista, el Fondo Soberano Saudí, y ha mostrado su ambición de crecer más allá de Telefónica de varias formas.

Antes de irrumpir en el capital de la compañía española, ya había realizado varias operaciones para comprar torres con su empresa Tawal, que ha adquirido infraestructuras en Croacia, Bulgaria y Eslovaquia. La empresa también se vio relacionada posteriormente con la compra de las torres de Cellnex en Austria, que finalmente se llevó el consorcio formado por Vauban Infrastructure Partners, EDF Invest y MEAG.

Fuera del mercado de infraestructuras, STC fue una de las principales candidatas para adquirir Altice Portugal, el mayor operador del país, aunque las exigencias del vendedor hicieron caer una operación valorada en 8.000 millones de euros, casi cuatro veces lo invertido en Telefónica.

Ahora, el nuevo objetivo parece ser según Bloomberg el proveedor de fibra y móvil United Group, uno de los principales competidores de las empresas adquiridas por el grupo emiratí e&, ya que tiene presencia en Bosnia Herzegovina, Bulgaria, Croacia, Eslovenia, Grecia, Montenegro y Serbia.