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Leica Iberia, pequeña pero muy grande

La subsidiaria de la marca de fotografía presenta números imponentes en sus cinco años de existencia. Su secreto, los lazos que unen a su comunidad.

Leica Iberia, pequeña pero muy grande
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Leica, la marca más legendaria de la esfera fotográfica, afila armas con la vista puesta en su primer centenario (2025). El próximo será un año cargado de novedades, incluido un producto aún no desvelado llamado a revolucionar la industria. Parece increíble que una empresa que estuvo a punto de colapsar muestre hoy una salud tan espléndida. Hace unos días, la firma alemana con sede y fábrica en Wetzlar (Estado federado de Hesse) anunciaba una facturación récord de 554 millones de euros en su último ejercicio fiscal, un 14% más que el año anterior.

En la actualidad, Leica dispone de 120 tiendas diseminadas por el mundo, 12 de ellas en Alemania. Esos locales son un elemento arterial de la compañía, pues actúan no sólo como canal de venta, sino como punto cultural de encuentro -a través de sus galerías y academias- con una clientela especialmente fiel. En el curso 2023/2024, y por regiones, Asia muestra la mayor pujanza (+25% en ingresos), con Europa en segundo lugar (+10%, aunque excluyendo a Alemania). Estados Unidos sigue siendo, en cualquier caso, el primer mercado.

La única tienda operativa en España se ubica en la calle Ortega y Gasset de Madrid y abre sus puertas en septiembre de 2019. Procedente de Bang & Olufsen, donde trabajó durante 16 años, Javier Liedo toma entonces las riendas como managing director de Leica Iberia (que incluye también a Portugal). Sobre el papel, la tarea no era sencilla: los productos made in Germany de la marca utilizada por figuras como Elliott Erwitt, Bruce Davidson o Joel Meyerowitz no son baratos. Liedo, sin embargo, ha sabido navegar estas aguas, tal y como demuestra un dato: en el lustro transcurrido desde su llegada, la división que gestiona ha incrementado su facturación un 400%. La cifra específica no se divulga, ya que Leica ofrece siempre una toma global de sus resultados.

"Hay que adaptar la estructura [de Leica Iberia] a ese crecimiento. El próximo año abriremos la nueva tienda de Lisboa [ya existe una en Oporto] y más adelante [en una fecha por determinar] se inaugurará también la segunda store en España", explica Liedo. "Para dar el siguiente salto de calidad, nos estamos centrando en incorporar perfiles más digitales. Aunque somos una de las subsidiarias más pequeñas de la matriz, somos asimismo una de las que más ha crecido".

Si el cliente chino o estadounidense, por ejemplo, "presta especial atención a la artesanía y elevada calidad de las cámaras y objetivos", en Alemania "el conocimiento de la marca actúa como gran movilizador y es motivo de orgullo". España dispone, según Liedo, de una clientela muy variada donde también entra en juego la pujanza de Madrid como ciudad de moda en la escena internacional. "Alrededor de la mitad de los clientes que visitan la tienda de Madrid provienen del extranjero e incluyen esta parada en su plan de viaje, como un hito más. Se trata de un turista de calidad que busca una oferta hotelera y de restauración de máximo nivel, y eso impacta enormemente en este negocio y en muchos otros".
Respecto al cliente doméstico, "un segmento que progresa con mucha fuerza", concurren dos perfiles. Uno de ellos es el fotógrafo profesional "con mucho conocimiento y gran sensibilidad visual". Aquí suele entrar en juego la montura M con sus cámaras de enfoque telemétrico, un sistema con tanta solera que celebra en 2024 su 70 aniversario. Que nadie se deje engañar: el enfoque manual recurriendo a la superposición de dos imágenes es más efectivo de lo que parece, sobre todo si la luz es buena y, bajo cualquier circunstancia, cuando el género elegido es la fotografía callejera.

El otro perfil, de hecho el más relevante, es el del cliente amateur que considera esta disciplina "un hobby y un disfrute". Expandirse gracias al bolsillo patrio, no tan pudiente como los de otras latitudes, se debe en parte a la ampliación del porfolio de Leica, cuyo rango de precios arranca en 1.800 euros pero puede rozar los 20.000. Matiza Liedo la cuestión del importe: "No es un producto que entendamos orientado al poder adquisitivo; está más enfocado a un lujo silencioso y discreto donde el cliente valora mucho más el uso que va a dar a la cámara y los objetivos y sabe de su valor intrínseco. Por otra parte, el catálogo de Leica al final implica un fuerte componente de sostenibilidad porque casi con total seguridad lo que se compre ahora va a pasar a la siguiente generación". Esta reflexión es especialmente cierta en el caso de las cámaras analógicas (aún se venden los modelos M2 y M3, comercializados desde los años 50 del siglo pasado) y de ciertas lentes ideadas por Walter Mandler (1922-2005), el afamado diseñador óptico.

Leica M11-P
Leica M11-P

El auge de la segunda mano

En Leica Iberia, la unidad de negocio Pre-Owned crece a dos dígitos anuales en un reflejo fiel de lo que sucede a escala mundial. "Así damos la oportunidad de acceder a determinados productos que el cliente no siempre puede comprar nuevos; permitimos al coleccionista adquirir cámaras de hace medio siglo que siguen funcionando y satisfacemos a aquellas personas que prefieren algo de segunda mano con mucha longevidad y el sello certificado de la marca", señala Liedo. Este mercado representa hoy un 7% de la facturación de Leica Iberia, "pero el número se puede multiplicar por dos en menos de 24 meses".

LFI, la Biblia

Si un factor sitúa a Leica a años luz de multinacionales como Canon, Sony o Nikon es el mimo que muestra hacia su comunidad. Ese mandato se articula no sólo a través de las 30 galerías operativas, donde puede exponer desde un fotógrafo contrastado hasta un talentoso aficionado, o mediante la Leica Akademie, que organiza diferentes actividades presenciales (también en Madrid), o con los Leica Awards que rastrillan y reconocen el talento, sino sobre todo gracias a LFI, quizás la revista de fotografía más prestigiosa del planeta. Con una edición exquisita y una selección de trabajos minuciosa, lo mejor de LFI es que el melón se abre en su edición digital. Cualquier fotógrafo puede aportar ahí su visión y, en los mejores casos, recibir un pequeño reconocimiento. "Leica está cerca de su gente, escucha y procura crear sus nuevos productos teniendo en cuenta el feedback de esta comunidad. LFI no es ningún negocio para nosotros. Si la revista existe es simplemente porque nos gusta fomentar la cultura fotográfica", recuerda el directivo español. Esa cultura vibra también gracias a la implicación directa en la gestión de las galerías de Karin Kaufman, cuya familia es la principal accionista de la compañía.

No sólo fotos

Entre las categorías que Leica explora en paralelo se hallan relojes, binoculares y televisión láser. Son aportaciones de menor calibre a un conjunto dominado por la fotografía y sus diferentes propuestas. Las M son las cámaras más vendidas, seguidas de las Q (con ópticas fijas de 28 o 43 milímetros) y las SL (pensadas para el cliente más profesional). A partir de enero, con el centenario, se desplegará un auténtico aluvión de novedades.