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Álvarez-Pallete invierte 400.000 euros en acciones de Telefónica tras el reparto del dividendo en su mayor compra tras la pandemia

El presidente de Telefónica respalda el valor de nuevo y ya tiene el 0,1% de la compañía

El presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete
El presidente de Telefónica, José María Álvarez-PalleteJavi Martínez
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El presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, ha adquirido 100.000 acciones de la compañía en el mercado, una inversión de casi 400.000 euros al haber adquirido los títulos a 3,93 euros la unidad, según notificó este lunes a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

El máximo directivo de Telefónica ha apostado por la acción de la compañía en numerosas ocasiones con su propio patrimonio y ha adquirido importantes paquetes en el mercado desde su llegada al mando de la empresa en 2016.

De hecho, al poco de ser nombrado presidente, el directivo invirtió más de 5,3 millones de euros en adquirir 615.298 acciones de la empresa, en un momento en que los títulos valían 8,62 euros, en una operación en la que acumula minusvalías.

Asimismo, también acudió en defensa del valor en alguno de los momentos más complicados a nivel bursátil de la pandemia, cuando el coronavirus sumió en la volatilidad a todos los mercados y castigó duramente al operador.

En ese contexto, llevó a cabo varias operaciones para adquirir títulos, aunque, con la excepción de la adquisición 70.000 acciones en 2023, lo ha hecho por otras vías más relacionadas con la remuneración que percibe dentro del grupo de telecomunicaciones en vez de acudir a buscar títulos en el mercado.

Por un lado, Álvarez-Pallete percibe parte de su sueldo través de acciones u opciones sobre acciones, a lo que se suman los programas de compra incentivada de títulos de Telefónica para sus empleados. Estos se han intensificado en torno al centenario de la compañía, donde, por ejemplo, la empresa ha regalado una acción a los empleados por cada una que estos compraran -hasta un máximo de 100 acciones-.

Por otro, en los primeros años tras el estado de alarma, Telefónica apostó por permitir a sus accionistas cobrar su dividendo en acciones como medida de cautela para preservar caja. Álvarez-Pallete siempre apostó por esta vía frente al efectivo, lo que le ha permitido ir incrementando su peso en el capital.

Según el último informe de Gobierno corporativo de 2023, finales de año, tenía en su posesión prácticamente el 0,1% de los títulos de la compañía.

Se trata un paquete conformado por alrededor de 5,4 millones de acciones, que actualmente está valorado a precios de mercado en más de 21 millones de euros. El presidente del grupo, eso sí, no es el consejero de la empresa española que cuenta con un paquete de acciones de mayor tamaño. Este «honor» corresponde a Francisco José Riberas. El presidente de Gestamp es a su vez consejero independiente de la compañía y cuenta con un 0,21% del capital, valorado en 46,8 millones de euros.

El dividendo, un activo

Además, el pasado viernes, el día que Álvarez-Pallete decidió la compra de otras 100.000 acciones adicionales para aumentar su participación en la compañía que dirige, Telefónica acababa de abonar la segunda parte de su dividendo, 0,15 euros por acción que se unieron a los repartidos en junio. Al presidente del grupo le correspondían 816.000 euros brutos, de los que aproximadamente la mitad habrían sido reinvertidos en nuevas acciones de la empresa.

Telefónica ha hecho precisamente de la remuneración del accionista su gran activo de cara al inversor y en su último plan estratégico prometía que sus inversores recibirían al menos 0,30 euros por acción hasta 2026, lo cuál además deja la puerta abierta a futuros incrementos en caso de que los números de la compañía lo permitan. La rentabilidad del dividendo, por encima del 7%, la sitúa también en la zona noble del Ibex en este aspecto.

Esta generosa política de remuneración ha motivado por ejemplo la presencia de entidades como Criteria Caixa en su accionariado, una posición que ahora se ha reforzado para ejercer como contrapeso español frente al grupo saudí STC. El fin último del grupo catalán es financiar la obra social de la fundación y los dividendos son una fuente de liquidez recurrente que ayuda a traspasar fondos a la entidad.