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El macroplan de gasto en Defensa del Gobierno servirá también para que el Ejecutivo gane peso estratégico en el sector y entre en el capital de las empresas del sector, una estrategia que también planea poner en marcha con las compañías industriales afectadas por los aranceles.
Tras pilotar el regreso al capital de Telefónica y hacerse fuerte en Indra, la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi) jugará también otro papel relevante en el bautizado como 'Plan Industrial y Tecnológico para la Seguridad y la Defensa' a través de Sepides, su brazo inversor de capital riesgo.
Para ello, el Gobierno va a buscar dar finalmente vida a uno de los proyectos que llevan más de un año sobre la mesa: la creación del Fondo de Seguridad y Defensa (FORES), al que prevé aumentar su dotación en 664 millones de euros para "préstamos o entradas de capital en empresas del ámbito de la defensa", dinero fresco para acompañar a las empresas en sus planes para disparar su fabricación en España, un plan donde sobre todas las operaciones destaca la ofensiva de Indra, participada por la Sepi, para hacerse con la fábrica de blindados de Santa Bárbara, que ahora podría ser cofinanciada con dinero público.
Se trata de una operación complicada, ya que la compañía estadounidense ha rechazado los acercamientos de los españoles para la compra y prevé dar un nuevo impulso a la fábrica para aprovechar el auge de la defensa europea. Justamente, la compañía ha ganado un contrato de más de 300 millones de euros para proveer blindados a Letonia. Sin embargo, el interés por una transacción sigue abierto, con la plantilla y el gobierno regional abiertamente a favor de la integración en Indra. El interés del Gobierno en impulsar la fabricación española y las urgencias para ejecutar el gasto podrían ser el empujón definitivo para alcanzar un acuerdo.
Un nuevo fondo de inversión
De hecho, el Gobierno sitúa la participación del Estado en estas empresas industriales como uno de los pilares a "largo plazo" de la inversión en defensa, según recoge la estrategia completa publicada este martes. El instrumento escogido, el Fores, aún no existe, pero no es nuevo. Este vehículo está incluido en el Plan de Recuperación y es uno de los viejos anhelos del ejecutivo socialista, que preveía tenerlo en marcha en 2024, pero que se ha topado con el rechazo de sus socios en el Parlamento.
El principal cambio del planteamiento actual es que, bajo su concepción inicial y el plan remitido a Bruselas, el fondo se comprometía estar un máximo de diez años en el capital de las empresas y contar con participaciones minoritarias, algo que choca con la nueva visión a "largo plazo" de este vehículo, que será gestionado por Sepides en alianza con la Secretaría de Estado de Defensa.
La otra novedad es que los 664 millones de euros consagrados son menos que los 1.000 millones de euros que se plantearon inicialmente y que, de hecho, iban incluidos en una enmienda que el grupo socialista registró a un proyecto de ley de Navegación Aérea. Sin embargo, la falta de apoyos por parte de sus socios hizo que el texto se retirara el pasado 7 de abril. Ahora, el Ejecutivo, que no cierra la puerta a ampliar los fondos en el futuro para seguir aumentando su peso en el sector, tendrán que buscar la forma de aprobarlo y generar el consenso necesario.