Ursula von der Leyen considera que Europa vive un "momento extraordinario" en materia de Defensa. Que es imprescindible que los países miembro aumenten de manera significativa su inversión militar, y para ello está dispuesta no sólo a que la Comisión Europea dé "flexibilidad" presupuestaria sino también a aplicar una suerte de modelo Covid: modificar las reglas fiscales e, incluso, activar la cláusula de escape que ya las congeló durante la pandemia y que en este caso se enfocaría al gasto en Defensa.
Es una de las vías en las que Bruselas ya está trabajando, y que podría dar realmente un fuerte impulso a la inversión de países como España ya que podría gastar en este ámbito sin temor a un incumplimiento fiscal. La presidenta de la Comisión, apuntan fuentes comunitarias, ya habría presentado esta opción a los líderes en la reunión informal que el lunes mantuvieron en Bruselas y que, precisamente, tenía como materia principal la necesidad de aumentar el gasto militar. Y el portavoz comunitario de Economía, Balazs Ujvari, añade que sí, "la cláusula de escape sigue formando parte del marco y, por supuesto, si se cumplen unas condiciones muy específicas, como en el caso de la pandemia, sigue existiendo la posibilidad teórica de activarla".
Desde Bruselas exponen también que la mencionada no es la única opción que se estudia, y que se contemplan igualmente todos los mecanismos que están vigentes. Por ejemplo, que los países desarrollen planes fiscales a medio plazo en siete años, que es el periodo máximo que se contempla siendo cuatro años el mínimo, y aprovechen esa ampliación para gastar más en Defensa. El problema en este caso es que muchos gobiernos, incluido el de España, ya han llevado sus planes al plazo máximo.
Y a todo ello se suma la opción de que si hay una desviación del déficit por la inversión en determinados ámbitos de Defensa, el país en cuestión no sea sancionado ya que esos gastos no se computarían. Sería una medida similar a la inicialmente apuntada pero, presumiblemente, de menor impacto.
"Transición verde" y política "belicista"
El trabajo en Bruselas, por lo tanto, es intenso en materia de Defensa y contrasta con la posición que está adoptando el Gobierno. El presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, fue uno de los pocos líderes que no intervino públicamente el lunes. Y es la segunda vez que evita la cuestión del gasto militar. La anterior fue la semana pasada tras reunirse con el secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Mark Rutte. Dos momentos cruciales y dos silencios.
En su lugar, fuentes del Gobierno apuntaron que "no se trata únicamente de gastar más, sino también de gastar mejor", y que "gastar mejor es también integrar esa dimensión de defensa en la transformación de la economía, para lograr una transición verde y digital". Pero la Unión Europea y la OTAN no están en eso, y mucho menos Estados Unidos, que está presionando no sólo con la mencionada guerra comercial sino con lo imprescindible de elevar el gasto en Defensa.
Aún más alejada del debate está la posición de Sumar, y por tanto de una parte del Gobierno, que mantiene que "no es momento" de gastar más en Defensa. Lo dijo la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, el lunes también en Bruselas al mismo tiempo que se reunían los 27 países miembro de la UE, la presidenta Von der Leyen, Rutte e incluso el primer ministro británico, Keir Starmer para debatir precisamente de ello.
También pidió que no se haga "seguidismo" de la política "belicista" de la OTAN y de Estados Unidos, que en su opinión son casi lo mismo, y en ese punto también incidió ayer Gerardo Pisarello, diputado de Sumar. Es más, acusó a Rutte de ser "uno de los grandes recortadores del presupuestos social" en la Unión Europea, y defendió que lo que realmente necesita Europa es un "proyecto de seguridad propio que contribuya a la paz y no a la militarización".