El mapa municipal de España quedará oficialmente teñido de azul PP a partir de este sábado. De las 52 capitales de provincia y 15 ciudades de más de 150.000 habitantes, en 41 de ellas habrá alcaldes con las siglas del partido ganador de las elecciones del pasado 28 de mayo una vez que se constituyan todos los ayuntamientos.
La formación de Alberto Núñez Feijóo triplica de facto su poder local, ya que tras comicios de 2019, con una marca lastrada por la acumulación de casos de corrupción y un entonces pujante Ciudadanos pescando en su mismo caladero de votos, sólo había logrado situarse al frente de 13 consistorios. Y recupera su músculo institucional principalmente a costa del PSOE: de los 34 regidores que Pedro Sánchez llegó a tener en los últimos cuatro años ahora se quedará en 17, prácticamente la mitad.
El avance de los populares es particularmente significativo en la mitad sur del país. A partir de ahora gobernarán en las capitales de las ocho provincias andaluzas, incluida Cádiz, donde José María González Kichi optó por no presentarse a la reelección tras ocho años de mandato. A su nómina de ayuntamientos suman además la simbólica reconquista de Sevilla, una plaza que se les resistía desde 2015 y a cuyo frente se situará José Luis Sanz.
Muy notable es también la extensión de su poder en Castilla-La Mancha, donde el PSOE sólo ha logrado retener la Alcaldía de Cuenca. Pese al intento unilateral de Emiliano García-Page para tratar de pactar el PP -en contra de la directriz de su propio partido- que gobierne la lista más votada para impedir la dependencia de Vox, lo que habría permitido a los socialistas mantener los ayuntamientos de Toledo y Guadalajara, la suma de los votos de la derecha va a cambiar el color político en cuatro de las principales ciudades de la región.
Las alianzas del partido de Feijóo con el de Santiago Abascal en el terreno municipal no han seguido un mismo patrón. Mientras en algunos sitios han llegado a alcanzar acuerdos para formar ejecutivos de coalición, como en el caso de Burgos y la localidad alicantina de Elche, en otros los candidatos se van a presentar a la investidura este sábado sin haber alcanzado un pacto previo, como la popular María José Catalá en Valencia: si no logran mayoría absoluta en la primera vuelta en la segunda sería proclamado alcalde automáticamente el ganador de las elecciones.
Tras su debacle en la última cita con las urnas, los socialistas sólo conservan tres de sus feudos municipales con mayoría absoluta: Vigo, con Abel Caballero a la cabeza, Soria, con Carlos Martínez, y el municipio madrileño de Fuenlabrada, con Francisco Javier Ayala. Aunque también empezarán a gobernar en cuatro nuevos ayuntamientos -Lérida, Gerona, Tarragona y Palencia-, su peso local será significativamente inferior al de 2019.
Ni en las cábalas más pesimistas
El PSOE no ha logrado además ninguno de los tres objetivos prioritarios que se había fijado en la última cita electoral: conservar el Ayuntamiento de Sevilla, ser primera fuerza política en el de Barcelona y quedar por delante de Compromís en Valencia, donde hasta ahora gobernaba en coalición con Joan Ribó. A su lista de pérdidas se incorporaron también ciudades que no figuraban ni en sus cábalas más pesimistas, como Valladolid, Castellón y Toledo.
En Madrid el popular José Luis Martínez-Almeida va a estrenar mayoría absoluta tras cuatro años de coalición con Ciudadanos y dependencia de Vox. Su compañero de filas Francisco de la Torre ha revalidado por tercera vez la suya, por lo que seguirá ostentando en Málaga el bastón de mando que obtuvo en el año 2000.
En Barcelona todo apunta a que un acuerdo entre los partidos independentistas acabará dando finalmente la Alcaldía a Xavier Trias, el ganador de los comicios. El PP es el único que podría entregarle la llave de la ciudad al socialista Jaume Collboni, para lo que pone como condición que no pacte a su vez con Ada Colau, la única representante aparte de Kichi que quedaba de los gobiernos del cambio que irrumpieron en el panorama municipal en 2015.
El pacto más peculiar que podría dejar la aritmética tras el escrutinio es el de Orense. La suma de los votos de los populares, del PSOE y del BNG podría desalojar este sábado a Gonzalo Pérez Jácome, de Democracia Ourensana, que pese a las múltiples polémicas que ha protagonizado durante su mandato fue el candidato que más apoyo recibió el 28-M.
Francisco Guarido, por su parte, seguirá al frente de la Alcaldía de Zamora por tercer mandato consecutivo. El único alcalde de IU en una capital de provincia ha perdido su mayoría absoluta, pero podrá mantenerse en el poder tras ofrecer a los socialistas entrar en el Gobierno local.
Entre las localidades que van a cambiar de signo político este sábado está Vitoria, donde la socialista Maider Etxebarria va a ser investida tras un pacto global alcanzado por su partido con el PNV en el País Vasco; Pamplona, donde gobernará la lista más votada, UPN, con Cristina Ibarrola; y probablemente Gijón, donde Foro ha llegado a un acuerdo con el PP para investir a Carmen Moriyón pero aún necesita a Vox.
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