ESPAÑA
Política

Barones y ex ministros del PP reclaman que Feijóo refuerce la dirección del partido

Crecen las críticas por la falta de "referentes" en temas clave que "conecten" a la formación política con la sociedad

Alberto Núñez Feijóo, reunido con parte de la dirección del PP en su despacho en la sede del partido en la calle Génova.
Alberto Núñez Feijóo, reunido con parte de la dirección del PP en su despacho en la sede del partido en la calle Génova.David MudarraPP
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El seísmo interno que supuso para el PP el error en la tramitación de la ley que conmuta penas de prisión de más de 40 etarras sigue dejando réplicas de consideración. En estas dos últimas semanas, Alberto Núñez Feijóo se ha enfrentado a su primera crisis interna desde que lidera el principal partido de la oposición y lo ha hecho sin depurar responsabilidades políticas y sin cambios en los sistemas de trabajo de su grupo parlamentario, como reclaman muchos diputados.

Tanto el segundo estallido informativo del caso Ábalos como la imputación del fiscal general del Estado han opacado en cierta medida esa turbulencia interna del PP, pero no la han dejado atrás. Antes al contrario, lo que ha ocurrido es que han ido aflorando más tensiones y más quejas, ya que ahora hay barones, dirigentes y ex ministros que expresan que a la cúpula de su partido le falta un «refuerzo», en general.

Ya que nos encaminamos a una legislatura larga, como llevan dos meses reconociendo en Génova y como dijo Elías Bendodo el martes -sin saber que su discurso estaba siendo emitido por el canal interno del Senado-, los altos cargos del PP consultados coinciden en que es momento de ampliar los portavoces sectoriales de la formación y darle un impulso político a la dirección de Génova.

Diversos barones se quejan en privado de la coordinación con sus autonomías y de la falta de pesos pesados «reconocibles» en algunos de los grandes flancos de la actualidad. No es que critiquen que Feijóo acapare las negociaciones de inmigración, exteriores o mercado laboral y se exponga siempre, sino que creen que un partido como el PP debería tener «referentes sectoriales» y «perfiles de peso» para el sector privado y la sociedad civil.

«Es algo en lo que coincidimos los ex ministros que mantenemos el contacto», asegura a este diario uno de los principales integrantes del Gobierno de Mariano Rajoy. «A todos nos llama gente del sector privado pidiéndonos ayuda porque no encuentran referentes en temas fundamentales. ¿Quién es el enlace del PP con la justicia? ¿Quién lleva los temas de Defensa? ¿Y Agricultura o infraestructuras?».

«Cuando estábamos en la oposición, todo el mundo sabía quién era el referente del PP en economía, empleo, defensa o justicia», explica otro ex miembro del Ejecutivo de Rajoy, quien recuerda que en los años de Aznar esa sensación de tener grandes alfiles era igual de acusada. «Y los nuevos vicesecretarios que entraron con Rajoy [Javier Maroto, Pablo Casado y Andrea Levy] se convirtieron enseguida en referentes como portavoces», añade una ex ministra que comparte el diagnóstico de que Feijóo debería «reforzar» su equipo en un momento de «máxima importancia política».

Los ojos de quienes en el PP tienen poder -regional o local- apuntan, sobre todo, a las competencias de Esteban González Pons, que ha vuelto a ser eurodiputado y además es vicepresidente tercero del Parlamento Europeo y ejerce de asesor principal de Feijóo en política comunitaria. Cargos que los consultados ven difíciles de compatibilizar -por acumulación y distancia- con la vicesecretaría Institucional del partido, que engloba justicia, defensa y política constitucional, tres pilares para los liberales y conservadores.

Los barones consultados apuntan también, de manera casi unánime, que es mucho más eficaz que la «interlocución» no se centre siempre directamente en su líder y en el entorno más inmediato de la planta séptima de Génova, sino que «se abra» con «enlaces» a la sociedad. Es algo en lo que coinciden al menos cinco dirigentes de gobierno y una decena de cargos populares consultados.

Críticas a Tellado por no hacer nada tras el "bochorno" de los etarras

Además, desde la mal llamada periferia de la política nacional también se apunta a Miguel Tellado. Le piden que ejecute cambios en el Grupo Parlamentario Popular como compromiso para dejar atrás una crisis tan «dolorosa» como la de los beneficios a etarras. Bien con ceses, bien con un sistema de trabajo reforzado para evitar que pueda volver a pasárseles una enmienda de semejante calado. «Ese bochorno» no debe «quedar así», opina uno de los ex ministros consultados.

Una de las observaciones constructivas que más se extienden en las conversaciones privadas es la del reducido e impermeable núcleo de decisión de Feijóo, pero todos convienen que siempre le ha funcionado esa manera de trabajar. Y le alaban que no imponga decisiones a los territorios. Aunque se quejan de cierta falta de coordinación. A los presidentes autonómicos les incomodó, por ejemplo, que Feijóo lanzase su plan de conciliación y, sobre todo, su idea de la semana laboral de cuatro días, sin consultarles y a través de una entrevista. Tres de los consultados se quejan también de que el PP no fiche talento del sector privado.

Ahora es más difícil. Incluso hay quienes sí aceptarían ser ministros, pero no la travesía de la oposición. Es algo que ya le ocurrió a Feijóo al hacer las listas al Congreso de 2023: no encontró un fichaje de campanillas para su número dos por Madrid, y tuvo que ascender a esa posición a Marta Rivera de la Cruz, ex de Cs, y que ahora ni está en la Cámara Baja, ni tiene ascendencia directa sobre Feijóo.

En aquella campaña, el presidente del PP ya dijo que tenía elegido a su futuro vicepresidente económico, pero nunca se supo quién era. Ahora, los ex ministros consultados se preguntan quién es el Luis de Guindos del actual PP. O sea, quién entreteje las alianzas con el sector privado y quién seduce con propuestas al mundo empresarial.

Después de la investidura de Sánchez, Feijóo ya renovó su dirección, pero algunos perfiles no han terminado de hacerse un hueco. Por ejemplo, Carmen Fúnez, a la que se llamó «número tres» del partido, cuenta con un gran respaldo de sus compañeros a su labor, pero no está ejerciendo un papel político que trascienda a la opinión pública con la suficiente relevancia.