ESPAÑA
Política

Sumar rechaza cambiar de nombre como le pide IU mientras crece el enfrentamiento interno

Aumentan las discrepancias y piques entre los miembros del espacio a la vez que Maíllo propone primarias "sin vetos" para atraer a Podemos

Yolanda Díaz.
Yolanda Díaz.EFE
Actualizado

El tira y afloja en la reestructuración del espacio político que representa Sumar despierta tensiones y cada vez más piques entre Yolanda Díaz e Izquierda Unida, es decir, en las dos patas más importantes que sostienen la coalición. Uno de los motivos de esas fricciones es el empuje que está haciendo IU para forzar cambios en el grupo parlamentario del Congreso. La formación liderada por Antonio Maíllo reclama un cambio de nombre del mismo. Que deje de llamarse «Sumar» y que se busque una marca alternativa. Esa petición no ha gustado nada dentro del partido de Díaz, que cierra la puerta a tomar una medida así y que trata de zanjar con rotundidad el tema para que otros socios no la secunden.

La secretaria de Organización de Sumar, Lara Hernández, paró ayer los pies a IU y enfatizó que hay «un consenso amplio» en el espacio sobre que «no es el momento de poner esta cuestión encima de la mesa».

Su argumento es que la prioridad es «atender las cuestiones políticas», como la reconstrucción de Valencia tras el pasado de la DANA, la negociación de los Presupuestos o la reducción de la jornada laboral. Y que por tanto no toca abrir ese tipo de debates porque lo que procede es «estar a la altura de las circunstancias y ser responsables políticamente».

IU se reafirma en su petición y ve el cambio de nombre como un símbolo de la apertura de una nueva etapa dentro de la coalición. La que deja atrás un funcionamiento «vertical» y unipersonal en la toma de decisiones y que también se desprende de Errejón.

El argumento político que IU esgrime para reclamar el cambio de nombre tiene que ver con la «confusión» que se da -y que ve intencionada- entre la marca Sumar y el partido de Díaz, que se llama Movimiento Sumar. «No pueden ser el mismo, pues en la confusión del todo con la parte tenemos un problema político», dijo la dirección de IU cuando quiso abrir ese asunto. «Es por ello que debemos cambiar el nombre del espacio común».

«Los debates nominales interesan para adentro», replicó ayer Hernández, dirigente de Movimiento Sumar, a IU. «No es el momento de estos debates ni la ciudadanía está esperando que se den ahora».

Con el cambio de nombre ya pedido, la evolución del tema estará en lo que puedan reclamar a partir de ahora otros partidos. IU sostiene que no es el único que lo ve así.

Numerosos desacuerdos

Ese debate sobre la marca es uno de los muchos frentes que tiene ahora mismo abierto IU con Díaz. Y es que, hay otros muchos desacuerdos más encima de la mesa que han venido elevando la tensión y el malestar entre las partes. Ayer fue un claro ejemplo de eso, porque Movimiento Sumar e IU tuvieron varias enganchadas públicas.

El orden cronológico lleva primero al desayuno informativo que dio ayer el líder de IU, Antonio Maíllo, en Madrid. En él dijo que Díaz era una «magnífica ministra de Trabajo», que eso «nadie lo cuestiona», pero advirtió de que «necesita mejorar» en la gestión interna de Sumar. Afirmación que hizo haciendo un juego con las «notas de clase».

Esa crítica fue muy mal recibida por parte de la vicepresidenta segunda del Gobierno y de su equipo. Y tuvo una respuesta, tanto por su parte, como por parte de su formación, Movimiento Sumar. Díaz replicó a Maíllo que ella defiende «la política con mayúsculas». «Y la política con mayúsculas es defender a los trabajadores y las empresas y practicar el bien común. Hablo desde hace muchos años de política útil. Y en esto estoy centrada», señaló en La Sexta.

Unos minutos antes que ella se había manifestado en términos más duros sus portavoces. Preguntada por esa nota de «necesita mejorar», Hernández señaló que «todos podemos mejorar en muchas cosas». Y remató: «Díaz es la referencia política de este espacio allí donde los liderazgos políticos se reconocen, que es en la sociedad».

Más allá de este choque, hay otros temas de fondo político, que de verdad son relevantes, que ahondan la brecha entre las dos partes. Es el futuro electoral del espacio. Queda mucho por delante pero en IU ya están hablando de la necesidad de reconstruir la «unidad» de las fuerzas de la izquierda alternativa para las próximas elecciones. Eso significa hacer las paces con Podemos.

Maíllo defiende una «unidad sin vetos» y dirimir las cuotas de poder por «primarias», dotándose de un método democrático y horizontal para la toma de decisiones. La base, recalcó, es el programa, donde «no hay problema» entre los partidos.

El partido de Díaz rechaza también entrar en ese marco y argumenta que ahora «no hay procesos internos ni electorales», por lo que toca «centrarse en gobernar».