- Sociedad Protección de Datos alerta del riesgo de las pantallas en las aulas y las desaconseja: "Pueden afectar gravemente a los alumnos"
- Sociedad Casi un millón de menores de 16 años logran acceder cada mes a páginas porno en España
Marcha atrás en el uso de las pantallas por parte de los menores. El comité de 50 expertos nombrados por el Gobierno para evaluar el impacto de las nuevas tecnologías en niños y adolescentes recomienda poner límites al uso de pantallas en los colegios y que los adolescentes lleven móviles analógicos, que sirvan para realizar llamadas pero que no tengan acceso a las redes sociales ni a internet.
Son dos de las principales propuestas de en torno a un centenar recogidas en un informe que será aprobado este martes en el Consejo de Ministros. El texto de 231 páginas, adelantado por El País, denuncia que "no existe ningún control" sobre los algoritmos que redes sociales como Instagram, TikTok o YouTube Kids implementan para recomendar sus contenidos a las personas usuarias. Y advierte de que, aunque las plataformas suelen exigir una edad mínima para registrarse (entre 13 y 14 años), "no existen sistemas de verificación de edad sólidos".
"El uso básico de estas plataformas suele ser gratuito [...], este aspecto hace que el uso de los sistemas se financie con la recogida de datos personales, utilizados para perfilado y fines publicitarios, representando un riesgo para los niños y adolescentes", recalca este informe, en el que han participado reputados pediatras, psiquiatras, psicólogos, educadores, ciberexpertos, expertos en protección de datos, informáticos, juristas, representantes de familias y sindicatos de profesores.
Los expertos abogan por educar a los menores en el buen uso y reforzar la formación de profesores, sanitarios, jueces y, en conjunto, de toda la sociedad, pero también enumeran el impacto de los medios digitales en la salud de los niños (problemas de sueño, dieta menos saludable, peor actividad física, riesgo cardiovascular, fatiga visual, disminución en el volumen cerebral...), así como a nivel social, "al favorecer la ausencia de interacción social", y en el ámbito familiar, "con el deterioro de las relaciones familiares".
Verificación de edad y control parental por defecto
Entre las 107 medidas, los expertos proponen al Gobierno un sistema de verificación de edad que, respetando la protección de datos de todos los usuarios de la red, garantice que los menores no puedan entrar en páginas porno. Actualmente los controles que existen permiten la entrada de niños y adolescentes. Casi un millón de menores de 16 años logran acceder cada mes a páginas porno en España.
Los sabios del Gobierno proponen "crear una lista negra" de empresas digitales que violen la obligación de protección de las personas menores de edad frente a contenidos pornográficos o sean objeto de una investigación, y "una lista blanca" para las que cuentan con sistemas de verificación de edad acreditados, y llegar a acuerdos de colaboración con los principales buscadores para que no den visibilidad prioritaria y releguen a una posición secundaria (shadowband) a aquellas páginas de contenido para personas adultas que no utilicen sistemas de verificación de edad.
Esta medida ya se incluye en la ley que ha aprobado en primera vuelta el Gobierno para regular el uso de pantallas en la infancia, y se suma la inclusión de controles parentales por defecto en todos los dispositivos (ahora son de pago o pertenecen a las propias plataformas), pero los expertos inciden en ella porque consideran que no establecer filtros ni poner sistemas de verificación de edad efectivos "pueden suponer una amenaza para la seguridad de los menores".
También se recomienda que opciones como la geolocalización, el micrófono y la cámara de los dispositivos estén desactivadas por defecto, y, en caso de utilización, se desactiven después de cada sesión.
Etiquetado con los riesgos
Además, los dispositivos digitales comercializados en España deben incluir un etiquetado advirtiendo de los principales riesgos para la salud que conlleva su uso, así como del acceso a contenidos no apropiados para el desarrollo de la infancia y adolescencia. Estas advertencias también deben aparecer en las pantallas al acceder a una determinada aplicación o plataforma en línea, indicando los riesgos para la salud y el tiempo máximo de uso recomendado.
Los fabricantes y productores de contenidos deberán realizar un informe de impacto con posibles recomendaciones por edades y con participación infantil o adolescente, con una información que sea comprensible para las personas usuarias de distintas edades. Se pretende que haya un "consentimiento verdaderamente informado" porque ahora el lenguaje es tan enrevesado que ni siquiera los adultos entienden los compromisos que suscriben.
Responsabilidad civil y penal a la industria
Los expertos proponen prohibir las aplicaciones que por inteligencia artificial permiten desnudar a menores sin consentimiento de los afectados. Hay en el informe un intento por exigir más responsabilidad civil y penal a la industria en relación a los daños que pueden causar a los menores. Se propone incluir la responsabilidad específica por uso de algoritmos que no sean transparentes o que violen la privacidad de los usuarios; se insta a regular y fomentar las acciones colectivas por los perjuicios causados a los menores, y se plantea prohibir el uso de patrones oscuros y otras prácticas engañosas que induzcan a error a los menores.
Asimismo, llaman a regular el sector de los videojuegos y la retirada urgente de contenidos ilícitos con un impacto directo sobre los menores y la responsabilidad de las empresas que permitan publicarlos. Reclaman poder bloquear contenido nocivo para los menores a las plataformas de intercambio de vídeos establecidas en terceros países, previa autorización judicial, cuando hayan sido sancionadas por incumplimiento en materia de protección de menores.
Educación afectivo-sexual
En cuanto a las medidas vinculadas a la educación, los expertos plantean reforzar la alfabetización mediática y la competencia digital tanto de los alumnos como de los profesores, así como la educación afectivo-sexual "en todas las etapas educativas, con especial énfasis en la ESO", para contrarrestar el "mal uso de los dispositivos digitales o el consumo de contenido no apropiado para el desarrollo de niñas, niños y adolescentes". Proponen impartir cuestiones como "el impacto de la pornografía en la sexualidad de los y las adolescentes, la violencia y el abuso sexual, la hipersexualización de los niños y adolescentes y el impacto de las redes sociales, entre otros aspectos, todo ello basado en la evidencia científica".
Para los expertos, todos los centros educativos deberían tener un Plan Digital de Centro que regule los dispositivos tecnológicos propios y que tendría que considerar, como mínimo, "la eliminación de juegos de las aplicaciones educativas relacionados con sistemas de gratificación inmediata", "la revisión contrastada de las herramientas y aplicaciones utilizadas para determinar su aportación a la mejora del aprendizaje según criterio científico". Creen que debería haber también un plan de detección y prevención en los centros educativos y se propone la figura del estudiante "mediador en el ámbito digital", equivalente a los que intervienen para evitar conflictos en los patios pero con el objetivo de atajar el ciberbullying.
Además, consideran necesario "el establecimiento de límites a la digitalización de la enseñanza según la edad, incluyendo el tiempo de pantalla de las tareas que se realizan fuera del horario escolar, siguiendo las pautas establecidas por las sociedades científicas y teniendo en cuenta la política de protección de datos, de seguridad y privacidad".
En Infantil y Primaria, enseñanza analógica
Estos límites son, según el informe, los siguientes. En Educación Infantil, de los cero a los seis años, "no se utilizarán dispositivos digitales individuales, aunque se permitirá el uso de herramientas didácticas colectivas bajo la supervisión adecuada del profesorado. Evitando el uso de dispositivos digitales en el tramo de cero a tres años".
En Educación Primaria, de los seis a los 12 años, "se priorizará la enseñanza de manera analógica". En la ESO (de 12 a 16 años) y FP Básica, "sólo como herramienta didáctica, debidamente justificada y supervisada, y atendiendo a la edad del alumnado".
Incluso se propone "dimensionar las dotaciones de equipamiento digital" de los centros educativos en función de las necesidades declaradas por los profesores y regular con normativa las medidas necesarias para asegurar la protección de los menores en el acceso a internet mediante la "activación obligatoria" de filtros de navegación y configuración de filtrado de contenido en los dispositivos de uso educativo. La línea del Gobierno había ido, hasta ahora, en el sentido de dotar de todo tipo de dispositivos electrónicos a los centros.
Los expertos también proponen planes de formación para los padres en cuanto a los "riesgos y efectos en la salud que pueda conllevar el uso de dispositivos digitales, así como las potenciales ventajas educativas de un uso crítico y adecuado". Para ellos es fundamental ofrecer alternativas no digitales para el tiempo de ocio, con dotación económica y recursos para las bibliotecas, campos deportivos o salas culturales.
¿Cuándo dar un móvil o una tableta a un hijo?
Las recomendaciones generales para "el acceso progresivo" de los menores a los dispositivos digitales pasa por no exponer a los niños de cero a tres años a ningún móvil, tableta u ordenador. Se desaconseja el uso de los tres a los seis años. "Como excepción, en caso de necesidad y de forma puntual y bajo la supervisión de un adulto, se puede permitir, con el objetivo de mantener un contacto social, familiar o cuando se determine por resolución judicial", añade el informe, que insiste, asimismo, en que "es aconsejable limitar el uso de dispositivos digitales por los adultos en presencia de menores hasta los seis años".
Entre los seis y los 12 años, reclaman que se limite el uso de los dispositivos con acceso a Internet y se prioricen las actividades vivenciales, deportivas, en contacto con la naturaleza y el entorno físico y presencial. "Si se decide que se utilice un dispositivo, que sea bajo la supervisión de un adulto y para acceder puntualmente y con límites prefijados únicamente a contenidos adaptados a sus edades y capacidad".
Desde los 12 años y hasta los 16 años, si se decide permitir el acceso a dispositivos digitales, hay que instalar herramientas de control parental para evitar el acceso a contenidos inadecuados, gestionar el tiempo de exposición y establecer contratos familiares para que hijos y padres tengan claro lo que se puede hacer y lo que no, además de configurar la privacidad que todo dispositivo digital tiene.
Además, entre los 12 y los 16 años, hay que priorizar el uso de teléfonos analógicos (de sólo llamada), sin acceso a internet, si se estima que son necesarios. Los expertos instan a "retrasar la edad del primer móvil inteligente (con conexión a internet) lo máximo posible". "Si las familias deciden la entrega de un móvil inteligente antes de los 16 años, utilizar el control parental para limitar y monitorear el acceso a los contenidos y el tiempo de uso, sin acceso a redes sociales y con un acuerdo sobre el tiempo y el tipo de uso y haciendo especial hincapié en la educación digital -práctica y actualizada- tanto de menores como de los adultos".
¿Qué tipo de formación debe haber para toda la familia? "Cuestiones de privacidad, ciberseguridad, de responsabilidad legal de los hechos cometidos en Internet, así como de herramientas como el canal prioritario, la línea 017 y demás recursos, así como formación para sacar el máximo partido al tiempo invertido en Internet (aprender idiomas, perfeccionar dones/talentos mediante tutoriales, etc.)", responde el informe.
Preguntas en los ambulatorios
Los expertos también plantean medidas de ámbito sanitario, como incluir preguntas de hábitos de consumo de tecnología en las consultas de atención primaria; instaurar medidas de prevención y elaborar campañas de sensibilización sobre los riesgos sociales y en la salud del uso de dispositivos digitales y el acceso a contenido inadecuado para el desarrollo infantojuvenil.
Quieren fomentar la presencia de contenidos que versen sobre la prevención y detección de la violencia sexual contra la infancia los planes de estudio de las facultades de Medicina, Psicología, Psiquiatría, Enfermería, Magisterio, Trabajo Social y Derecho. Y Dotar a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado de herramientas más adecuadas para investigar y desmantelar redes de violencia sexual contra la infancia en línea.
Hasta tres años de cárcel por mostrar porno a menores
Se ve conveniente, por otro lado, modificar el artículo 186 del Código Penal, que ahora penaliza con penas de prisión de seis meses a un año o multa de seis a 12 meses a los que vendan, difundan o exhiban material pornográfico entre menores o a personas con discapacidad. Los expertos quieren aumentar las penas hasta los 3 años de cárcel y castigar también a quienes no estableciesen los mecanismos para impedir el acceso a tales materiales, incorporando una mención explícita que deje muy clara su aplicabilidad a los responsables de las plataformas y otras empresas digitales que difunden materiales pornográficos sin usar sistemas de verificación de edad acreditados, siguiendo el ejemplo de la disposición correspondiente del Código Penal francés.
Se propone tipificar como delito la pornografía violenta y extrema, "incluyendo la producción, publicación, distribución o posesión de, o participación en, material pornográfico que represente escenas" de "violación, actos que amenazan la vida o que resulten en una lesión grave y los actos que impliquen interferencia sexual con un cadáver humano o con un animal" o "de carácter particularmente degradante o vejatorio".