- Política Génova desdeña el órdago de Vox a sus barones: "Nuestros socios están claros y no los vamos a modificar por las amenazas"
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El domingo, un día después de juntar en Madrid a sus principales socios europeos, Santiago Abascal le dio una nueva vuelta de tuerca a su tensa relación con el PP y lanzó otro órdago más. La lista acumulativa de los últimos meses es larga. Si en julio Vox rompió los gobiernos de coalición de Murcia, Aragón, Comunidad Valenciana, Extremadura y Castilla y León por aceptar la acogida de menores inmigrantes sin acompañar, en septiembre comenzó ya a plantear dejar a estos jóvenes fuera de los planes de integración social de esas mismas comunidades. O si no, no apoyaría las medidas de los barones del PP. En octubre, un escalón más: la dirección nacional de Vox exigió que esas comunidades no aceptaran a ningún menor más para poder aprobar los presupuestos regionales de 2025. En noviembre, reclamó pruebas dentales a los menores para sentarse a negociar. En diciembre, suspendió las negociaciones al enterarse de que el PP se iba a seguir reuniendo, como hasta entonces, con el Gobierno para negociar una solución a la crisis de Canarias y Ceuta. En enero, Vox exigió al PP eliminar ayudas a ONG que atiendan inmigrantes irregulares.
Y en febrero, o sea este mismo domingo, Abascal exigió al PP romper todos sus acuerdos europeos a cambio de negociar los presupuestos.
Semejante acumulación de ultimátums -al menos seis- habla por sí sola. «No sería la primera vez que Vox dice una cosa y luego eso queda en nada...», asegura uno de los barones concernidos. «Entonces, si Vox dice que hay que romper todos los acuerdos en Bruselas, ¿va a dimitir el comisario europeo de Víktor Orban? ¿Se lo va a pedir Abascal a su socio?», añaden en otra baronía, haciendo ver la «incongruencia» de pedir el fin de cualquier acuerdo con los socialistas, cuando Hungría tiene un miembro en ese Gobierno comunitario: el nuevo comisario europeo de Salud, Olivér Várhelyi.
«No vamos a abandonar ninguna negociación por una frase de Abascal de la que no tenemos ni siquiera constancia de en qué se traduce. Ya tenemos experiencia en órdagos que luego han quedado en nada», añade otro dirigente regional. Lo que piensan en el PP es que los órdagos que se acumulan uno sobre el otro no pueden ser órdagos, sino amagos. Se trata más de una estrategia discursiva que de una línea roja para las negociaciones, añaden las mismas fuentes.
«La semana pasada nos insultaba el PSOE y ahora nos insulta Vox. Estamos acostumbrados. Vox está obsesionado con hacerle oposición al PP, pero nosotros estamos obsesionados en ofrecer una alternativa a este mal Gobierno, y en eso estamos centrados». Así despejó el portavoz nacional del PP, Borja Sémper las exigencias de Abascal. En la rueda de prensa posterior al Comité de Dirección de su partido, Sémper fue tajante al rechazar ese ultimátum de Vox: «Nuestros socios en la Unión Europea están claros y nuestra posición está clara, y no las vamos a modificar por las amenazas ni nada por el estilo».
Preguntado sobre cuánto le preocupa la entente de Patriots y su acto en Madrid, al que acudieron líderes ultraderechistas europeos como Le Pen (Francia), Geert Wilders (Países Bajos), Víktor Orban (Hungría) o Matteo Salvini (Italia), entre otros, Sémper insistió en el ademán perfilero: «Nosotros formamos parte de un grupo en el que no está Orban, ni Wilders. Nuestra posición no ha cambiado y nos interesa España. La posición será defender los intereses de España en Europa y de Europa en el mundo».
Para el dirigente vasco, «hay un interés claro de Sánchez y Vox por convertir las políticas internacionales» en una batalla doméstica. «Nosotros vamos a hablar de los españoles y a seguir ofreciendo una alternativa a los españoles», enfatizó, consciente de que PSOE y Abascal quieren trumpizar el ruedo político español, porque les interesa a ambos...y al Partido Popular no.