ESPAÑA
Educación

Guerra de Ayuso a las pantallas para proteger la "convivencia familiar": "No se permitirá a los docentes poner tareas fuera del colegio que exijan dispositivos"

Prohíbe el uso individual a los escolares de hasta 12 años y sólo dejará 2 horas semanales en grupo y bajo control para aprender las "competencias digitales"

Una alumna realiza sus tareas escolares en su habitación con una pantalla.
Una alumna realiza sus tareas escolares en su habitación con una pantalla.CARLOS GARCÍA POZO
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La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, va a prohibir a partir de septiembre el uso individual por los alumnos de tabletas y ordenadores en las aulas e impedirá poner deberes para casa donde los niños tengan que recurrir a estos aparatos con el fin de «proteger la salud» de los menores y mejorar «la convivencia familiar», entre otros motivos. Así consta en la exposición de motivos del borrador del proyecto de decreto, al que ha tenido acceso EL MUNDO, que limita el uso de dispositivos digitales en los 2.000 colegios públicos y privados de la región (medio millón de alumnos).

La medida tiene bastante sintonía con la ley antipantallas de la ministra Sira Rego y, tras el precedente del veto por el Gobierno de Murcia, constata que las administraciones están reculando tras el boom de las aplicaciones digitales con fines supuestamente educativos. Eso hace augurar un enfrentamiento a gran escala con los colegios concertados católicos, que son los que más han apostado por la digitalización de las aulas y que creen que la norma «afecta a la autonomía pedagógica de los centros» y «supone excluir a los alumnos de la sociedad digital».

El decreto de Ayuso, en realidad, persigue «garantizar el desarrollo de la competencia digital », pero sin que supongan un «riesgo» para los niños. Se acepta el uso de ordenadores en las clases de Robótica, Programación o Tecnología. Y se mantendrán las pizarras digitales y pantallas de gran tamaño. Pero en Infantil y Primaria (hasta los 12 años) «no se permitirá trabajar de forma individual con dispositivos digitales» porque los profesores han visto que los niños se distraen. Además, «no se permitirá que los docentes programen la realización de tareas académicas fuera del horario escolar que exijan la ejecución a través de dispositivos digitales».

Uso en grupo y hasta 2 horas semanales

Sólo estará autorizado en el aula «el uso compartido» -entendido como «el trabajo de dos o más alumnos con dichos dispositivos en la ejecución de una actividad»- para «el desarrollo de la competencia digital», pero siempre «bajo supervisión de los maestros y con finalidad pedagógica», y con un tiempo de uso muy limitado que Madrid ha dividido en etapas.

En el primer ciclo de Infantil (de 0 a 3 años) «se evitará» cualquier uso. En el segundo ciclo de Infantil (de 3 a 6 años) y en los dos primeros cursos de Primaria (6-8 años), el uso «compartido» entre dos o más alumnos estará restringido a una hora semanal.

Los alumnos de 3º y 4º de Primaria (8-10 años) tendrán una hora y media para su empleo conjunto durante la semana, mientras que los de 5º y 6º de Primaria (10-12 años) podrán emplear la pantalla en grupo con estas condiciones un máximo de dos horas semanales. Estas restricciones no afectan a los alumnos de la ESO (de 12 a 16 años), aunque el decreto dice que los centros tendrán que «delimitar», como ellos vean, «el uso individual según las características de las enseñanzas impartidas, la edad y el grado de madurez de los alumnos».

«La preocupación de los padres por la salud de sus hijos, por su futuro y su capacidad de aprendizaje, y por la convivencia familiar es general», señala el decreto, respondiendo a las quejas de todos los padres que han denunciado los conflictos que genera usar el ordenador o la tableta en casa para hacer los deberes porque, al no existir controles parentales del todo eficaces, los críos juegan a videojuegos, se meten en redes sociales o entran en páginas que no son apropiadas para su edad.

El texto recalca que «recientes estudios de sociedades médicas y de agencias de protección de datos han alertado del peligro del uso indiscriminado de dispositivos digitales por niños y jóvenes». Y alega razones académicas, apelando a los resultados de las últimas pruebas internacionales, como PISA, «que han preocupado a los expertos educativos por las deficiencias que se detectan en comprensión lectora y matemáticas».

Caligrafía y libros de texto en papel

Estos argumentos han llevado al decreto a reivindicar una enseñanza tradicional: «Se primará el uso de los libros en papel, de la escritura a mano, de la caligrafía, del dibujo, de la memorización y la exposición oral, limitando al máximo la enseñanza de estos saberes básicos a través de medios digitales», especifica.

Además, los centros educativos tendrán que incluir en sus proyectos educativos «de manera clara y explícita» las actuaciones que «garanticen la adecuada utilización de los medios digitales y limiten el uso con carácter individual». Esta medida escuece especialmente a los colegios concertados católicos, donde estudia el 28% del alumnado madrileño y que tradicionalmente han estado aliados con Ayuso.

«El proyecto de decreto es radical y extremo, impide que la escuela madrileña del siglo XXI siga cumpliendo con su responsabilidad alfabetizadora y supone una intromisión en la autonomía de los centros», denuncia Emilio Díaz, secretario de la patronal mayoritaria Escuelas Católicas de Madrid.

La patronal Cece también muestra su «preocupación» por que el decreto «pueda limitar principios esenciales como la libertad y autonomía de los centros educativos, principios que el Gobierno de la Comunidad de Madrid ha defendido siempre». Todos los colegios deben acatar la norma, aunque hay una moratoria hasta el 31 de agosto de 2026 para adaptarse.

"Han recibido millones para digitalizar"

«Tiene competencias». En el Ministerio de Educación dicen que Madrid «tiene las competencias para hacerlo» pero, «en cualquier caso, los niños y niñas tendrán que salir de cada ciclo con las competencias básicas de cada etapa adquiridas».

75.000 docentes. El equipo de Pilar Alegría recuerda que «Madrid, como el resto de CCAA, ha recibido 46,9 millones de euros para el programa Código Escuela 4.0 y 155 millones que ha servido para repartir 33.000 dispositivos. Y casi 75.000 docentes de Madrid han acreditado su competencia digital».

«Nos preocupa el mal uso».Rubén Pérez, secretario de Estado de Juventud e Infancia del Ministerio de Sira Rego, apela a su ley antipantallas y dice que «los entornos digitales son parte de nuestras vidas y ofrecen muchas posibilidades de impacto positivo». «Sin embargo, también nos preocupan los problemas de su mal uso, particularmente entre la infancia y la adolescencia», añade. «En ese sentido, el ámbito educativo juega un papel fundamental en aspectos como la alfabetización mediática. Es necesaria una formación y una regulación que luche contra fenómenos como los bulos, el odio y el acoso online. Por ello, nosotras creemos que es fundamental que la educación recoja esta cuestión de forma transversal tal y como recogemos en el anteproyecto de ley».