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No hubo un gabinete de crisis como tal en La Moncloa. Pedro Sánchez siguió atentamente la intervención de Donald Trump el miércoles por la noche desde el complejo presidencial, pero no todo su equipo estaba con él. Conectados a la televisión, el móvil y el ordenador estaban en contacto permanente desde distintas ubicaciones. Especial intensidad entre los miembros del equipo económico. Los cables diplomáticos habían hecho su trabajo y en La Moncloa tenían de antemano información válida de lo que iba a anunciar el presidente de EEUU. Fuentes del Ejecutivo detallan que esperaban lo anunciado, que se enmarca "en lo previsto. Era lo que se venía publicando. Lo que no quiere decir que no sea malo".
De hecho, el plan que ha anunciado el jefe del Ejecutivo se venía trabajando desde hacía un mes, con especial intensidad en las últimas semanas. Prueba de ello es que a Sánchez le ha precedido la presentación de una campaña de publicidad sobre esta respuesta a los aranceles: "Nuestros valores no están en venta. Nuestros productos y servicios, sí"; "Compra lo tuyo, defiende lo nuestro".
Unas horas después que Trump detonase el botón de la guerra comercial, Sánchez ha comparecido en La Moncloa, en presencia de los sectores afectados -agricultura, automóvil, vino, acero, construcción, agua...- para anunciar un plan de 14.100 millones que pretende dar liquidez rápida a las empresas, proteger a los trabajadores con la activación de nuevo de los Ertes -el instrumento que ya se activó en pandemia- y dotando de fondos para que aquellas industrias que lo quieran puedan reorientar su actividad y su producción.
Al igual que sucedió durante la pandemia, el Gobierno activa el llamado mecanismo RED, que permitirá mantener plantillas y ayudar a los empleados de las empresas más golpeadas por la guerra comercial hasta que su actividad se recupere. Lo que quiere el Ejecutivo es que se produzca un escenario igual que el de los Ertes durante la pandemia: que no haya despidos masivos. Ése es su objetivo a evitar y por eso revive este instrumento laboral.
Las cifras de este Plan de respuesta y de relanzamiento comercial, que es como lo ha llamado Sánchez, son 14.100 millones de euros, de los que 7.400 millones son de nueva financiación y otros 6.700 millones se toman de instrumentos ya existentes. Esto es, se reciclan. Por ejemplo, se van a recanalizar 5.000 millones de euros del Plan de Recuperación para que, aquellas industrias y empresas afectadas puedan transformar y reorientar sus capacidades productivas hacia nuevos sectores con alta demanda.
En este sentido, Sánchez no lo ha dicho explícitamente, pero se ha pronunciado en el sentido de que hay industrias, como la auxiliar del automóvil, que fabrica componentes, que podría reorientar su productividad hacia la seguridad y la defensa, donde ha puesto el foco tanto Europa como la OTAN. Y, de esa manera, ayudaría al Gobierno a engordar la factura que presentar ante la Alianza de inversión en gasto militar. "Sobre todo la industria de los componentes puede ayudar a otros sectores en los que Europa va a invertir durante los próximos años". Aunque fuentes del Gobierno exponen que esa inversión también se puede destinar para la Transición Ecológica.
Porque uno de los propósitos de esta crisis comercial es presentarla como una oportunidad a determinados sectores de reinventarse. Es uno de los mensajes que ha querido lanzar Sánchez: redefinir la productividad o buscar nuevos mercados. "Trataremos de ver donde otros ven obstáculos, una oportunidad para la transformación y el progreso de nuestra economía".
En el detalle del plan, el Gobierno explica que su pretensión es poner en marcha dos líneas de avales y financiación intermediada del ICO, dotadas con 6.000 millones de euros, para facilitarles el acceso a financiación y satisfacer sus necesidades de circulante. Asimismo, se quiere impulsar el Fondo de Apoyo a la Inversión Industrial Productiva, dotado de 200 millones, para dar préstamos y participación en capital para modernizar o instalar nuevas plantas productivas.
Más cifras: 2.000 millones en seguros de crédito y coberturas de riesgo a la exportación y 500 millones para la internacionalización de pymes.
Carlos Cuerpo, ministro de Economía, será el encargo de informar a los grupos del Congreso en próximas fechas, posiblemente en una ronda de reuniones, además de comparecer a petición propia en el Congreso y reunirse con las comunidades autónomas.
Porque el presidente del Gobierno ha admitido la gravedad de la situación, y el difícil horizonte económico para nuestro país: "No está en mi ánimo maquillar la situación de las cosas. La situación es compleja, es difícil. La guerra comercial es una pésima noticia para el mundo. Lo es también para EEUU y, por supuesto, para Europa. Y, en consecuencia, también para España".
Este plan planteado por el Gobierno, se completa con una serie de exigencias, que como sucede con la obligación de invertir más en seguridad y defensa, busca poner el foco en la Comisión Europea para que active mecanismos y ayudas que doten de flexibilidad a los países para afrontar esta guerra comercial.
Contactos con la CE
Sánchez, que a primera hora de este miércoles ha conversado por teléfono con Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, y también con el comisario de comercio y seguridad económica, Maro Sefovic, pide a las instituciones europeas activar un marco especial de ayudas de Estado, que dote de mayor flexibilidad a las medidas de apoyo nacionales; crear un Fondo de Ayuda a los sectores afectados, financiado con la recaudación de los aranceles comunitarios; revisar algunas normativas comunitarias para apoyar a los sectores que se verán más afectados por los aranceles; y acelerar los trabajos necesarios para lograr la ratificación del acuerdo con Mercosur.
Fuentes del Gobierno explican que estas medidas las tendrán que debatir ahora los líderes europeos, pero que sí hay un trabajo previo hecho y que son optimistas respecto a que puedan ver la luz.
"La administración de EEUU ha decidido atacar de forma unilateral este vínculo [entre EEUU y Europa] desplegando un paquete de aranceles sin precedentes", ha expuesto Sánchez, que ha acusado a Trump de mentir. Cree que su decisión "es contraria a la verdad porque no es cierto que la UE aplique aranceles del 39% a EEUU. No es cierto. La UE aplica aranceles de en torno al 3%, dependiento de los casos".