INTERNACIONAL
La nueva legislatura

La Unión Europea busca apaciguar a una Meloni ignorada en el reparto de poder

Los socios ven necesario 'dar algo' a la líder italiana después de que criticara la elección de los 'top jobs'

La primera ministra italiana, Giorgia Meloni.
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni.R. AntimianiEfe
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La cumbre europea que arranca este jueves y se prolonga hasta el viernes tiene muchos asuntos en la agenda, contará con invitados especiales en Bruselas y también con alguna ausencia notable, como la del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez -que ha cancelado su agenda por la muerte de su suegro-. Pero el interés de este encuentro de los 27 jefes de Estado y de Gobierno comunitarios radica principalmente en la consolidación de la futura cúpula de poder de la UE. Los mandatarios ratificarán a Ursula von der Leyen, António Costa y Kaja Kallas como próximos jefes del bloque, con Roberta Metsola con todo a su favor igualmente para repetir al frente de la Eurocámara. Pero no todos están en el barco. Los primeros ministros de Italia y Hungría aterrizan en Bruselas cargados de ira tras ser esquinados del reparto de poder. Los mandatarios de Chequia y Eslovaquia, por su parte, se muestran más ambiguos. El principal reto de la cita es, sin duda, aplacar la furia de la italianaGiorgia Meloni.

El martes, los seis negociadores designados por los populares, los sociademócratas y los liberales cerraron el acuerdo sobre los llamados top jobs. Pedro Sánchez y Olaf Scholz (Socialistas y Demócratas); Kyriákos Mitsotákis y Donald Tusk (PPE); y Emmanuel Macron y Mark Rutte (Renovar Europa) allanaron el camino para que la alemana Von der Leyen repita al frente de la Comisión Europea; la estonia Kallas asuma la batuta de la diplomacia europea; la maltesa Roberta Metsola repita los primeros dos años y medio con la batuta de la Eurocámara; y el portugués António Costa se estrene como presidente del Consejo Europeo durante la primera mitad de la legislatura, aunque dando por bueno que su puesto se renovará de forma casi automática para el resto de la legislatura, tal como establece la práctica comunitaria habitual.

Pero no todos están contentos con este reparto del pastel. La italiana Meloni denuncia que no se tiene en cuenta el ascenso de su familia europea, los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), que es ya el tercer grupo en la Cámara, sorpasando a los liberales de Renovar Europa. "Los altos cargos se otorgaban pensando en los grupos más numerosos, sin las lógicas de mayorías y oposición. Hoy se opta por (...) un acuerdo para excluir que, en nombre del Gobierno italiano, he contestado y no pienso compartir", denunció Meloni ante el Parlamento transalpino antes de poner rumbo a la capital comunitaria, en declaraciones recogidas por Efe.

Los de Meloni cuentan con 83 escaños; nueve más que los de Macron. Pero los conservadores están acusando importantes divisiones internas. Ayer mismo, el grupo estaba llamado a constituir su familia y jerarquía, pero la reunión concluyó sin acuerdo por las brechas en la delegación polaca del Partido Ley y Justicia (PiS). Por su parte, Orban -cuyos 10 eurodiputados del Fidesz están huérfanos de familia europea- también expresó su profundo descontento: "El acuerdo que el PPE ha forjado con los izquierdistas y los liberales va en contra de todo en lo que se basa la UE. En lugar de inclusión, siembra las semillas de la división".

El primer ministro magiar, tras sus incontables pataletas y vetos, es visto como un caso perdido en Bruselas. Pero los socios sí ven necesidad en dar algo a Meloni. Por el país que representa, la tercera economía de la Eurozona, y por su contundente victoria en los comicios europeos. "Cuanto más consenso tengamos, mejor", reconocía una fuente diplomática. El escenario base es que la líder de Hermanos de Italia tendrá vía libre para elegir una Vicepresidencia ejecutiva fuerte, que probablemente contará con un componente económico.

Los estados pueden aprobar el cóctel de cuatro nombres sobre la mesa sin riesgo. Las tres familias al frente de la negociación representan al 80% de la población europea y cuentan con una mayoría de escaños que gira en torno al 60% de la Eurocámara. Las matemáticas para la mayoría cualificada reforzada que se necesitan dan con holgura. Pero sienten que ignorar a Meloni no es una buena idea. La UE buscará la cuadratura del círculo para apaciguarla. Con mucha probabilidad le ofrecerán un portfolio fuerte con el que pueda marcar el paso y ejercer influencia en el Colegio de Comisarios. Una fuente diplomática analiza que lo normal es que la italiana no forme parte del reparto acordado ni quiera hacerlo, ya que es proeuropeo y su ideario se nutre de menguar las competencias de Bruselas y caminar hacia una UE de naciones soberanas.

Von der Leyen jugará un papel clave, pero lo hará caminando sobre una línea muy fina. La antigua ex ministra de Defensa de Angela Merkel lleva semanas haciendo un ejercicio de equilibrismo para poder superar su examen en la Eurocámara. En 2019, pasó el escrutinio del Pleno por la mínima de nueve votos. Un lustro después, la mayoría del PPE, S&D y Renovar Europa sobre la que busca apoyarse cuenta con unos 400 eurodiputados, pero la experiencia dice que en el voto, que es secreto, hay una fuga de un 10%. En esta ocasión necesita el aval de 361. Y sus guiños a la derecha radical están apartando a no pocos eurodiputados progresistas.

En la antesala del Consejo Europeo, la inquilina del Berlaymont ha enviado una carta a los 27 líderes europeos en los que confirma su giro a la derecha en el tema migratorio. Von der Leyen anima a las capitales a explorar "estrategias innovadoras para frenar la inmigración irregular procesando las aplicaciones de asilo fuera de las fronteras de la UE". Es decir, entre líneas hace un llamamiento al resto de estados miembro a mirarse en la vía Meloni, que ha sellado un acuerdo con Albania para externalizar el asilo fuera de las fronteras de la UE. Y esta postura genera rechazo en algunas filas centristas.

El desenlace no tardará en llegar. La previsión es que el Pleno de Estrasburgo lleve a cabo la votación de Von der Leyen el próximo 18 de julio. La UE quiere comenzar el periodo estival con los deberes hechos. La urgencia viene dada por la necesidad de dar una imagen de estabilidad en un contexto internacional volátil marcado por el devenir incierto de la guerra en Ucrania y el posible regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. Tras el verano, todavía viene un calendario apretado e intenso para elegir y votar a los vicepresidentes y comisarios. España llega a este intercambio de cromos con confianza. En La Moncloa creen que el país cuenta con una coyuntura económica e institucional fuerte frente a otras potencias como Francia e Italia. Por ello, los de Sánchez buscan arañar una vicepresidencia con una pata energética o climática para Teresa Ribera.

La cumbre de los 27 va a contar como invitado con el presidente ucraniano Volodimir Zelenski, que ambiciona pactar unas garantías de seguridad simbólicas con sus aliados europeos. Y, en el menú, también habrá espacio para debatir sobre Gaza o inmigración. El punto que amenaza con espantar, enturbiar y alargar la cita es la adopción de la agenda estratégica. Al respecto, los líderes llegan divididos sobre las prioridades, el peso y presupuesto que otorgar a la inmigración, la defensa y la agenda verde en el próximo ciclo.