El ex presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha mantenido un encuentro este viernes por la mañana con el líder venezolano Edmundo González, apenas 24 horas después de que este fuera recibido informalmente por el presidente Pedro Sánchez en el palacio de La Moncloa. También el ex presidente Felipe González ha hecho lo propio y en la nota que ha publicado su Fundación se otorga al político venezolano la condición de "presidente electo de Venezuela".
Rajoy, según han trasladado fuentes populares, le ha trasladado su apoyo "como ganador de las elecciones" celebradas el pasado 28 de julio y ha manifestado su "deseo y confianza" en que la democracia se instale en Venezuela con él como presidente del país".
Mariano Rajoy y Felipe González son así los dos ex presidentes españoles que mantienen un contacto personal con González Urrutia desde que este llegó a España asilado por el Ejecutivo. En el Partido Popular dan por hecho que el ex presidente José María Aznar también se reunirá en breve con el político venezolano. González, Aznar y Rajoy firmaron junto a una treintena de ex dirigentes políticos latinoamericanos una petición reclamando la captura y detención inmediata de Nicolás Maduro, de Diosdado Cabello y toda la cadena de mando en Venezuela, según explicó el ex presidente colombiano Andrés Pastrana quien, además, en nombre de los firmantes, presentó un informe jurídico de seis páginas ante la Fiscalía de la Corte Penal Internacional.
El ex presidente Rajoy sigue así la línea marcada no sólo por el Partido Popular sino también por el Congreso de los Diputados que, el pasado miércoles, aprobó por mayoría absoluta -177 votos a favor de PP, Vox, PNV, Unión del Pueblo Navarro y Coalición Canaria- instar al Gobierno a reconocer la victoria de la oposición venezolana y, en consecuencia, la condición de Edmundo González como presidente electo y legítimo de Venezuela.
Es este un mandato que expresa la posición del Legislativo pero no resulta vinculante para el Gobierno que, de momento, hará oídos sordos al mismo. Pedro Sánchez defiende que su postura de rechazo al reconocimiento de González como presidente está en línea con la del resto de países de la Unión Europea y, en esta ocasión, prefiere no ejercer esa posición de liderazgo que asegura tener ante los socios en cuestiones relacionadas con América Latina.
El Gobierno defiende seguir ejerciendo presión sobre el régimen para que haga públicas las actas electorales dando margen de tiempo a una hipotética negociación con Maduro para que acepte una transición pacífica hacia la democracia. El Ejecutivo considera que aún hay tiempo para desplegar esta estrategia porque la toma de posesión del nuevo presidente venezolano no se llevará a cabo hasta el próximo 10 de enero.