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Oriente Próximo

Israel intenta matar en Beirut al líder de Hizbulá, Hasan Nasrala

Según los medios israelíes, los F-35 han utilizado misiles de casi 1000 kilos, especializados en reventar refugios construidos bajo la superficie. Las bombas aplastan media docena de edificaciones.

Israel ataca el cuartel general de Hizbulá en BeirutEL MUNDO (Vídeo) / IBRAHIM AMRO | AFP (Foto)
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La decena de impactos se han sucedido en torno a las seis de la tarde. Dos oleadas de explosiones que han sacudido los edificios de la capital libanesa. Incluso los que se encuentran en barrios alejados de los suburbios del sur. A los pocos minutos, desde de la terraza del hotel Royal Tulip, se podía percibir un ingente columna de humo entre marrón y naranja que se alzó hacia el cielo.

El ataque ha desatado el caos en las rutas que unen el centro de Beirut con el aeropuerto y Dahiya, los arrabales donde Hizbulá tiene instalado su principal centro de mando. No había pasado ni media hora y las calles de la que se ha rebautizado como Avenida Imam Jomeini -toda una ironía- se han llenado de decenas de familias que huían alocadas de las proximidades del enclave atacado.

"¡Nos están masacrando!", gritaba una señora consumida por las lágrimas ante la presencia del extranjero. A su lado, su marido caminaba apresurado con su hija pequeña en brazos. Otros grupos acarreaban maletas o los pocos enseres que habían podido sacar en bolsas de plástico de sus domicilios. Una comitiva interminable de rostros desencajados y miradas repletas de miedo.

Los alrededores de Burj El Barajneh, uno de los campos palestinos instalado en el sur de Beirut, estaban plagados de chavales que circulaban como posesos en motocicletas. Algunas de las calles que permitían acceder al destino exacto del bombardeo fueron cortadas por milicianos empuñando ametralladoras. "¡Fuera, fuera!", clamaban los paramilitares sin dejar espacio a ninguna discusión. Uno de ellos parecía llorar de pura rabia.

Mohammad Damj salvó la vida por una cuestión de metros. "No suelo ir a esa zona pero hay comercios que permanecen abiertos hasta muy tarde. No escuché al avión. De pronto empezaron a 'llover' misiles. La gente empezó a correr como locos. Agarré la moto y salí acelerando. Ahora sólo quiero irme de aquí (de Beirut)", ha declarado el libanés, de 50 años, tras salir de los arrabales habitados mayoritariamente por la población chií.

Nabil Sidani, de 31 años, se encontraba en el hospital Al Rasoul Al Aazam, una instalación regentada por Hizbulá, ubicada a unos 400 metros de donde cayeron los misiles.

"Las paredes temblaron y la gente se puso a gritar '¡takbir, takbir!' (¡Dios es grande!). Creíamos que las explosiones eran en el patio del hospital", ha relatado poco después de que se registrara el suceso.

El objetivo del bombardeo masivo que ha llevado a cabo la aviación israelí -el mayor que ha sufrido la ciudad desde octubre del 2023- se ha sabido poco después. La confirmación ha llegado de la mano del portavoz de los uniformados de Tel Aviv, Daniel Hagari, quien ha reconocido que buscaban destruir el cuartel general de la formación que lidera Hasan Nasrala.

"Hace pocos momentos llevamos un ataque preciso contra el cuartel general de Hizbulá, que se construyó en medio de edificios residenciales como parte de su estrategia para usar a los libaneses como escudos humanos", ha indicado el uniformado.

Hagari no ha aclarado más detalles pero casi de inmediato la cadena árabe Al Arabiya ha indicado que el propósito real era acabar con la vida del propio Nasrala. Una información que ha ratificado el diario israelí Yediot Aharonot. Portavoces de la formación libanesa han dicho a Reuters que Nasralla "se encuentra bien", lo mismo que otro alto cargo del Partido de Dios, Hachem Safieddine, considerado el sucesor del secretario general de esa facción armada.

Según los medios israelíes, los F-35 han utilizado misiles de casi 1000 kilos, especializados en reventar refugios construidos bajo la superficie. Las bombas han aplastado literalmente media docena de edificaciones, que han quedado reducidas a pilas de escombros. Grupos de rescate se arremolinan sobre las montañas de cascotes humeantes. La devastadora visión dejaba poca esperanza para que pudiesen encontrar supervivientes en esa localización.

A las ocho de la noche, dos horas después del ataque, la televisión de Hizbulá informó de la muerte de una persona y más de medio centenar de heridos, muchos de ellos en situación crítica. El ministerio de Salud libanés añadió después una segunda víctima mortal a esa contabilidad. Un balance muy provisional dado que los socorristas reconocían sobre el terreno que no sabían si había personas atrapadas debajo de los montones de cascotes. Ya de madrugada, el ministerio de Salud libanés dijo en un comunicado que "los sucesivos bombardeos del enemigo israelí en Haret Hreik, en los suburbios sur de Beirut, provocaron, en un balance preliminar, el martirio de seis personas y heridas a otras 91, incluidas 14 que tuvieron que ser hospitalizadas". Los trabajos de remoción de escombros continúan.

El espectacular bombardeo supone una nueva escalada israelí en un conflicto que como reconocía el analista libanés Sami Nader está colocando a Oriente Próximo muy cerca del "abismo".

"Este ataque no tiene precedentes. Es otra línea roja que ha cruzado Israel y esta vez no creo que Irán vaya a aceptar quedarse sin hacer nada. Teherán no puede dejar que Israel destruya su principal valedor en la región. Hizbulá es su principal proyecto. No me sorprendería que se multiplicaran los incidentes en otros escenarios (regionales)", manifestó en declaraciones a la cadena Al Jazeera.

"Está claro que Israel no sólo busca asesinar a los jefes de Hizbulá sino causar un alto número de víctimas civiles. Es obvio que ya no tiene ninguna línea roja", ha opinado por su parte el experto en Hizulá, Joseph Daher, contactado por teléfono.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, anunció que acortaba su visita a EEUU para regresar de forma apresurada a su país ante la posible respuesta del movimiento libanés.

Dahiya fue devastada durante la guerra del 2006 por sucesivos golpes de la fuerza aérea israelí, y posteriormente reconstruida bajo el patrocinio de Irán.

El primer ministro en ejercicio del Líbano, Najib Mikati, ha emitido un comunicado en el que ha dicho que la "nueva agresión" israelí "demuestra que el enemigo ignora todos los esfuerzos internacionales que piden un alto el fuego. Esto coloca a la comunidad internacional ante la responsabilidad de poner fin a su tiranía y a esta guerra de exterminio".