INTERNACIONAL
Diplomacia

Francia y Marruecos abren una nueva etapa de reconciliación

Mohamed VI recibe a Emmanuel Macron en Rabat por primera vez tras tres años de crisis diplomática

El rey Mohamed VI y el presidente francés Emmanuel Macron saludan a la multitud en Rabat.
El rey Mohamed VI y el presidente francés Emmanuel Macron saludan a la multitud en Rabat.Mosa'ab ElshamyAP
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Limar asperezas y tratar de pasar página tras tres años de desencuentros. Ese es el objetivo de la visita de tres días que el presidente francés, Emmanuel Macron, inició este lunes a Marruecos, a invitación del rey, Mohamed VI. Un viaje pospuesto en varias ocasiones desde que Macron fue reelegido en 2022, sobre todo por los encontronazos diplomáticos entre ambos países. El recibimiento del monarca al francés ya marca un cambio de tono: Le esperó en persona en el aeropuerto, donde Macron llegó acompañado de la primera dama, Brigitte Macron, antes de dirigirse después al palacio real.

Esta visita tiene como objetivo, según el Elíseo, abrir un "nuevo capítulo" en las relaciones bilaterales, muy degradadas en este último tiempo. La prueba de ello es que hace un año, tras el terremoto que tuvo lugar en el país, Rabat rechazó la ayuda humanitaria ofrecida por París. Ahora, el Elíseo mira a largo plazo y destaca una "nueva ambición para los próximos 30 años".

La visita se produce después de que, el pasado mes de julio, Macron enviara una carta a Mohamed VI para mostrar su apoyo al plan de Rabat para el Sáhara Occidental. Defiende así su soberanía sobre la antigua colonia española, que la ONU califica como territorio "no autonomo". Esto tiene un coste, pues a lo que se enfrenta París es a abrir ahora una crisis con Argelia, que tiene una posición enfrentada: respalda al Frente Polisario, que reclama la independencia de la zona.

Esa misiva, que se envió justo antes de la celebración de los Juegos Olímpicos, se entendió como un gesto de acercamiento, que ha permitido relajar las tensiones entre ambos países. El acercamiento desde entonces ha sido evidente. La delegación francesa presente en Rabat estos días es importante pues, además de ministros, hay representantes de unas 50 empresas galas, que tienen intereses en la zona. Está previsto que se firmen acuerdos en materia económica. Francia es el primer socio comercial, tras España.

La delegación ministerial es también importante y da también una idea de la ambición de la visita. Están sobre el terreno el ministro de Exteriores, Jean-Noël Barrot, el de Defensa, Sébastien Lecornu, Antoine Armand (Economía), y Rachida Dati, titular de Cultura. Los dos jefes de Estado abordarán temas en lo económico y comercial, aunque uno de los centrales será la inmigración. Al viaje acude también el nuevo ministro del Interior, Bruno Retailleau, polémico por sus posturas restrictivas al respecto.

Uno de los puntos de fricción que más deterioraron las relaciones entre París y Rabat fue la decisión de Francia, en 2021, de reducir a la mitad los visados concedidos a los ciudadanos marroquíes. Fue después de que Rabat se negase a recibir a los inmigrantes irregulares expulsados del territorio galo. Este será uno de los temas más delicados. Retailleau quiere cambiar la ley de inmigración diseñada por el ex ministro Gerald Darmanin. Fue aprobada hace menos de un año, pero los aspectos más duros de la norma, impulsados por el partido de Los Republicanos, al que pertenece Retailleau, fueron censurados por el consejo constitucional. El ministro aspira a recuperarlos.

La falta de cooperación en esta materia se hizo evidente hace un mes, tras la muerte de Philippine, una joven asesinada por un inmigrante marroquí que tenía una orden de expulsión del territorio francés. A esto se sumaron, después, las sospechas de que el teléfono de Macron había sido objeto de espionaje por parte de Marruecos a través del programa Pegasus, fabricado por Israel.

Todo ha ido contaminando las relaciones, como las críticas del Parlamento Europeo a la libertad de prensa en el reino, una resolución que apoyaron los diputados del grupo macronista.

La visita, al margen de los intereses económicos, pretende pasar página a todo ello. Se produce en un momento de "transformación de la escena internacional", en el que Francia ha perdido gran parte de la influencia que tenía en África, sobre todo tras los golpes de Estado en países como Malí o Burkina Faso. Retomar las relaciones con Rabat es esencial para París. Está previsto que Macron pronuncie este martes un discurso ante el Parlamento, donde hace unos meses Mohamed VI le agradecía su "apoyo claro" al plan de autonomía de Marruecos para el Sáhara Occidental.