- Francia Barnier presenta los presupuestos más austeros del macronismo
- Nueva etapa Macron presenta su nuevo Gobierno de coalición, virado a la derecha y el más frágil en décadas
El Gobierno francés, con tres meses de vida, ya tiene las horas contadas. Y para tumbarlo se unen los votos de la izquierda y la extrema derecha francesa. El primer ministro, Michel Barnier, ha aprobado una parte del paquete de los presupuestos de este año, el correspondiente a la financiación de la Seguridad Social, por decreto, utilizando el artículo 49.3 de la Constitución que permite sacar una ley sin voto del Parlamento, provocando así que la oposición presente dos mociones de censura: una del bloque de izquierda, que ya había amenazado con hacerlo, y otra del partido de Marine Le Pen, Reagrupamiento Nacional.
Esta, que lleva varios días amenazando con apoyar la moción de la izquierda, cumple así su amenaza y se apoya en el otro extremo del arco parlamentario para tumbar al Gobierno. Si todos los diputados de su partido unen sus votos a los del Nuevo Frente Popular (que agrupa socialistas, comunistas, ecologistas y la extrema izquierda de La Francia Insumisa) el Gobierno no sobrevivirá.
Marine Le Pen ha confirmado, además, que RN presentará su propia moción de censura, aunque es poco probable que la izquierda la apoye.
El equipo liderado por el primer ministro, Michel Barnier, formado hace solo tres meses, caerá. Es resultado de una secuencia de caos político que podría resumirse así: Macron convocó elecciones legislativas anticipadas tras el triunfo de la extrema derecha en las europeas de junio con la esperanza de frenar su avance, pero el partido de Le Pen no sólo no perdió apoyos, sino que ganó la primera vuelta electoral. El bando macronista y la izquierda se unieron para que Le Pen no triunfara en la segunda vuelta y se hiciera así con la llave del Gobierno, pero como la Asamblea está polarizada, nadie tiene mayoría, Le Pen tiene igualmente la llave del Gobierno y ahora se apoya en la izquierda, que se unió a Macron para impedir que ella ganara, para tumbarlo.
"Que cada uno asuma sus responsabilidades. Yo asumo las mías", dijo el primer ministro en la Asamblea Nacional. Fue nombrado en septiembre por el presidente, Emmanuel Macron, quien, en medio del caos político, se encuentra de viaje en Arabia Saudí.
El presidente de Reagrupamiento Nacional, Jordan Bardella, había avanzado por la mañana que el partido votaría la moción "salvo un milagro". Marine Le Pen aseguró el domingo en una entrevista en Le Parisien que el Gobierno "ha puesto fin a la discusión", en referencia a la intención de Barnier de aprobar el paquete por decreto, a falta de apoyo suficiente en los escaños.
El bloqueo político es tal que el país no es capaz ni de aprobar los presupuestos. El Gobierno se formó en septiembre, tras las elecciones legislativas que urnas dejaron una Asamblea sin mayoría, dividida en tres bloques: el de izquierda (Nuevo Frente Popular), el que obtuvo más escaños; la extrema derecha de Marine Le Pen, que fue el partido más votado, y los aliados de Macron y el partido conservador de Los Republicanos; al que pertenece Barnier. El presidencial es el bloque más debilitado, y pasaron más de dos meses hasta que Macron nombró un nuevo primer ministro, en sustitución de Gabriel Attal.
Le Pen aceptó no censurar al Gobierno entonces, a cambio de algunas concesiones. Este es, de hecho, el Ejecutivo más a la derecha en años. Desde el principio, su supervivencia ha dependido de Le Pen. Sus votos, unidos a los de la izquierda, harán que la moción de censura prospere. Si ocurre finalmente, será el tercer Gobierno que cae en un año: el de Elisabeth Borne, que lo hizo el pasado enero, y el de Gabriel Attal, obligado a dimitir tras las pasadas legislativas de julio.
En este caso el motivo de discordia ha sido la Ley de Financiación de la Seguridad Social, una parte de los presupuestos. Michel Barnier ya había avisado que era probable que lo aprobase aplicando el artículo 49.3 de la Constitución, siempre polémico porque permite tramitar una ley sin voto del Parlamento. La moción se votará no antes de 48 horas después de haber sido presentada: el miércoles o el jueves.
Necesita 289 votos de los 570 diputados. El bloque de izquierda y el partido de Le Pen los suman. Se crea así una extraña alianza entre los dos bloques opuestos. «Las líneas rojas de la RN, todo el mundo las conoce desde hace semanas. Hemos sido muy claros, muy leales y transparente desde el principio", afirmó la líder de extrema derecha, en referencia a los presupuestos.
Le Pen impuso sus condiciones para no apoyar la moción, si se realizaban cambios en la citada ley de financiación de la seguridad social. Ya logró una victoria la semana, cuando Barnier accedió a no subir el precio de la luz. Le Pen quería también cesiones en el reembolso de los medicamentos por parte del Estado y la revalorización de las pensiones. El poder adquisitivo es la principal preocupación de los franceses.
No ha sido suficiente. Francia vuelve a la casilla de salida. "Michel Barnier no quiso responder a las demandas de los 11 millones de electores del Reagrupamiento Nacional, asumiremos nuestra responsabilidad y votaremos las mociones de censura: en primer lugar, la nuestra", ha dicho Le Pen.
Mientras esto ocurre y Francia se asoma de nuevo a la incertidumbre, el presidente francés, Emmanuel Macron, está de visita en Arabia Saudí. Barnier tenía un viaje previsto a Roma este jueves, que previsiblemente anulará.