- Taleb A. El detenido por el atentado en un mercadillo de Navidad alemán: un médico saudí que odia el islam y culpaba a Merkel de "islamizar Europa"
- Trágico balance. Cinco muertos, entre ellos un niño, y 200 heridos en el "atentado" contra un mercadillo navideño en Alemania
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¿Qué se sabía del autor del atentado en el mercadillo navideño de Magdeburgo, qué autoridades y en qué momento fueron advertidas del potencial de violencia de este individuo y qué seguimiento se hizo a esas informaciones? Esas cuestiones son las que la ministra de Interior del Gobierno alemán, Nancy Faeser, se propone investigar tras los fallos en el sistema de alarma que han salido a la luz. Aunque nada cambiará para las cuatro mujeres y el niño de nueve años muertos en el atropello múltiple realizado por un saudí apóstata del islam cuyas facultades mentales se están ahora cuestionando. Nada cambiará para las 41 personas en estado crítico que siguen en el hospital de entre los 205 heridos que este individuo causó en una carrera contra la multitud de 400 metros que comenzó a las 19:02 del viernes y acabó con su detención a las 19:07. Tres minutos de pánico que dejarán secuelas para toda la vida.
El nombre de Taleb Jawad Al Abdulmohsen, médico psiquiatra saudí de 50 años residente en Alemania desde 2006 pero con el estatuto de refugiado desde 2016, llegó a oídos de la Oficina Federal de lo Criminal (BKA) en noviembre del pasado año. Ahora se sabe que las advertencias sobre la "peligrosidad" del sujeto por parte de los servicios saudíes se desestimaron porque eran poco concretas. La Oficina Federal de Migración y Refugiados (BAMF) recibió en verano un chivatazo sobre el saudí a través de los canales de las redes sociales pero, como no es una autoridad investigadora, la persona que proporcionó la información fue remitida a las autoridades responsables. No se sabe lo que pasó.
"Vamos a aclarar todo eso. Se examinará qué información se ha facilitado en el pasado y cómo se le ha dado seguimiento", declaró Faeser. Si la investigación va más allá de 2016, cuando Al Abdulmohsen solicitó y obtuvo el estatuto de refugiado, un proceso que en su caso fue llamativamente rápido -sólo duró cuatro meses-, las autoridades de Interior encontraran más que indicios.
En 2013, All Abdulmohsen ya habría amenazado con cometer un acto terrorista, según el ministerio del Interior de Mecklemburgo-Pomerania Occidental. Amenazó a la asociación médica con acciones que atraerían la atención internacional si no reconocían la acreditación y formación médica que había obtenido en su país, y se refirió al atentado del maratón de Boston. Tras la amenaza, los investigadores registraron su domicilio y comprobaron los dispositivos electrónicos. No encontraron pruebas de preparativos concretos para un atentado. Pero fue condenado a pagar una multa de 900 euros por "perturbar la paz pública mediante amenazas delictivas". Esa condena, sin embargo, no fue vista como un impedimento para que en 2016 se le concediera asilo en Alemania. En su solicitud de asilo alegó que de regresar a Arabia Saudí sería ejecutado por haberse apartado del Islam y fundamentó su alegato con un presunto incidente que había tenido con el agregado cultural de la embajada de su país.
También en 2013, Al Abdulmohsen entró en conflicto con el Consejo Central de ex musulmanes y la Organización Secular de Refugiados asociada. Desde entonces, ha estado "aterrorizando a la organización", según explicó la presidenta Mina Ahadi. El año pasado, los afectados decidieron emprender acciones legales por calumnias y, cuando se celebró el juicio, los demandantes descubrieron a un hombre errático y perturbador. "Cuando se dictó la sentencia en primera instancia -una multa de 250.000 euros o seis meses de cárcel-, el saudí explotó y tuvo que ser conducido fuera del edificio por la seguridad. Nadie de los demandantes estaba presente, pero el tribunal informó del incidente a los abogados para que tomaran precauciones en su domicilio", recuerda Michael Schmidt-Salomon, portavoz de la Fundación Giordano Bruno. El saudí recurrió la sentencia, pero a finales de octubre de 2024 el tribunal dictó en su contra. "Esto le llevó a pronunciar un discurso airado ante el tribunal. Dijo furioso que las autoridades alemanas se arrepentirían y con el dedo señalando al juez gritó que él estaba defendiendo en el país. El personal de seguridad intervino y se calmó, pero las personas con las que hablé tenían claro que su estado mental se había deteriorado", afirma.
Taleb Al Abdulmohsen trabajaba desde mazo de 2020 como médico en el hospital psiquiátrico de Bernburg, un centro gestionado por el estado de Sajonia-Anhalt para la rehabilitación de delincuentes adictos. Pero Schmidt-Salomon cuestiona que estuviera mentalmente sano para hacer ese trabajo. A finales de octubre, tras su derrota en los tribunales, el saudí se pidió una baja por enfermedad y no había vuelto a trabajar. Pero viajó varias veces a Magdeburgo, presuntamente para preparar su ataque.
Al Abdulmohsen odia el islam y simpatiza con la ultraderecha, pero cometió su acción un viernes, sembró el terror en torno a una festividad cristiana y contra quienes supuestamente quería proteger de la islamización de Europa. Es un perfil difuso e inusual que los grupos neonazis y antinmigración simplifican en dos palabras: refugiado y árabe. La red estatal LAMSA ya ha informado de casos de acoso y persecución a inmigrantes en Magdeburgo, donde un millar de neonazis se dieron cita y recorrieron las calles en la noche de sábado, mientras se celebraban los primeros oficios religiosos.
Apóstata del Islam y con varios incidentes
El sospechoso fue presentado ante un juez el sábado por la noche, quien, a puerta cerrada, ordenó que permaneciera detenido en espera de una posible acusación formal.
El detenido no encaja en el perfil habitual de los autores de ataques extremistas. El hombre se describía a sí mismo como un ex musulmán muy crítico con el islam y en muchas publicaciones en redes sociales expresaba su apoyo al partido antiinmigrante Alternativa para Alemania (AfD). "Este perpetrador actuó de una manera increíblemente cruel y brutal, como un terrorista islamista, aunque obviamente era ideológicamente un islamófobo", dijo este domingo la ministra del Interior.
Taleb A ganó cierta notoriedad como crítico del Islam -en los archivos de los diarios Frankfurter Rundschau y Frankfurter Allgemeine hay dos entrevistas con él que han sido vueltas a publicar aunque ocultando su apellido- y como activista dedicado a ayudar ante todo a mujeres saudíes a huir de su país y venir a Alemania a solicitar asilo.
Su rechazo al Islam en determinado momento empezó a adquirir tonos extremistas que lo llevaron a simpatizar abiertamente con el partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) y a sumarse a quienes acusaban a la ex canciller Angela Merkel de tener un plan para islamizar Europa.
"Como en Alemania no existe la pena de muerte Angela Merkel debe pasar el resto de su vida en la cárcel por su criminal proyecto secreto de islamizar Europa. Pero si la pena de muerte se reimplanta merece que la maten", dijo en X el 5 de diciembre en un mensaje citado por Der Spiegel que posteriormente fue borrado.
La Fiscalía hasta ahora no ha querido decir mucho sobre los motivos de Taleb A y lo único que ha confirmado es que entre ellos parece haber estado el descontento con el trato a los refugiados saudíes.
Otro incidente de la justicia lo tuvo en febrero de 2024 cuando se presentó ante una comisaría en Berlín para poner una denuncia y se mostró descontento con el comportamiento de los agentes por lo que hizo una llamada de urgencia a los bomberos a los que pidió asesoría jurídica. Taleb A volvió a ser multado por abuso de la llamada de urgencia.
En ese momento Taleb A parecía haber caído en un delirio persecutorio que había sido alimentado por diversas fuentes, muchas de ellas de ultraderecha. En sus redes sociales hay huellas que muestran que tenía diversos modelos como Elon Musk, el agitador estadounidense Alex Jones o el extremista británico Tommy Robinson.
La única entrada sin bolardos
Por otra parte, la policía ha informado este domingo que los muertos en el atentado son un niño de 9 años y cuatro mujeres de 45, 52, 67 y 75 años. Entre los 200 heridos hay 41 heridos graves y no se descarta que la cifra de muertos tenga que ser corregida al alza. La forma en que se produjeron los hechos ha podido ser reconstruida por la Policía y la fiscalía de Magdeburgo, informa Efe.
Taleb A, conduciendo un BMW negro, entró en el mercadillo navideño hacia las siete de la tarde aprovechando el único punto en donde no había bolardos para impedir el paso de los coches y el trayecto que estaba pensado como camino para ambulancias y coches de rescate en caso que ocurriera algo en el lugar.
La Policía empezó la persecución de inmediato y poco después logró detener a Taleb A. Un agente que participó en la captura dijo a medios alemanes que el presunto responsable prácticamente se había entregado después de arrasar parte del mercadillo navideño y dejar el coche en un estado inservible.
El horror desencadenado por otro acto de violencia masiva en Alemania hace probable que la migración siga siendo un tema clave a medida que Alemania se acerca a unas elecciones anticipadas el 23 de febrero.
Figuras de derecha de toda Europa han criticado a las autoridades alemanas por haber permitido altos niveles de migración en el pasado y por lo que consideran fallos de seguridad en la actualidad.
Un pequeño partido de ultraderecha, Die Heimat (La Patria), ha tratado de sacar partido de lo ocurrido y celebró una manifestación en Magdeburgo con grandes pancartas en la que se podía leer la palabra "Remigración" que se ha convertido en una especie de eufemismo en círculos extremistas para pedir deportaciones masivas.