INTERNACIONAL
Guerra en Europa

"Los soldados norcoreanos en Ucrania son unos fanáticos"

Pyongyang envía refuerzos a Kursk mientras sigue la sangría de sus militares

El presidente de Corea del Norte, Kim Jong-un, con casco de tanquista, recibe la bienvenida de un grupo de soldados subidos a un blindado.
El presidente de Corea del Norte, Kim Jong-un, con casco de tanquista, recibe la bienvenida de un grupo de soldados subidos a un blindado.AP
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La Inteligencia de Corea del Sur, cuyos informes se han confirmado como acertados desde hace meses pese a los intentos de Rusia de tapar las realidades sobre el terreno, ya ha informado a Ucrania de que el régimen de Pyongyang está preparando una nueva remesa aún más numerosa de militares para ayudar a Rusia en su guerra contra Ucrania. Si en el primer envío de octubre llegaron unos 12.000 miembros del Ejército de Corea del Norte, que tras un breve entrenamiento fueron desplegados en Kursk, en los próximos dos meses se espera otra remesa de unos 100.000 soldados.

Si en el primer envío, esos soldados venían acompañados de decenas de cañones de largo alcance M-1989 Koksan y de toneladas de proyectiles de artillería, ahora han sido vistos y grabados en vídeo dentro de Rusia unos curiosos camiones que parecen vehículos frigoríficos civiles, pero que en realidad esconden una lanzadera de cohetes MLRS parecidos a los misiles Grad de origen soviético. Lo sabemos porque fueron vistos en la última parada militar en Pyongyang como novedad en el ejército de Kim Jong-un.

La delegación surcoreana que estos días está en Kiev ha ayudado a las autoridades ucranianas con las traducciones de los interrogatorios de los dos norcoreanos que Ucrania capturó en Kursk, y que sirvieron para mostrar al mundo que todas las maniobras de maquillaje de la operación por parte de Rusia han resultado inútiles. Moscú les dio uniformes rusos tipo flora digital, parches de unidades rusas con personal de repúblicas asiáticas en sus filas e incluso pasaportes de la Federación Rusa para confundir sobre su verdadera nacionalidad, pero nada de eso ha engañado a los defensores ucranianos.

La realidad es que cada día sabemos más de estos soldados, que tienen orden de suicidarse antes de caer en manos enemigas y, si una patrulla ucraniana se acerca, tienen órdenes de detonar una granada junto a su propio cuerpo para causar bajas también entre los captores. A estas tropas los rusos les han asignado áreas enteras del frente no sólo para defenderlas, sino para realizar sus asaltos, que se hacen sin usar ningún tipo de blindado, sino a plena luz del día y en campo abierto. Mientras que los rusos avanzan en grupos pequeños para hacer más difícil su localización, y usando motos o cualquier otro vehículo que los transporte a toda velocidad, los norcoreanos atacan a pie en unidades de unos 40 miembros.

Otra de las peculiaridades que llaman la atención es su forma física. Según cuenta a ELMUNDO un militar veterano que se enfrenta a ellos en la región de Kursk, "están muy fuertes y bien entrenados para aguantar cualquier esfuerzo. Nos llama la atención lo fanatizados que se muestran. No se detienen ante un ataque de artillería, tienen buena puntería en el disparo, señal de que han entrenado durante años, y realizan tácticas sorprendentes, como usar a compañeros como cebo de los drones para que otros traten de derribarlos a tiros, incluso poniendo en alto riesgo sus vidas. Si descubren que un campo está densamente minado tampoco se detienen".

Carne de cañón

Como resultado, en esos primeros asaltos murieron alrededor de unos 300 norcoreanos, con el triple aproximado de heridos. Algunas fuentes estadounidenses aseguran que ya han fallecido un tercio de todos los militares norcoreanos enviados a Kursk, lo que da una idea del carácter de carne de cañón para el que los están usando.

El resto de compañeros, cuando vuelven de los asaltos a sus bases, pasan horas fascinados con las páginas web que pueden consultar en sus teléfonos móviles, algo impensable en la opaca Corea del Norte, especialmente páginas de contenido pornográfico.

El diario The New York Times también ha entrevistado a otros oficiales ucranianos, que han analizado su comportamiento y obtienen estas conclusiones: "Si se apoderan de una posición, no intentan asegurarla. Dejan que los refuerzos rusos que van detrás se encarguen de ello, mientras ellos se retiran y se preparan para otro asalto". Operan de forma aislada del resto del ejército ruso, como una unidad de asalto, con su propio idioma para comunicarse y sus propias frecuencias de radio.

Las fuerzas norcoreanas desplegadas en Ucrania incluyen alrededor de 500 oficiales y al menos tres generales, según la inteligencia militar ucraniana. Los generales norcoreanos están destinados en el cuartel general de ruso de la ciudad de Kursk y es allí es donde se les comunican sus objetivos y se coordinan operaciones.

Los soldados ucranianos, refugiados en zonas bien defendidas por fortificaciones y trincheras, han abatido a muchos de estos soldados, pero están comenzando a respetarlos. "No se les puede subestimar", dice Oleksii, uno de los comandantes ucranianos que defiende el área de ataque. "Los norcoreanos están empezando a avanzar en las líneas del frente, apuntando a zonas menos defendidas y desgastando así a nuestras tropas. No tenían experiencia en combate pero ahora están aquí, adquiriendo experiencia y se están volviendo muy fuertes".