La frágil tregua entre Israel y Hamas, el plan del presidente estadounidense Donald Trump sobre la Franja de Gaza ya rechazado rotundamente por los países árabes, el desarme de Hizbulá en Líbano, la nueva era en Siria tras la caída de Bashar Asad, las posibilidades de la normalización de las relaciones entre Israel y Arabia Saudí y sobre todo el frente común ante Irán marcan la agenda de la primera visita del secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, en Oriente Próximo.
Al inicio de la gira que le llevará también a Riad y Abu Dabi, el nuevo jefe de la diplomacia de Estados Unidos se reunió este domingo en Jerusalén con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, para coincidir en la exigencia del fin de Hamas en Gaza y en el mensaje contra Teherán.
Netanyahu fue el primero en hablar en la intervención conjunta y en revelar las prioridades de sus tres horas de reunión: "Discutimos muchos temas. Ninguno más importante que Irán. La agresividad de Irán en la zona debe cesar bajo el liderazgo del presidente Trump".
"Israel y EEUU están hombro con hombro ante la amenaza iraní. Estamos de acuerdo que el régimen de los Ayatolás no puede tener armas nucleares", añadió Netanyahu que se ve más cómodo y feliz con Rubio que con su antecesor Anthony Blinken.
"La fuente de inestabilidad regional es Irán. Cuando hablamos de Hamas, Hizbulá, la violencia en Cisjordania, la inestabilidad en Siria, o las milicias en Irak... todo tiene un denominador común, Irán. Todo lo que amenaza la paz y estabilidad en la región es Irán", acusó Rubio matizando que cuando se refiere a este país habla "del régimen de los Ayatolas que su propio pueblo no apoya y es también su víctima".
Rubio citó dos principios declarados por Trump. Por un lado, que Irán no puede ser nuclear y por otro el fin de Hamas. "Hamas no puede seguir funcionando como grupo armado o de poder. Sinceramente, mientras este grupo lo siga haciendo como fuerza que pueda gobernar, administrar o amenazar a través del uso de la violencia, la paz es imposible. Deben ser eliminados, deben ser erradicados".
Rubio, que recordó sus numerosas visitas como senador a Israel, avisó a Hamas que la liberación de rehenes no es algo opcional.
Las conversaciones de Rubio con Netanyahu, su homólogo Gideon Saar y otros miembros del gabinete de seguridad tuvieron lugar al día siguiente del sexto canje de la primera fase del alto fuego en la que Hamas y Yihad Islámica liberaron a tres israelíes, entre ellos el también argentino Iair Horn, secuestrados en el kibutz Nir Oz el 7 de octubre del 2023 a cambio de 36 presos palestinos con cadenas perpetuas y 333 detenidos gazatíes desde dicho ataque. Hamas debe liberar a 14 israelíes (6 vivos y 8 muertos) más en la primera fase (42 días) del alto el fuego iniciado el pasado 19 de enero.
Uno de los objetivos declarados hace unos días por el Departamento de Estado sobre la visita de Rubio es garantizar el paso a la segunda y tercera fase precisamente cuando los parámetros de la primera fueron desafiados por Trump que exigió la vuelta de todos los rehenes a las 12 de este sábado. Hamas entregó los tres que el acuerdo le exigía mientras Israel regaló muchos elogios a Trump pero no le hizo caso en este aspecto ("desatar un infierno") dado que eso supondría la ruptura total de la tregua con lo que ello supone para los 73 rehenes aun en cautiverio.
Netanyahu siguió esta línea aunque sin dar fecha y hora como hizo Trump con el que, apuntó, están en "plena coordinación". "Nosotros no podemos compartir con el público los detalles de nuestra estrategia incluyendo cuando se abrirán las puertas del infierno que se abrirán si todos nuestros rehenes no son liberados hasta el último de ellos", declaró.
Hamas, por su parte, acusó a Israel de no cumplir el acuerdo señalando que en la primera fase debe permitir la entrada de 60.000 caravanas y 200.000 tiendas de campaña en la devastada Franja de Gaza. Además, denuncia que Netanyahu no inicia la negociación para la segunda y tercera fase del acuerdo en una acusación compartida por algunos analistas y familias de secuestrados en Israel.
Las exigencias de Hamas
Más allá de la liberación de todos los rehenes israelíes y miles de presos palestinos más, la completa retirada militar de la Franja de Gaza y el inicio de la reconstrucción, la segunda y tercera fase suponen el fin de la guerra. Este último punto es crucial ya que supondría la continuidad del control islamista lo que Netanyahu no quiere a nivel estratégico ni puede a nivel político ya que el líder ultranacionalista Bezalel Smotrish avisó que dejaría el Gobierno colocándolo en riesgo si no reanuda la ofensiva para destruir a Hamas.
El grupo integrista, por su parte, mantiene sus cuatro grandes exigencias: cese definitivo de la ofensiva, retirada militar, reconstrucción de Gaza y supervivencia no solo como grupo armado sin de control del enclave palestino. O al menos ejercer una función parecida a la de Hizbulá en Líbano. La única solución posible para que se combinen los dos puntos (fin de guerra y fin de Hamas en Gaza) es el exilio de lo que queda del liderazgo integrista.
Trump no solo pidió la salida de Hamas de Gaza sino de 1,8 millones de habitantes para la reconstrucción de lo que visiona como "Riviera de Oriente Próximo". El plan unió al mundo árabe en el pleno rechazo de lo que llama "limpieza étnica" pero Hamas es consciente que varios países árabes preparan un plan alternativo que pasaría por quitarle su régimen. La cumbre árabe a finales de mes se vislumbra vital para el día después frente a los deseos de Trump.
"Si alguien tiene un plan mejor, y esperamos que lo tengan, si los países árabes tienen un plan mejor, entonces eso sería genial", afirmó Rubio el pasado jueves en el programa de radio "Clay and Buck Show".