Si Rusia y Ucrania firman la paz, Francia y Reino Unido están dispuestas a enviar tropas para garantizar la seguridad de su aliado en el futuro. Y si eso ocurriera, a Vladimir Putin le parecería bien. Ambas ideas, inimaginables hasta hace poco, difíciles de digerir, resumen la reunión que este lunes han mantenido en la Casa Blanca el estadounidense Donald Trump y el presidente galo, Emmanuel Macron.
Macron ha confirmado lo que se ha dicho y filtrado en la última semana. Su disposición, de la mano de Keir Starmer, que vendrá a Washington el jueves, de enviar decenas de miles soldados como si fueran cascos azules. "No al frente", no a las proximidades de Rusia quizás, pero sí en el territorio ucraniano, para proteger su soberanía y evitar nuevas tentaciones imperiales. No ha dado muchos detalles, ni de número, ni de funciones, ni de mandos. Pero ha confiado en que EEUU esté allí "por solidaridad", de alguna forma, aunque sea proporcionando cobertura. Cuando le han preguntado sobre la viabilidad de esa idea, Trump, que ya ha dejado claro que no mandará a las tropas estadounidenses a cumplir esa función, sorprendió al afirma que eso sería de hecho una opción aceptable para Moscú.
"Sí, él lo aceptará", ha afirmado desde el Despacho Oval. "Miren, él no está buscando más guerra, no le importará. Le he hecho esa pregunta específicamente y no tiene ningún problema con eso", ha insistido. Una salida sorprendente, porque toda la narrativa rusa sobre la invasión de Ucrania, en 2014 y 2022, se sostiene sobre la amenaza de la OTAN. Una tesis que el propio Trump comparte con entusiasmo y ha repetido recientemente: cómo Rusia se vio casi obligada a atacar por la amenaza que suponía una posible entrada futura de Ucrania en la Alianza Atlántica.
La ironía es que la invasión de Ucrania, de haberse completado, hubiera llevado literalmente a la OTAN a las fronteras rusas aún más. Y que si Francia y Reino Unido desplegaran sus efectivos, el resultado sería similar en algunos aspectos. "Estarían allí para mantener la paz, no estarían en las líneas del frente, no serían parte de ningún conflicto. Estarían allí para garantizar que se respete la paz", ha dicho el francés. Un especie de seguro.
El encuentro entre Macron y Trump se produce mientras el grueso de líderes de la UE está en Kiev mostrando su total apoyo al país y a Volodimir Zelenski, víctima de los ataques personales del presidente de Estados Unidos y su entorno. Mientras, la Administración Trump intenta cambiar los comunicados del G-7 para no denominar "agresora" a Rusia. Y, literalmente, mientras en la ONU EEUU votaba con Rusia, Corea del Norte o Nicaragua contra la resolución propuesta por Ucrania en la que pide una "paz justa y duradera". O con Trump negándose a decir que Putin es un dictador, tras haber acusado de ello al líder ucraniano. "No uso la palabra con ligereza", se ha enrocado Trump a preguntas de los periodistas este mediodía.
Europa está más que preocupada por razones obvias por este giro, y Macron trata de mantener algunos puentes. Con sutileza, elogiando a Trump como a él le gusta, sin antagonizar, pero con dos tácticas evidentes. Corregirle cuando lo que dice no es verdad, y lo hizo en varias ocasiones. Y repetir machaconamente, una y otra vez, el mensaje que quiere que cale: Putin no es de fiar, ya mintió en el pasado, y altos el fuego o acuerdos de paz débiles como los que quiso hace una década, los llamados de Minsk, no son suficientes. Así que no se puede cometer de nuevo el mismo error.
"Nuestro objetivo común es construir la paz, una paz sólida y duradera, y eso es lo que vamos a discutir, porque tengo un gran respeto por la valentía y la resistencia del pueblo ucraniano. Esto aquí como amigo, porque durante siglos hemos sido amigos, y somos amigos personales, porque trabajamos muy bien juntos. Creo que Estados Unidos y Francia siempre están del mismo lado, del lado correcto", le ha cortejado al líder galo. "Y eso es exactamente lo que está en juego hoy. Este es un momento muy importante también para Europa, y estoy aquí también, después de las conversaciones con todos mis colegas, para decir que Europa está dispuesta a dar un paso adelante para ser un socio más fuerte, para hacer más en defensa y seguridad para el continente, y también para ser un socio confiable y participar en el comercio, la economía, las inversiones en muchos temas", ha señalado Macron, el líder europeo en estos momentos.
Ya en su primer mandato, el galo tuvo una relación no muy mala con Trump, al que hoy ha definido como "amigo personal". El ambiente ha sido cordial, sin tensiones o choques. El único amago de fricción se produjo cuando Macron interrumpió una de las diatribas del norteamericano, en la que decía que los europeos no habían dado ayuda a Ucrania, sino préstamos, y que estaban recuperando ese dinero. "No, de hecho, para ser franco, pagamos el 60% del esfuerzo total [de Ucrania], y fue a través de préstamos, garantías y transferencias, como Estados Unidos", intervino Macron. "Aportamos dinero real, para que quede claro", concluyó. O cuando le ha recordado que la guerra empezó y se mantiene "porque Rusia es la agresora", un hecho obvio, evidente, pero que la Administración intenta obviar, diluir, silenciar o maquillar en las últimas semanas.
Agarrando suavemente el brazo de Trump y con una mueca, el europeo recalcó que la UE tiene cientos de miles de millones de activos rusos congelados en Europa. "Si al final de la negociación lo logramos y Rusia está dispuesta a dárnoslo, genial, al final será un préstamo". A lo que Trump, sin mucha gana, replicó: "Si es lo que crees, está bien".
Trump no ha cambiado mucho el tono, sin embargo. Insiste en que un acuerdo de paz entre Rusia y Ucrania es posible "en pocas semanas", que "Putin quiere la paz" y que la alternativa, que sigan los combates, podría desembocar en una "tercera guerra mundial".
Ha afirmado también que una parte esencial para ello es que EEUU y Ucrania firmen el acuerdo por el que Washington aspira a hacerse con el control de hasta el 50% de los minerales raros ucranianos, algo que la UE considera una vil extorsión. Trump ha dicho que Zelenski podría incluso "venir la semana que viene o esta misma" a firmarlo, después de que su secretario del Tesoro, presente en la sala y que viajó a Kiev recientemente, dijera que los equipos negociadores están ya en la recta final, a punto de concluirlo.
En la misma línea, ha asegurado que él irá a Rusia, pero sólo "cuando sea el momento adecuado", aunque no para las conmemoraciones del 9 de mayo de la victoria aliada sobre la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial, ya que eso sería demasiado pronto. "Estamos tratando de hacer algunos acuerdos de desarrollo económico [con Rusia]. Tienen muchas cosas que queremos, y veremos. Quiero decir, no sé si eso se concretará, pero nos encantaría poder hacerlo, si pudiéramos", dijo. "Tienen enormes cantidades de tierras raras. Es un país muy grande, de hecho es el más grande en términos de tierra. Es, con diferencia, el país más grande. Y tienen cosas muy valiosas que podríamos usar, y nosotros tenemos cosas que ellos podrían usar, y sería muy bueno si pudiéramos hacerlo. Creo que sería algo muy bueno para la paz mundial y una paz duradera", añadió.
El año pasado, Rusia sólo produjo menos del 1% de los minerales raros que ahora Estados Unidos busca en Ucrania o Groenlandia para frenar el dominio chino.