INTERNACIONAL
Guerra

Trump y Zelenski acaban a gritos en el Despacho Oval ante las cámaras: "Estás jugando con la Tercera Guerra Mundial"

El presidente y J.D. Vance atacan al ucraniano acusándole de ser un desagradecido y se rompen las negociaciones: "Le ha faltado al respeto a Estados Unidos. Puede regresar cuando esté listo para la paz"

Trump a gritos con Zelenski: "Te estás jugando la Tercera Guerra Mundial"E.M
Actualizado

Desastre absoluto. Un espectáculo bochornoso, un esperpento sin equivalente en toda la historia de la diplomacia moderna. Un choque a gritos durante 10 minutos en el Despacho Oval, la oficina del presidente de la primera potencia del planeta, con reproches, amenazas y presiones entre dos socios, aliados y, en teoría, al menos hasta ahora, amigos. Una catástrofe, un intento de humillación, un regalo para Moscú, un daño quizás irreparable que marcará la geopolítica en los próximos meses.

El esperado encuentro entre Donald Trump y Volodimir Zelenski en la Casa Blanca, para firmar un acuerdo sobre minerales raros, venía precedido de mucha tensión, desencuentros y diferencias que van mucho más allá de las simpatías personales y las acusaciones de "ser un dictador". Y los peores presagios se han cumplido con creces, con un fracaso estrepitoso, una emboscada y un ultimátum americano: "Puede que Putin rompiera acuerdos con Obama y Bush, y puede que lo haya hecho con Biden. Tal vez, no sé qué pasó, pero no los rompió conmigo. Quiere hacer un trato y no sé si tú quieres. El problema es que te hemos dado poder para ser un tipo duro, y no lo serías sin los Estados Unidos. Tu gente es muy valiente, pero o haces un trato o nos vamos".

El desastre mediático ha provocado la ruptura de las negociaciones, la cancelación del acuerdo y de los actos previstos y la salida del ucraniano sin firmar nada, con el equipo de la Casa Blanca asegurando que los habían prácticamente echado, sin intentar arreglar el destrozo. Horas después, Trump volvió a la carga diciendo que Zelenski no quiere la paz y que prefiere criticar a Putin y seguir luchando. Y el ucraniano acudió a la Fox, la cadena de referencia en la Casa Blanca, para intentar explicar su posición y hacer entender la necesidad imperiosa que su país tiene de garantías de seguridad si firman un alto el fuego. Sin disculparse como exige el mundo republicano, pero diciendo que lamentaba un espectáculo que no hacía bien a nadie. "No sé si se puede arreglar este daño", ha dicho el senador Lindsey Grahm exigiendo a Zelenski que se disculpe.

"Tuvimos una reunión muy significativa hoy en la Casa Blanca (...) He llegado a la conclusión de que el presidente Zelenski no está preparado para la paz si Estados Unidos está involucrado, porque siente que nuestra participación le da una gran ventaja en las negociaciones. No quiero ventajas, quiero PAZ. Le ha faltado al respeto a los Estados Unidos de América en su preciado Despacho Oval. Puede regresar cuando esté listo para la paz", le ha despedido Trump sin contemplaciones a través de su red social. "Gracias Estados Unidos, gracias por el apoyo, gracias por esta visita. Gracias presidente, al Congreso y al pueblo estadounidense. Ucrania necesita una paz justa y duradera y estamos trabajando precisamente para conseguirlo", se ha limitado a escribir Zelenski en X, consciente de las implicaciones de lo ocurrido y sin ninguna gana de echar más leña al fuego.

Todo había empezado más o menos normal. No muy bien, pero no mal. Con el ucraniano pidiendo ayuda y mostrando imágenes de víctimas de la guerra y el norteamericano asegurando que logrará un acuerdo histórico, presentándose como "un árbitro, un mediador" y no como el aliado que ha sido EEUU estos últimos tres años . Pero poco a poco se deterioró todo a un ritmo frenético, haciendo que la delegación ucraniana se pregunte si no fue una encerrona, una emboscada.

Un periodista ruso estaba en la sala, aunque fue expulsado al ser identificado. Un periodista americano, el nuevo favorito de Trump y novio de una congresista del universo MAGA (Make America Great Again) atacó reiteradamente a Zelenski, preguntándole por qué iba vestido sin traje, si no tenía uno y por qué ofendía a la Casa Blanca presentándose así, diciendo que la guerra no era excusa porque "muchos americanos tienen problemas" también. Ignorando, parece ser, la forma de vestir de Elon Musk. Pero la intervención sorpresa del vicepresidente J.D. Vance, que hasta ahora sólo había tomado la palabra en las reuniones a las que asiste cuando Trump se lo pedía, fue el elemento final. El que hizo que Zelenski, incapaz de controlarse, saltara y todo estallara.

"No eres nadie para dictar lo que vamos a sentir. Nos vamos a sentir muy bien y muy fuertes. Ahora mismo no estáis en una muy buena posición. No tenéis las cartas, estáis jugando con las vidas de millones de personas. Estáis jugando con la Tercera Guerra Mundial y es muy irrespetuoso con el país, este país que os ha dado mucho más de lo que mucha gente dice que debería", le ha dicho Trump a gritos a su homólogo ucraniano cuando éste se ha empeñado en decir que Putin no es de fiar y que si EEUU optaba ahora por una mala salida, un mal acuerdo, lo iban a lamentar en el futuro.

En una larguísima comparecencia ante los medios, casi una hora, antes incluso de empezar la reunión, los dos líderes han chocado, haciéndose críticas, correcciones, mostrando una división sin precedentes. Trump y su vicepresidente, en equipo, han atacado al sobrepasado ucraniano acusándole de ser un desagradecido, de haber hecho campaña por Joe Biden en las elecciones, de estar de tour promocional, de faltar al respeto a todos aireando diferencias ante las cámaras de televisión en la Casa Blanca. Todo porque éste, optando probablemente por una estrategia suicida y opuesta al de resto de líderes que vienen a la Casa Blanca con la cabeza baja, al escuchar las lecciones sobre Rusia y Putin de la Administración, optó por no callarse e ir al choque. ¿"Qué clase de diplomacia propones, J.D?", le dijo al vicepresidente desafiándolo abiertamente en directo.

JD Vance provoca el choque

"Su tipo de diplomacia va a terminar con la destrucción de su país, señor presidente. Es una falta de respeto que usted venga a la Oficina Oval a tratar de litigar esto frente a los medios estadounidenses. En este momento, ustedes están por ahí obligando a los reclutas a ir al frente porque tienen problemas de personal. Deberían agradecerle al presidente por tratar de parar la guerra", le han espetado burlándose incluso de su ropa.

"Claro que estamos agradecidos", ha intentado matizar Zelenski, diciendo que él conocía mejor que nadie a Rusia, pero la batalla estaba perdida. No ha sido un exabrupto, una frase, sino 10 minutos largos de enfrentamiento con palabras muy altas.

Zelenski, acorralado, le ha dicho a Vance que debería haber visitado Ucrania para ver el resultado de la guerra en primera persona. "Creo que es bueno para el pueblo estadounidense ver lo que está pasando. Creo que es muy importante. Tendría que estar agradecido porque tiene las cartas. Estáis enterrados allí, estáis muriendo, os estáis quedando sin soldados y nos dices que no quieres un alto el fuego", le han gritado después de que Zelenski insistiera en decir que en el pasado "Putin ha violado 25 veces su palabra" y que hacen falta garantías más allá de vagas promesas.

A Trump le gusta que le den la razón, los elogios, y ahora el mundo ha visto un enfrentamiento abierto, desagradable. Algo que no perdona fácilmente. A partir de ahí, un enfado visible, cara desencajada y órdenes.

Hasta ese momento de la comparecencia, la respuesta estadounidense no había sido lo que los más agoreros temían, pero tampoco la soñada, la que Biden antes y los aliados europeos ahora repiten constantemente. Trump le había dicho que el acuerdo sobre minerales que van a firmar hoy es una enorme oportunidad, que la paz está cerca y que luego no se tendrá que preocupar de su seguridad, pero que para eso tendrá que hacer concesiones, aunque sean difíciles. Y en vez de presentarse como un socio inquebrantable, como un aliado hasta el final, se ha definido como un "árbitro, un mediador", alguien más o menos neutral entre el invasor y el invadido. "Espero ser recordado como un pacificador", ha añadido repitiendo que si no se llega rápido a un entendimiento hay peligros de una tercera Guerra Mundial.

Pero dicho eso, había optado por la conciliación. "Sus soldados han sido increíblemente valientes. Les hemos dado un gran equipamiento, pero alguien tiene que utilizarlo. Han sido increíblemente valientes", ha respondido Trump. "Les muestro una enorme gratitud, a sus generales y sus soldados y a usted mismo, que han luchado muy duro, muy duro, grandes luchadores, y tenemos que estar muy orgullosos de ellos. Pero ahora queremos terminar, ya basta (...) Estamos bastante cerca de lograrlo", ha dicho el presidente. "Pero creo que habrá que hacer concesiones. No se puede llegar a ningún acuerdo sin concesiones. Así que, sin duda, tendrá que hacer algunas concesiones, pero espero que no sean tan grandes como algunas personas creen. Estoy aquí como árbitro, como mediador, hasta cierto punto, entre dos partes que han sido muy hostiles. Ha sido una guerra feroz (...) así que todo lo que puedo hacer es ver si puedo reunir a todos en la mesa y llegar a un acuerdo, y creo que vamos a terminar con un acuerdo, de lo contrario probablemente ni siquiera estaría aquí hoy".

Trump está convencido de que estamos en el inicio del fin, de que Putin quiere la paz y la respetará, no como en el pasado, porque lo respeta y admira a él. "Hemos tenido algunas conversaciones muy buenas con Rusia. Hablé con el presidente Putin y tenemos que negociar un acuerdo, pero hemos comenzado los confines y creo que algo puede suceder. Todas las partes queremos que se detenga, y queremos que el dinero se destine a diferentes tipos de usos, como la reconstrucción. Vamos a trabajar muy duro y hemos tenido muchas conversaciones muy buenas. La administración Biden no habló con Rusia en absoluto. No habló con nadie. Simplemente permitieron que esto continuara y si yo hubiera sido presidente, esta guerra nunca habría ocurrido", ha señalado el presidente estadounidense con su argumentario habitual.

Preguntado por si tenía miedo del giro en EEUU con la nueva administración, Zelenski, prudente, había dicho que si no fueran aliados él no estaría hoy en la Casa Blanca. "Estados Unidos ha estado de nuestro lado desde el principio de la ocupación y Trump también ha estado de nuestro lado. Y, por supuesto, estoy seguro de que el presidente de Estados Unidos no dejará de apoyarnos. Esto es crucial para nosotros. Putin comenzó esta guerra y tiene que parar", ha dicho.

Minutos después, todo saltó por los aires.

Quinta visita, desastre total

La de hoy es la quinta visita de Zelenski a la Casa Blanca. La cuarta desde el inicio de la guerra, y la primera con Trump, con quien no es secreto que no tiene una buena relación. El encuentro estaba marcado por los ataques de las últimas semanas, con el multimillonario tildándolo de "dictador" y de haber hecho "un trabajo horrible", o incluso de ser el culpable de la guerra. El jueves, en su encuentro con el británico Keir Starmer bajó el tono, dijo en tono medio burlesco que no se podía creer que hubiera usado la palabra dictador, pero también elogió a Zelenski y su valentía. Pero los precedentes son muchos y claros.

Su hijo Don Jr. ataca al ucraniano constantemente y lo considera un gorrón, un aprovechado y un perdedor. J. D Vance, el vicepresidente, está en la misma línea y dijo en el pasado que le daba completamente igual quién ganara la guerra. Y Trump tiene con él problemas que nada tienen que ver con la guerra y mucho con la política nacional, con el primer 'impeachment' que sufrió de fondo por las relaciones de su entorno con Rusia y la creencia que siempre ha tenido de que Kiev ayudó a Hillary Clinton y a Joe Biden y su hijo Hunter. Trump presionó a Kiev para que empezaran o anunciaran una investigación sobre los Demócratas y para que se difundiera la idea de que la injerencia extranjera en las elecciones de 2016 no había partido de Rusia, sino de Ucrania.

Los dos se conocieron, en ese marco en 2019, en los márgenes de la Asamblea General de la ONU en Nueva York y no fue bien. Cinco años después, durante la pasada campaña electoral, se volvieron a sentar, con evidente tensión. Trump, que elogió en su presencia a Putin, marcó distancias e insistió en que quería un "trato justo" para poner fin al conflicto. La última cita en persona fue en diciembre, en París, cuando Trump ya había ganado las elecciones. Y el último contacto directo fue la llamada del pasado 12 de febrero, justo después de que la Casa Blanca hubiera llamado a Vladimir Putin y decidido unilateralmente iniciar conversaciones de paz.