- Nicaragua La 'Corea del Norte' de Centroamérica
Como si se tratara de uno de los famosos mítines nazis en Nüremberg, sólo que con Daniel Ortega en lugar de Adolf Hitler. "Con la reforma de la Constitución no han hecho otra cosa que ocupar el lugar que la ley les da para sumarse a la defensa de la paz en nuestro país. Ustedes, hermanos, no son más que continuadores de los combatientes históricos que se enfrentaron a los conquistadores (españoles)", disertó el dictador sandinista en la Plaza de la Fe, en Managua, ante un público jamás visto: 30.000 paramilitares, enmascarados con capuchas negras, vestidos con camisetas blancas y pantalones negros.
Prietas se mantuvieron las filas durante el discurso en una nueva demostración de fuerza e impunidad de los llamados "guerrilleros de la paz", como los denominó la copresidenta Rosario Murillo, una de las grandes beneficiadas con los cambios constitucionales. La principal misión de los enmascarados será perseguir a quienes se atrevan a protestar o a enfrentarse al régimen revolucionario.
La demostración paramilitar es la guinda del nuevo pastel constitucional forjado por la pareja presidencial para atornillar esa monarquía tropical impuesta en Nicaragua. "Más que una Constitución es un decreto 'real'", fustigaron expertos de Naciones Unidas tras profundizar en los cambios realizados en la Carta Magna. Si con anterioridad ya disponía a su antojo la familia real sandinista, con las modificaciones introducidas pretenden consolidar la sucesión presidencial con poderes absolutos, que incluyen el despliegue de estos «policías voluntarios".
La consolidación de este cuerpo paramilitar, que ya actuó a sangre y fuego desde la rebelión popular de 2018 contra opositores, activistas y disidentes, tampoco ha pasado desapercibida para el Comité de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra. "El gobierno reclutó a ex combatientes, policías retirados, militares, empleados públicos y jueces", advirtieron esta semana en un informe durísimo, que airea sin paliativos la existencia de una maquinaría de represión bien aceitada en Nicaragua.
La contundencia del informe de la ONU, que prueba la participación de fuerzas militares (con armas, con entrenamiento a paramilitares, con espionaje) en la represión gubernamental, molestó de tal manera a la pareja presidencial que decidieron abandonar de forma abrupta el Consejo de Derechos Humanos.
"Repudiamos todos los insultos, todas las ofensas, todas las falsificaciones, todas las agresiones que constituyen la política colonialista de organismos que deberían servir al bien de todos", divagó en su carta de renuncia el régimen sandinista.
"Debemos seguir exigiendo justicia y verdad, no impunidad ni olvido. No basta con la denuncia, la comunidad internacional debe convertir estas pruebas en acciones concretas. La lucha debe darse tanto en tribunales internacionales como en aquellos con jurisdicción universal", el ex candidato presidencial y ex prisionero político Félix Maradiaga.
Entre las recomendaciones realizadas por el grupo de expertos de la ONU está la de acudir a la Corte Penal Internacional. "La pelota está en la cancha de los estados, son los que deben recurre en busca de los responsables de los crímenes de lesa humanidad", certificó Juan Carlos Arce, director de Nicaragua Nunca +.