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La administración Trump pide a España que gaste más en Defensa en su primer contacto diplomático desde el cambio de Gobierno

El secretario de Estado Diego Martínez Belio habló este viernes con el subsecretario de Estado Christopher Landau, que le "instó a aumentar su inversión en defensa en consonancia con sus compromisos con la OTAN"

Donald Trump en la Casa Blanca, en Washington.
Donald Trump en la Casa Blanca, en Washington.SAUL LOEBAFP
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Desde que juró el cargo el pasado 20 de enero, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha ignorado diplomáticamente a España. Ni una llamada, ni un mensaje ni una mención a Pedro Sánchez. Tampoco por parte del secretario de Estado, el hispanohablante de origen cubano Marco Rubio, que no ha conversado con el ministro de Exteriores, José Manuel Albares (coincidirán el jueves en una cumbre de Bruselas en la OTAN). Una decisión deliberada de la administración para marcar distancias con un país con Ejecutivo socialista, una agenda completamente diferente y escasas simpatías. No ha habido choques, salvo comentarios críticos del presidente Pedro Sánchez en diversos foros, nacionales e internacionales, pero tampoco acercamientos. Hasta ahora.

Este viernes, el subsecretario de Estado Christopher Landau, el número 2 de Rubio, "conversó con el secretario de Estado de Asuntos Exteriores y Globales de España, Diego Martínez Belío. El subsecretario Landau reafirmó la solidez de la alianza entre Estados Unidos y España e instó a España a aumentar su gasto en defensa en consonancia con sus compromisos con la OTAN", dice el escueto mensaje publicado por su oficina tras la llamada telefónica. "El subsecretario y el secretario de Estado abordaron la profundización de nuestros vínculos en una amplia gama de intereses mutuos, incluyendo el fortalecimiento de la cooperación en materia de migración". Exteriores calificó de "cordial" la charla, informa Efe.

No es sorprendente que de todos los temas que hayan podido abordar, la administración Trump sólo quiera destacar el gasto en defensa, una de sus prioridades y obsesiones. Y en la semana en la que el secretario general de la OTAN, Marc Rutte, aseguró que nuestro país había mostrado intención de llegar al mínimo del 2% al que todos los socios de la Alianza se comprometieron en 2014. España es el país que menos gasto tiene (aunque invierte mucho más en capacidades y en misiones que muchos de los que superan el 2% pero no aportan excesivamente a la defensa común), y su compromiso revisado era llegar en 2029 a lo prometido. El Gobierno, tras la victoria de Trump, ha dado señales de que se acelerará el proceso, pero ayer mismo salió a matizar que esos planes de llegar al 2% este mismo verano no son realistas.

Trump y Rubio dejaron fuera a España de la primera ronda de llamadas, de la segunda y de la tercera. Nuestro país nunca ha sido prioritario para la Casa Blanca, gobernara quien gobernara y a pesar de las bases militares en nuestro territorio. Pero ahora es un vacío intencionado. La única referencia a España tuvo lugar el mismo día de su jura, el 20 de enero, y también para criticar que la inversión en Seguridad es «muy baja», en respuestas a una pregunta del pool de periodistas. Pero justo después, en lo que parecía un error, confundió a España era uno de los BRICS, [no lo es] y aludiendo a aranceles de hasta el 100% para los miembros de ese grupo, ya que cree que Rusia, China, Brasil y el resto están conspirando para dañar el dólar.

Desde entonces, nada. Algo parecido ocurrió en su primer mandato, pero no durante los dos meses y una semana ya transcurridas. La primera conversación entre Trump y Mariano Rajoy se produjo el 7 de febrero de 2017 para «abordar asuntos de interés común, como la seguridad, la economía y las relaciones bilaterales». En ella, Rajoy se ofreció como «interlocutor en Europa, América Latina y también en el Norte de África y Oriente Medio», apelando a los lazos de nuestro país con el continente americano por un lado, y aprovechando que con el Brexit, Washington perdía a su principal ariete ante las dudas sobre el proceso de integración europea. Ese mismo año, Trump recibiría al presidente en la Casa Blanca cinco días antes del referéndum del 1 -O.

A nivel de ministros, el primer contacto entre el ministro Alfonso Dastis y su homólogo Rex Tillerson no se produjo hasta el 17 de febrero, con una entrevista de 15 minutos en la reunión de ministros del G-20 en Alemania. El diplomático ahondó en la voluntad de profundizar en las relaciones. Trump en todo caso nunca aceptó esa mano tendida y las relaciones fueron igual de buenas o de malas en los años posteriores. Y ahora repite los pasos. Pero como además no ha habido reuniones del G20, o de la OTAN más allá de titulares de Defensa, y Rubio ha rechazado de momento las invitaciones para ir a Bruselas, tampoco ha habido oportunidades para charlas informales.