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JD Vance, mano derecha de Trump: una infancia de abandono, drogas, pobreza y violencia

La infancia del futuro vicepresidente estuvo marcada por la violencia, las adicciones y la pobreza. Gracias a la protección y los consejos de las mujeres de su familia logró salir de ese pozo oscuro hasta convertirse en un hombre de provecho.

JD Vance, junto a Donald Trump, durante la noche electoral.
JD Vance, junto a Donald Trump, durante la noche electoral.JIM WATSONAFP
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La infancia de JD Vance, futuro vicepresidente de los Estados Unidos, se sustenta sobre los pilares de la pobreza y la violencia en un matriarcado que le dejó marcado de por vida. Tras el abandono de su padre cuando era un crío, el político creció bajo la tutela de su madre (Beverly), su hermana mayor Lindsay, su tía y su abuela (Bonnie), que le ayudaron a conformar su personalidad.

Esta última, a quien apodaban 'Mamaw', "era una matriarca profana amorosa y una perra loca que se describía así misma como pastora de una familia que a menudo está en crisis", según el retrato realizado por nuestro protagonista en su libro Hillbilly Elegy, adaptado al cine y cuyo papel interpretó Glenn Close. Además, no le dolió en prendas confesar que "no era una abuela tradicional. Llevaba un arma, fumaba cigarrillos, vestía ropa holgada y cómoda (...) De niño, honestamente eso a veces me avergonzaba". De hecho tenía 19 armas escondidas.

Para saber más

Desgraciadamente, su progenitora era una enfermera que luchó contra el abuso de las drogas, llegando a ser violenta en alguna ocasión con su hijo. A lo largo de su vida se ha casado en cinco ocasiones, siendo el tercero marido quien adoptó legalmente a JD. Pasado un tiempo, el republicano optó por el apellido de su abuelo paterno. Por si esto no fuera suficiente, el lugar donde creció en Middletown en el estado de Ohio era conocido por ser bastante peligroso por el consumo de estupefacientes y la libre circulación de armas. Ante esta difícil situación en los años más importantes en la vida de un ser humano, J.D. Vance consideraba que el cristianismo era su salvación.

Antes de dedicarse a la política o asistir a la universidad, Vance se alistó en 2003 en el Cuerpo de Marines de los Estados Unidos, ya que los atentados del 11-M fueron un factor clave que le motivaron a servir. Estuvo cuatro años en Oriente Medio y, al regresar, se matriculó en la universidad de Ohio y, posteriormente, en Yale.

El próximo vicepresidente, junto a su mujer, Usha Vance.
El próximo vicepresidente, junto a su mujer, Usha Vance.Evan VucciAP

Mientras estudiaba derecho en Yale conoció en 2013 a Usha Chilukuri, descendiente de dos profesores inmigrantes indios. Se casaron en 2014 en Kentucky en una boda interreligiosa cristiana-hindú y tienen tres hijos, Ewan (7), Vivek (4) y Mirabel (3), a quienes ha protegido de los focos. Ha afirmado en alguna ocasión que su sueño americano más importante pasaba por "convertirme en un buen esposo y un buen padre".

El futuro vicepresidente forma un buen tándem con su esposa, ya que le alienta a "buscar oportunidades que no sabía que existían". Y sigue piropeándola: "Si tal vez me vuelvo un poco demasiado arrogante o un poco demasiado orgulloso, simplemente me recuerdo a mí mismo que ella es mucho más talentosa que yo". Tras hacerse oficial que JD sería el segundo de a bordo en las elecciones, Usha abandonó la firma de abogados donde trabajaba para evitar conflictos de intereses.