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Pertenece a la realeza hollywoodiense. El apellido Barrymore echa raíces en el ámbito teatral inglés de mediados del siglo XIX y tras instalarse en Estados Unidos empezó a florecer no solo en los escenarios de Broadway, sino también cuando el cine empezaba a dar sus primeros pasitos. Los representantes máximos de esa época fueron Ethel, Lionel y John, de quien desciende directamente Drew Barrymore, la amorosa niña de ET (1982) que este sábado ha cumplido 50 años.
Pero en el árbol genealógico de Drew también hay que hacer constancia de otra belleza del cine: Dolores Costello, su abuela. Asimismo, los Costello hincan su arte en el vaudeville del último tercio del siglo XIX.
Se mire por donde se mire, Drew Barry está tocada por una varita mágica. A su linaje hay que añadir que sus padrinos son Steven Spielberg, Sophia Loren y Anne Strasberg, a su vez es madrina de Frances Bean (hija de Kurt Cobain y Courtney Love), su íntima amiga es Cameron Diaz y la trajo al mundo el doctor Paul M. Fleiss, padre de la madame de Hollywood Heidi Fleiss que amenazó con desvelar todos los nombres famosos de su agenda, y también fue el pediatra que anunció el nacimiento de Lourdes León, hija de Madonna.
El debut de Drew Barrymore fue en televisión con la película Suddenly, Love (1978), aunque no estuvo acreditada. En cine figuró por primera vez en los créditos con seis años con Un viaje alucinante al fondo de la mente (1979), pero no sería hasta tres años después que logró la popularidad a nivel mundial por E.T., el extraterrestre. por la que cobró 75.000 dólares. Entremedias se convirtió, y aún sigue siéndolo, en la presentadora más joven de Saturday Night Life, que hace unos días celebró su 50º aniversario.
Desde entonces ha actuado en una cincuentena de films con importantes cachés entre ellos, Scream: Vigila quién llama (1996) por 500.000 dólares, Por siempre jamás (1998) por tres millones de dólares, Los ángeles de Charlie (2000) por nueve millones, Los ángeles de Charlie: Al límite (2003) por 14 millones más el 12% de la recaudación bruta en taquilla y por Tú la letra, yo la música (2007), 15 millones. En televisión intervino en la serie Santa Clarita Diet (2017-2019) y desde hace cinco años triunfa con su propio programa, The Drew Barrymore Show.
Aunque cueste de creer, a principios de su adolescencia fue adicta al alcohol y las drogas con el consentimiento de sus progenitores, pero "mi madre me prohibía el azúcar para no engordar". La traumática relación con ellos le llevó a pedir con 15 años la emancipación. Sobre aquel oscuro periodo de su vida confesó que con 7 años tomaba helados con un chorrito de Baileys, a los 9 brindaba con las estrellas de Hollywood, a los 10 fumó el primer porro, a los 12 ya era adicta a la cocaína y a los 13 su madre la internó un psiquiátrico.
En una entrevista en la CBS declaró hace cuatro años que "estoy trabajando en un buen camino para que haya paz donde antes había demonios". Desde entonces, y durante tres décadas, ha estado en terapia, lo que le ha permitido ahuyentar los demonios, reestructurar su vida y aprender a autoexplorarse.
Para Drew, el rol de madre ha sido venerado desde siempre, por lo que desde que dio a luz a Olivia (12) y Frankie (10) les ha colmado de mucho amor, confianza y protección. Las niñas son fruto de su tercer matrimonio con Will Kopelman, de quien se divorció en 2016.
Su primer enlace fue una locura. Se casó con Jeremy Thomas, dueño de un bar, a las seis semanas de conocerse y se separaron 19 días después. Su segundo matrimonio tampoco duró mucho ya que con el actor y comediante Tom Green pronunció el "sí, quiero" en julio de 2001 y se separaron en diciembre del mismo año citando diferencias irreconciliables. Después de dos décadas sin verse, la actriz le invitó a The Drew Barrymore Show. Se abrazaron cariñosamente.