- Sucesos Oleada robos (y una muerte) por el mataleón, la letal técnica de moda entre los delincuentes: "Casi me manda al otro barrio"
- Sucesos Detenida una banda que robaba relojes de lujo estrangulando a sus víctimas por la espalda
«En España, los delitos como robos y hurtos son frecuentes». Así arranca el folleto elaborado por la embajada japonesa, destinado a sus conciudadanos. Un panfleto oficial que, junto a las guías de seguridad consulares, arroja un panorama de Madrid como una ciudad peligrosa para los asiáticos, que en ocasiones se convierten en víctimas de delitos con una peculiar idiosincrasia.
De este modo, los documentos de la embajada del País del Sol Naciente hablan sobre atracos perpetrados por «falsos policías», robos de «niños mendigos» o con sumisión química utilizando «comida con somníferos».
«En Madrid, se han reportado casos en los que un hombre que dice llamarse David o Michel, supuestamente de nacionalidad francesa, invita a las víctimas a comer juntos y, al consumir el alimento, la víctima pierde el conocimiento y es robada», cuenta una de las guías, ilustrando una fenomenología criminal que pasa totalmente inadvertida para los madrileños. A modo de solución, proponen que el turista «no acepte comida o bebida de extraños».
Sus guías insisten especialmente en la desconfianza hacia los desconocidos. «Lleve su bolso del lado contrario a la carretera y evite calles con poca gente», aconseja para prevenir tirones. También advierte sobre los descuideros: «Cuando se tome fotografías, no deje su bolso o equipaje en el suelo». Para evitar robos en escaleras mecánicas, recomienda: «Si alguien deja caer objetos, no se detenga a ayudar». Además, como norma general, lanza una advertencia que perjudica la imagen de Madrid: «Evite salir solo por la noche y lleve consigo la menor cantidad de objetos de valor».
Entre las áreas que la embajada señala como más proclives para el delito están las «zonas turísticas del centro de Madrid», entre las que enumera «lugares como la Plaza Mayor, la Puerta del Sol, la Gran Vía y los alrededores del Museo del Prado», asegurando que «los carteristas suelen mezclarse entre la multitud».
Entre las artimañas más llamativas a las que se enfrentan los turistas japoneses está el «robo del kétchup», que describen de la siguiente manera: «El ladrón mancha la ropa de la víctima con salsa, kétchup u otro líquido y, mientras finge ayudar a limpiarla, sustrae su cartera u objetos de valor». Para evitarlo, recomiendan que «si te dicen que tienes una mancha, no pierdas de vista tus pertenencias» y que «si alguien intenta 'ayudarte' a limpiar la mancha, recházalo y verifica tus cosas».
Según las estadísticas más recientes de la embajada, para un japonés lo más habitual es ser víctima de un carterista, con 58 casos, seguido del robo de pertenencias como bolsos o maletas, con 47 casos, y del «robo en vehículos», con 24 casos. Este último epígrafe también es denominado «robo con la táctica del pinchazo de neumático». Lo describen así: «Un ladrón indica a la víctima que su neumático está pinchado. Cuando la víctima se detiene, otro ladrón hurta objetos del interior del coche o incluso roba el vehículo». Para evitarlo, vuelven a apelar a la desconfianza: «Si alguien le advierte sobre un pinchazo, no se detenga de inmediato. Conduzca hasta un lugar seguro y cierre las puertas al salir».
Otro de los delitos más llamativos es el robo a manos de «falsos policías». Según la embajada, se trata de «delincuentes disfrazados de policías que muestran falsas placas y solicitan revisar el bolso o la cartera de la víctima con la excusa de una inspección».
Entre las características de estos cacos se destaca que «muestran su supuesta placa solo por un instante» y que «parecen ser de origen indio o paquistaní». Además, la embajada facilita imágenes reales de placas de la Policía Nacional y de la Policía Municipal de Madrid para que puedan identificarlas. Sin embargo, estas advertencias han provocado malentendidos. «En la calle Serrano de Madrid y en aeropuertos hay policías de paisano reales patrullando para evitar robos y delitos de inmigración. Sin embargo, algunos turistas han confundido a estos agentes con falsos policías y han sido retenidos por obstrucción a la justicia».
Finalmente, la embajada japonesa también facilita estadísticas sobre criminalidad en nuestro país que el Ministerio del Interior no comparte con la opinión pública española. Es el caso de los robos con mataleón, llamados «robo con estrangulamiento» por los nipones. Gracias la información pública de su embajada se pudo conocer que estos experimentaron un importante descenso de 2019 (con 577 casos, dos de ellos japoneses) a 2021 (con solo 37 casos) para volver a ascender hasta los 153 robos con mataleón en 2023.