MADRID
Danza

Un centímetro que salva vidas: el poder de la vulnerabilidad al bailar

Rachid Ouramdane y Chaillot Théâtre national de la Danse abren internacionalmente el Cendro Danza Matadero.

Un momento de la representación de 'Contre-Nature'.
Un momento de la representación de 'Contre-Nature'.PATRICK IMBERT
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El Centro Danza Matadero (CDM) del Ayuntamiento de Madrid que dirige María Pagés acoge desde este miércoles su primer espectáculo internacional con 'Contre-Nature', del Chaillot Théâtre national de la Danse, el emblemático teatro nacional de danza de Francia ubicado en el Trocadero de París. Su director, el coreógrafo Rachid Ouramdane, ha concebido una pieza que habla sobre el legado de los que ya no están con nosotros.

Ouramdane y el Chaillot regresan a Madrid dos años después de su paso con 'Corps extrêmes' en el festival Madrid en Danza. En aquella ocasión, el coreógrafo ubicó la acción en un rocódromo al que ascendían y del que se caían los bailarines. En 'Contre-Nature', aun conservando algunos elementos del anterior montaje, hay un cambio de registro.

«Ambas piezas tienen en común ver sobre el escenario a una comunidad de personas que van más allá de sí mismos al ser apoyados por otros», explica Ouramdane antes de la presentación en el Centro Danza Matadero. «He creado muchas coreografías en los últimos años que celebran la dinámica y el conocimiento colectivos, a menudo relacionados con una noción sobre la naturaleza y el medio ambiente. Y en todas ellas subyace la idea de la vulnerabilidad de la gente, de lo frágiles que somos». Según el director del Chaillot, «el cuidarnos unos a otros es un modo de construir nuestras fortalezas a partir de la fragilidad».

Así, el cuerpo de baile sujeta, lanza y atrapa a cada uno de sus miembros, en un juego hipnótico. «Aquí la percepción es muy delicada», incide Ouramdane, «porque no se trata de hombres ni de supermujeres. Son personas sensibles que saben que estar aquí es muy diferente de estar allí. Que, en un momento, puedes salvar la vida de alguien por un centímetro. Esta delicadeza, esta cualidad del tacto que resulta prácticamente invisible, es lo que realmente quiero compartir con mi trabajo».

Rachid Ouramdane nació en Nimes, hijo de exiliados argelinos que huyeron de la violencia en el país norteafricano. Ha estudiado fenomenología, movimiento filosófico que afirma que «sólo entendemos a través de nuestro cuerpo». De ahí el vector intelectual que impulsa Contre-Nature. «Aquí me quería preguntar qué sucede cuando desaparecemos. Qué pasa cuando la gente que nos rodea ya no está aquí. Cómo avanzamos», reflexiona. «Y me he dado cuenta que nos dejan una especie de legado con el que nos movemos de manera individual».

El director del Chaillot afirma que la danza no sólo sirve para abordar cuestiones como ésta, sino que ofrece un potencial inabarcable. «Está esta frase de que sólo usamos el 20% de nuestro cerebro. Pues yo opino algo parecido sobre el potencial de nuestro cuerpo», proclama. «La danza está en todas partes, desde la publicidad a las redes sociales. Y nos puede afectar de formas que no somos capaces de prever, como se vio en la ceremonia de los Juegos Olímpicos de París», añade. «Por supuesto, no puede detener las armas en el campo de batalla. Pero sí que puede tocar la mente de la gente que, en el futuro tome decisiones sobre el mundo en el que quieren vivir».