MADRID
Incendio de Alcorcón

La tragedia de un héroe: el segundo bombero muerto llegó a salir del garaje, pero volvió al saber que su compañero aún estaba atrapado dentro

El aparcamiento de la calle Lilos, "uno como cualquier otro en principio", según fuentes de Bomberos, se convirtió en una trampa mortal por la dificultad para extinguir un incendio en un vehículo eléctrico, como denuncian expertos en la materia

La tragedia de un héroe: el segundo bombero muerto llegó a salir del garaje, pero volvió al saber que su compañero aún estaba atrapado dentro
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Cuando el bombero logró salir a la calle desde el garaje de la calle Lilos de Alcorcón, que se había convertido en un verdadero infierno, y cuyo techo se le había derrumbado encima, se dio cuenta de que su compañero no estaba con él.

Le dijeron que el otro estaba dentro aún, probablemente -aún es pronto para determinarlo con certeza- bloqueado entre uno de los coches que habían comenzado el incendio, un Porsche de propulsión eléctrica, y posiblemente una pared.

El hombre se dio media vuelta y volvió a entrar al fuego. Los bomberos, explican los expertos, trabajan siempre en binomio. No sólo porque así son más eficaces a la horas de extinguir los incendios: también porque uno protege al otro.

Pocos minutos después, ambos, Sergio y Jesús, de 27 y 34 años, estaban muertos. El primero, según diversas fuentes, calcinado. El segundo, que estaba a punto de ser padre, falleció por la inhalación de gases tóxicos. Entró a intentar salvar a su compañero y salió llevado en volandas y en parada cardiorrespiratoria. Pese a las maniobras de reanimación, las asistencias no pudieron devolverle el pulso.

Fue el dramático balance del incendio que arrancó en torno a las 16 horas de este miércoles en Alcorcón, que finalizó con otro herido crítico (un bombero que se hallaba con los otros dos cuando el incendio se descontroló totalmente), 13 efectivos más heridos leves por inhalación de gases, e incluso el conductor del Porsche, que también hubo de ser hospitalizado.

Dos bomberos muertos y varios heridos tras el aparatoso incendio en un garaje de Alcorcón (Madrid)EL MUNDO

El suceso, según fuentes de los bomberos madrileños, arrancó sobre las 15.45 horas, cuando el Porsche chocó con otro vehículo -algunas fuentes aluden a un Mercedes- dentro del garaje, y uno de los dos comenzó a arder.

El acceso al lugar era, siempre según estas fuentes, sencillo, por medio de una rampa no excesivamente pronunciada, y al momento se acercaron varios efectivos de bomberos del cuerpo de Alcorcón, única localidad madrileña, aparte de la capital, con parque de bomberos propio de titularidad municipal.

Lo que debía ser «un incendio como cualquier otro» en un párking subterráneo pronto se complicó, «probablemente por el hecho de que uno de los coches era eléctrico», siguen estas fuentes. Cuando el fuego alcanzó picos extremos, tres de los bomberos quedaron bloqueados. Dos de ellos acabarían muertos, y el tercero crítico, Guillermo, con el sistema autónomo de respiración «completamente reventado». Este bombero está sedado e intubado en la Unidad de Quemados del Hospital de Getafe con quemaduras superficiales en manos, cabeza y brazos. Lo peor es que tiene el sistema respiratorio muy inflamado, según fuentes médicas.

«Malditos eléctricos», comenzaron a bramar los chats telefónicos del gremio. En el lugar se personó rápidamente Carlos Novillo, actual consejero de Interior de la Comunidad de Madrid, y en el pasado jefe de bomberos de Alcorcón, la ciudad que ya vivió hace dos años la muerte de dos niños, uno de cinco años y otro de nueve meses, en la calle Oslo, por la inhalación de humo.

Según diversas fuentes, gran parte de los coches que este miércoles se hallaban aparcados en el vientre del inmueble han ardido, e incluso un gran número han quedado calcinados.

Las asistencias atienden a uno de los bomberos.
Las asistencias atienden a uno de los bomberos.EM

«El peligro que suponen los incendios de coches eléctricos en lugares cerrados es enorme, se multiplica con respecto a un incendio de un coche de combustión», explicó a este diario Joaquín Pérez, suboficial del cuerpo de bomberos de Toledo, que ha impartido formaciones en la extinción de incendios de vehículos de energías alternativas.

«El primer peligro es que un coche eléctrico arde a una velocidad mucho mayor que uno de combustión, mucho más rápido. Pero es que, además, un coche de combustión sólo tiene un gran pico de fuego, y en cinco minutos puede estar apagado. Sin embargo, un coche eléctrico tiene dos: primero arden los plásticos y todo lo de fuera, digamos, pero es que luego arden las baterías, que están formadas por pilas pequeñas que van combustionando unas detrás de otras».

Las fuentes consultadas aclaran que será muy importante en la investigación conocer el origen primigenio del fuego originado en el garaje de la calle Lilos, pero que la dificultad de apagar esta clase de incendios en vehículos con baterías eléctricas, en comparación con los de coches de combustión, «es innegable, está fuera de duda».

«En realidad», sigue Joaquín Pérez, «este tipo de coches no deberían estar aparcados por debajo de una planta -1, porque si arden provocan incendios muy difíciles de apagar, para los que los extintores de fuegos de vehículos eléctricos no sirven, porque es que ni siquiera te puedes acercar. Y, además, los gases que generan son de una toxicidad mucho mayor, por no hablar de que las baterías de alto voltaje, al arder, pueden provocar llamaradas de fuego, lo que nosotros llamamos 'jets'».

La investigación dirá qué sucedió en el garaje de la calle Lilos.