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Españoles: polarización o amantes de la flagelación

Que los extremismos de izquierda, derecha y separatistas estén en retroceso no solo es una anomalía, sino una anomalía envidiable y envidiada fuera de nuestras fronteras

El líder de la Francia Insumisa, Jean-Luc Melénchon.
El líder de la Francia Insumisa, Jean-Luc Melénchon.SYLVAIN THOMASAFP
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Según estudios recientes, un 61% de los españoles piensa que estamos divididos y un 53%, que las diferencias entre izquierda y derecha son insalvables. El hastío con la política es tremendo: un 92% está harto de las divisiones en la política y a otro tanto le preocupa que nos deslicemos hacia el odio y enfrentamiento. Pero miren lo que está ocurriendo en Francia, Alemania o Italia y quizá concluyan que esos datos hablan más de la inveterada costumbre de flagelarnos a nosotros mismos que de una polarización que estuviera a punto de destruirnos.

Como vimos en las elecciones europeas del pasado 9 de junio, en una Europa plagada de extremistas, España mantiene dos partidos tradicionales de centroderecha y centroizquierda por encima del 30% de los votos (34,20% el PP y 30,18% el PSOE). Que el 64,4% de los votantes (casi dos tercios) se identifiquen con los dos grandes partidos que han dominado la política en Europa durante décadas y que los extremismos de izquierda, derecha y separatistas estén en retroceso no solo es una anomalía, sino una anomalía envidiable y envidiada fuera de nuestras fronteras.

En Alemania, los socialdemócratas del SPD no solo se han hundido al 13,9% de los votos, sino que ni siquiera añadiendo a los verdes (11,9%) se acercan a la democracia cristiana de la CDU (30%). Para colmo, han quedado por detrás de la extrema derecha (Alternativa para Alemania, AfD), que es la segunda fuerza política del país (con el 15,9%). En Francia, los socialistas se sitúan en el 13,83% del voto, viéndose obligados a sumarse a una coalición de fuerzas de izquierdas (Nuevo Frente Popular) en la que el peso principal lo lleva la izquierda reaccionaria de Jean-Luc Melénchon y su Francia Insumisa. Si quieren hablar de polarización, vayan allí: verán un centro menguante, el de Macron, situado en el 20% y dos bloques radicalmente incompatibles entre sí pujando por llegar al poder. En Italia quedan socialistas (24%), pero la democracia cristiana se extinguió hace tiempo, fagocitada entonces por Berlusconi y, ahora, por Meloni, que comanda un Gobierno que parece de derecha normal al lado de populistas como 5 Estrellas y nacionalistas xenófobos como Salvini. En España presumimos de polarización, pero créanme, ahí fuera no se la damos a nadie. Y como hemos visto con el acuerdo en torno al CGPJ, cuando queremos, podemos.