Sales de Sevilla con las manos acalambradas de tanto aplaudir, la espalda contracturada de tanto doblarla y los ojos doloridos de tanto fijarlos en el secretario general y en su sufrida esposa. Pero a pesar de todo estás feliz, porque desde que Pedro venció al centralismo y devolvió la voz a la militancia te sientes más útil que nunca. Te han prometido que vas a ganar las elecciones autonómicas y municipales, que vas a recuperar el poder que perdiste en mayo del año pasado y te han explicado que el medio para lograrlo es la ceguera, el silencio y la hostilidad. Pedro será un zorro, pero a ti se te ha asignado la condición de erizo. Toda verdadera democracia interna reparte equitativamente las funciones: de cada cual según su capacidad. Ahora volverás a tu trinchera y cumplirás con lo que se espera de ti: frente a la conspiración de la ultraderecha, el golpismo judicial y la máquina del fango solo tienes que ovillarte y enseñar las púas.
Después de todo no es tan malo ser un erizo. En cierto modo se trata de un animal admirable: defiende lo suyo y no se complica la vida. Te han exonerado de participar en el arduo diseño de la estrategia y tampoco te corresponde desarrollar pensamientos complejos: doctores tiene Moncloa que saben mejor que tú lo que te conviene a ti y al Estado español. Y además la autocrítica favorece la disonancia cognitiva. Los partidos funcionan mejor cuanto más simple es el argumentario y menos manos lo cocinan. Hizo muy bien el compañero Espadas al quitarle la palabra a esa disidente de Izquierda Socialista. Siempre hay cobardes o traidores a sueldo de la derecha que se amparan en el derecho a debatir para debilitar al progresismo. Mira a Lobato. ¡Y parecía decente!
Si lo piensas bien eres igualito que tu abuelo el sindicalista. Un eslabón más en la heroica cadena del antifascismo español. Los mismos franquistas con distinto collar que lo persiguieron a él están persiguiendo ahora a Begoña, a Santos, a esa Pilar Sánchez Acera a quien no conoces ni falta que hace: te basta saber que estaba combatiendo a Ayuso. Y ningún tribunal está por encima de los sentimientos antifascistas. Ya se sabe que la justicia no es igual para todos y aquí siempre mandan los mismos. A ver si el Gobierno se atreve de una vez a suprimir el Supremo y nombrar a jueces nuevos que estén comprometidos con los de abajo. Con los erizos.
"Lealtad por toda regla": lo ha dicho ZP. El Bien está de tu parte. Vives en un agujero, pero en el agujero correcto de la Historia. Qué más pruebas necesitas si hasta el padre Ángel os bendijo con su presencia.