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Carne de cañón

Íñigo Errejón y Karla Sofía Gascón, las dos cruces de la misma moneda

Las carreras del político y la actriz se han ido al garete. A uno le persiguen sus comportamientos con los ligues y a la otra los tuits políticamente incorrectos del pasado.

Íñigo Errejón y Karla Sofía Gascón, las dos cruces de la misma moneda
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El otro día, en el programa de Alsina, la vicepresidenta Yolanda Díaz dijo que, en lo de trabajar menos horas al día, no «practicaba» con el ejemplo (y esa solo fue alguna de sus idas de olla lingüísticas). Parece que en Sumar no practican ni predican nada de lo que dicen. O de lo que mitinean...

...Basta ver la declaración de Íñigo Errejón ante el juez —que fue igual de duro con él que con Elisa Mouliáa—, cuando le explicó su comportamiento con la actriz después de haber predicado el solo «sí es sí» (o el «no es no») desde 2016, año en el que se produjo el caso de La Manada que prendió la reforma del código penal de Podemos. «En la vida real la gente no habla con consignas», dijo en el juzgado.

La mayoría cree(mos) que Errejón será exonerado de su litigio con Mouliaá. Otra cosa es que su futuro profesional haya quedado destrozado hasta que soplen nuevos vientos en el progresismo. Las noticias se traducen ahora automáticamente y le será difícil empezar de cero en cualquier otro país de Iberoamérica. Además, Pablo Iglesias e Irene Montero tienen más vínculos en Venezuela o Chile, que hubieran sido destinos lógicos del llamado intelectual de Podemos.

Errejón se ha hecho carne de meme y burla y es difícil saber cómo llevará eso. Quizás se rehaga como víctima de la absurda cultura de la cancelación; nunca hay que subestimar a alguien que, como Errejón, se sobreestima.

Ni a las sobradas como Karla Sofía Gascón, cuyos prejuicios no han quedado caducos, como prueban los tuits exhumados por la periodista Sarah Hagi, que han acabado con su carrera. Por algún motivo —y desde luego no era ser mujer trans—, la actriz no caía bien a parte del espectro social. Era antipática, pasada de rosca y un pelín guay de más (too cool for school, dicen los americanos). Una cosa es sentir que la vida te debe un perdón (supongo que eso es lo que sienten las minorías que se dicen agraviadas) y otra es la actitud perdonavidas con la que se presentaba en cualquier lugar desde el estreno en Cannes de la película de Audiard, que se pronuncia odiag. [Por cierto, el director también ha decidido dejar de defenderla.]

Lo que le ha pasado a Karla Sofía es la consecuencia lógica de dar primacía a las identidades frente al ciudadano/individuo. Seguramente había otras características que la definían más allá de ser mujer trans. Sin embargo, al considerarse integrante destacada de un colectivo político —el trans— que se dice de izquierdas, tolerante, feminista..., la traición a estos principios, aunque se haya producido de forma involuntaria, hace que toda la identidad del colectivo se ponga en duda y se desmorone; que se caiga todo el equipo con ella. Exactamente lo que le ha pasado al hombre aliade de izquierdas con el caso Errejón. Las identidades colectivas son una impostura (ya decía Popper que no existían) y Karla Sofía y Errejón, dos impostores. Las consignas —solo sí es sí— son el idioma del colectivo, pero no del intercambio amoroso entre dos adultos.

A estas actitudes muchos las llamarán hipocresía. Más bien se trata de conveniencia y oportunismo. El colectivo exige que el integrante no se aparte del guion. ¿Qué habría pasado si, en vez de diatribas contra el islam, la vieja Karla hubiera criticado al estado de Israel desde el antisemitismo? La respuesta es sencilla: veríamos desfilar a Karla Sofía en la alfombra roja escoltada por Zoe Saldaña y Selena Gómez.

A lo woke no lo ha matado la victoria de Donald Trump en las elecciones norteamericanas. Su derrota la evidencian los casos de Karla Sofía Gascón e Íñigo Errejón. ¿Quién va a creer ahora los discursos en consignas? O los rollos sobre la integración de minorías y tal y tal.

La duda que nos queda es también aplicable a los dos protagonistas de estas líneas: ¿por qué no se borró Karla Sofía el perfil de X antes del estreno de la película? Debe de ser el mismo motivo por el que Errejón se comportaba de una manera muy diferente a la consigna que predicaba: soberbia.