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Cinco horas con Mario Vaquerizo en la carretera: "La frivolidad y el cardado me han salvado la vida"

Cuatro meses después del aparatoso accidente que casi le deja paralítico durante un concierto en Cáceres, el líder de las Nancys Rubias estrena canción y anuncia nueva gira. "Después del hostión que me di, ha cambiado la concepción que tenía del mundo y de mí mismo", confiesa

Cinco horas con Mario Vaquerizo en la carretera: "La frivolidad y el cardado me han salvado la vida"
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Cinco horas con Mario dan para cuatro latas de cerveza y un poquito de pavo. Más cerveza que pavo, todo sea dicho. Cinco horas con Mario en la carretera dan para charlar de música y de política. De Ayuso y de Warhol. De Dios y de Bowie (valga la redundancia). De Alaska y del marido de Alaska. Dan para rezar y para filosofar sobre la vida y la muerte. Para improvisar una tertulia sobre el fascismo, la cancelación, la fama, la laca, el dolor y el mariconeo. Para parlotear por los codos... Quizás las latas fueron cinco y no cuatro.

Dan para hablar sobre sexo y sobre fútbol también. "A mí de pequeño me llamaban el Salinas de Cambrils", cuenta él. "Porque era especialista en fallar lo que tenía que meter y en meter lo que iba a fallar". Cinco horas con Mario en la carretera de Burgos son agotadoras y excitantes a partes iguales. Un poco como el pavo y la cerveza. Como Salinas en su momento. Cinco horas tan desbocadas como un personaje difícil de descifrar.

-Si bajara ahora mismo un marciano y tuvieras que explicarle quién es Mario Vaquerizo, ¿qué le dirías?

-Le diría que soy su compañero. Creo que a mí los marcianos me dirían: "Anda, maricón, pasa pa’ la nave".

Cuatro meses después del aparatoso aterrizaje que sufrió durante un concierto de las Nancys Rubias en Cáceres, Mario Vaquerizo (Madrid, 50 años) está de vuelta. Verborreico como siempre. Mamarracho como nunca. Con nueva gira en el calendario, otra vez en la carretera y con single para estrenar. La canción se llama Reset y dice el artista que resume la filosofía a la que se ha agarrado tras un accidente que casi le deja tieso. "Después del hostión que me di, y del que sólo salí vivo gracias a Dios, ha cambiado la concepción que tenía del mundo y de mí mismo", se confiesa. "A mí siempre se me ha llenado la boca diciendo que, si alguna vez tenía un accidente o me quedaba paralítico, quería seguir viviendo. Que si me quedaba en coma, me mantuvieran. Pero después de lo que pasó, me he dado cuenta de que ya no quiero estar muerto en vida".

¿Le tienes ahora más miedo a la muerte?
No tengo ningún miedo, pero no me gustaría morirme en este momento. No me viene bien.
¿Cómo recuerdas ahora la caída?
No recuerdo nada. Sólo sé que estaba cantando, era el final de gira en el festival Horteralia y yo no estaba del todo bien porque había tenido un disgusto laboral. A mí no me cuesta nada trabajar porque mis aficiones se han convertido en mi medio de vida, pero es cierto que ese día no estaba centrado. Yo veo este accidente como una señal divina. La vida me paró para decirme: relájate un poquito y tómate las cosas con más calma. No me tropecé ni me caí. Lo que pasó es que coloqué el giratutto en un sitio en el que no había espacio, salté al vacío y la hostia fue considerable. Tuve la caída de Superman. La caída del caballo, la llaman. Estuve cuatro minutos sin conocimiento, con los ojos abiertos y tirado en el suelo. Los médicos me dijeron que me salvó que soy muy deportista, que soy una persona sana y que peso poco, porque si no, me habría partido el cuello. O me quedo en silla de ruedas como Christopher Reeve o me quedo ciego o directamente muerto. No se me rompieron las vértebras porque el cardado me salvó la vida. Llevaba un cardado y una laca que es como un casco de moto. Luego digo estas cosas y la gente dirá: este maricón se lo toma a chufla, pero es que es la actitud que yo tengo. ¡Viva el cardado y viva la laca! He vuelto a nacer.
Para saber más

El parte médico dice que Vaquerizo quedó inconsciente, sufrió una fisura en dos vértebras y perdió la visión tras perder el riego en los globos oculares. "Dejé de ver y a los tres días sólo veía como un helecho fluorescente rosa", cuenta él. "Yo pensaba que era producto de los opiáceos que me estaban metiendo para soportar el dolor, pero me contó la oftalmóloga que tenía el síndrome de Alicia en el país de las maravillas. Cuando el ojo no ve algo, el cerebro se lo inventa. Y por esa cosa lúdica que tengo yo, mi cerebro se inventa cosas bonitas. Hay gente que ve culebras y se vuelve loca. Pero yo estaba como en Marina D’Or, veía dinosaurios chiquititos y los cohetes de la feria".

¿Cómo llevas tener un accidente tan grave y que la gente se lo tome todo a broma?
A mí eso me da igual.
Casi te matas y te convertiste al instante en un meme.
Es que eso es muy importante. Si quienes hacen esas cosas, lo hacen con alguna intención de joderme, se equivocan. Si no eres meme, no eres nadie. Hay que ser tendencia. Hay mucha gente hija de puta que quiere hacerte llorar, pero no saben que yo me río de ellos. Jamás pensé que sería tan famoso en este país como para abrir los telediarios por una caída. Los que hacen memes de mí son unos muertos de hambre y nadie habla de ellos. Yo me quedo con todas las muestras de cariño que me han llegado por todos los lados.
¿De todo lo que se dice de ti, que es lo que más te molesta?
Que soy un hombre. Jajajaja. No, es broma. No me molesta nada, te lo digo en serio. Entiendo que soy una persona muy marciana, pero no hago nada ni para epatar, ni para provocar. Soy así porque me hace sentirme bien a mí. Si me ven como un mamarracho me da exactamente igual. El truco es no dejarse contaminar por gente absurda. Porque tú me quieres provocar a mí y yo estoy por encima del bien, del mal y de Tino Casal.

Son las 12 en punto de la mañana y la furgoneta recoge a Mario Vaquerizo en la puerta de uno de los seis pisos que tiene en la Gran Vía de Madrid. "Yo creo en el ladrillo, soy muy folclórica para eso", reivindica. "Soy más folclórica que María José Cantudo, que Lola Flores, que Marujita Díaz y que Marifé de Triana".

El cantante asoma con un pantalón de chándal rojo, zapatillas verdes, camiseta vieja de Fangoria y chaquetón negro. La melena gris recogida en unos rulos. Viene acompañado de su peluquero y su maquillador y cargado con una bolsa de plástico con cuatro o cinco latas de cerveza y un poquito de pavo. Por delante, 100 kilómetros de carretera hasta el imponente toro de Osborne que vigila la A-1 a la altura de Fresno de la Fuente. "Ese toro me representa y representa a mi padre, a mi madre, mis viajes a Cambrils o a Benalmádena antes de ir al Tivoli World en la Costa del Sol por carreteras nacionales que eran muy peligrosas pero divinas. El toro de Osborne es un símbolo de España, como el neón de Tío Pepe".

Si hubiera que cambiarlo ahora, ¿qué símbolo pondrías tú?
Me pondría a mí.
¿Qué tal te llevas con Mario Vaquerizo?
He aprendido a llevarme bien con Mario Vaquerizo, pero cuando se pone insolente o pierde las formas o tiene ese punto infeccioso, le regaño. El educarse a uno mismo también es un ejercicio que deberíamos hacer más a menudo.
¿Es fácil ser Mario Vaquerizo?
Yo creo que sí. Lo que no creo que sea fácil es aguantar a Mario Vaquerizo.
¿Qué te saca a ti de quicio?
Las mierdas. La gente que es tonta, la gente que no es profesional, la gente maleducada, la gente que te quiere sacar de tus casillas, la gente absurda, prejuiciosa, la gente polarizada, dogmática, la gente que impone su opinión y quiere que tú le sigas dando la razón. La gente que va de aperturista y en realidad es fascista. La gente que se dedica a cancelar. ¿Qué es eso de la cancelación? Por favor, que estamos en el siglo XXI, a punto del siglo XXII. ¡Existe la libertad de expresión! ¿Quién eres tú para cancelar?
¿Qué te parece lo que ha pasado con Karla Sofía Gascón?
Pobrecita mía. Me imagino que no lo estará pasando nada bien. Para mí, es muy buena actriz, pero hay que entender que Hollywood no sólo premia tu interpretación, también tu pauta de comportamiento. A mí me da mucha pena porque, además, quién soy yo para decir lo que tiene que pensar una persona.
¿Cuánto te autocensuras tú?
Ahora un poco, pero depende de cómo me pille el día. Hoy como estoy relajado y llevo unos rulos, pues me toca el coño. La autocensura es el mal por el que estamos pasando personas de mi generación que fuimos educadas en la libertad de expresión. Antes existía aquella cosa de la Ley de vagos y maleantes y hoy existe la ley de la cancelación. Es lo mismo. Antes te pegaban por llevar el pelo largo y ahora te condenan por salirte del discurso oficial.
¿Pero de verdad crees que hoy hay menos libertad que hace 40 o 50 años?
¿Tú crees que hoy Alaska podría hacer una película como Pepi, Luci, Bom? A Almodóvar lo meterían en la cárcel por poner a una menor de 16 años a hacer una lluvia dorada a Carmen Maura. Hemos avanzado un montón, pero los avances los tenemos que saber gestionar. Es como lo de las redes sociales: son un avance si se hace un buen uso y no si sirven para que los políticos se comuniquen con tuits como si fueran niñatas.

"No soy un acólito de ningún partido, hago lo que me sale del coño. Soy del partido Vaquerizo, soy mi presidente del gobierno y en mi casa hago lo que me apetece y con mi línea editorial"

En las redes sociales dicen que Mario Vaquerizo es un facha y que es amigo de Ayuso.
A quien me llame facha le digo que no tiene ni puta idea. Y como le vea, le arrastro, que decía la Veneno. Yo no estoy vinculado a nadie. Sólo a mis rulos y a mi cardado. Yo soy una persona libre, nada dogmática ni extremista. Ni de un sitio ni de otro. Yo no soy un acólito de ningún partido, hago lo que me sale del coño. Soy del partido Vaquerizo, soy mi presidente del gobierno y en mi casa hago lo que me apetece y con mi línea editorial. A veces coincide con un partido, a veces coincide con otro.
¿Tú no te consideras de derechas?
Yo me considero de centro, del partido del gris perla. En el medio está la virtud y los extremos son malísimos. La extrema izquierda y la extrema derecha es lo peor que le puede pasar a cualquier sociedad.
¿Te han ofrecido alguna vez participar en política?
Sí, pero dije que no. Aunque en el fondo me encantaría cerrar una campaña. Artistas como Normal Duval o Ana Belén lo han hecho, pero yo no estoy a ese nivel. Si ellas se sienten identificadas con su partido, adelante.
¿Con qué partido lo harías tú?
Con mi partido Nancy. Yo soy de la filosofía warholiana y me daba igual a quién votaba Warhol. Me gustaban sus cuadros, los libros que hacía... Igual que David Bowie o Phil Spector. El hijo de puta tenía que estar en la cárcel por matar a una mujer, pero no voy a dejar de admirar lo que hizo con Ike y Tina Turner, con Sonny y Cher, las Ronettes... Me encantaba Phil Spector cuando iba al juicio a declarar con su cardado. Me parecía lo más, y eso no quitaba que era un asesino.

Son casi las dos de la tarde. Mario Vaquerizo se despelota en mitad de un descampado a la altura de Grajera. Hace un frío de narices. Adiós chándal, hola traje de chaqueta. El líder de las Nancys Rubias cambia las New Balance verdes por unos botines de Yves Saint Laurent, los rulos por su melena de ronette y la camiseta de Fangoria por una blusa vaporosa de lunares que se le engancha en una zarza justo bajo los huevos del toro de Osborne. "Una cosita te voy a decir: yo todo esto sólo lo hago porque soy un egocéntrico".

En estos tiempos en los que todo nos lo tomamos tan en serio, ¿qué valor tiene para ti la frivolidad?
Yo creo que la frivolidad te salva la vida. A mí me ha salvado la vida el cardado y la frivolidad. Hace falta reírse más de uno mismo.
¿Cuánto se parece tu vida con 50 años a la vida que soñaste de pequeño?
Mira, yo de pequeño quería ser John Travolta. Así que siempre fui un niño raro. Mi abuela Luisa me hacía los disfraces de Grease y me compraba la Superpop a escondidas de mi padre. No jugaba al fútbol ni a las canicas, pero era muy feliz. Vivía en una burbuja vital matriarcal, que era maravillosa y forjó cómo soy hoy. Mi adolescencia fue un poquito más complicada porque los chicos del instituto me llamaban maricón. Yo he tenido una pluma plumón desde pequeñito, pero al final era yo el que se quedaba con las chicas.
¿Cuántas veces has tenido que salir del armario como heterosexual?
Creo que después de 25 años ha quedado zanjado eso de que el maricón se quiere aprovechar de su diva. A mí que me llamen maricón por ponerme rulos me da igual. Me molesta por mi mujer, porque la están infravalorando. ¿Qué es Alaska? ¿Una muñeca? ¿Se muere por inanición en casa? A mí me encantaría ser bisexual y los chicos me gustan físicamente, pero a veces pienso en situaciones con un hombre y no me sale.
¿Y cómo llevas ser el marido de...?
Pues fenomenal. Estoy con la chica más total del mundo sin haberlo pretendido. Y encima está buenísima y me quiere.
¿Cuándo supiste que habías conseguido ser lo que querías ser?
Un paso importante fue cuando formamos las Nancys Rubias, pero todo me vino dado. Yo quería ser periodista y acabé siendo famoso porque me casé con Alaska y quería ser cantante, pero sólo tuve un grupo porque lo decidió mi amigo Juan Pedro.
Dices que tu grupo no forma parte de la industria, pero que todo el mundo lo conoce.
Somos un grupo autoprefabricado y estamos a punto de que nos consideren y ser absorbidos por el mainstream. Jajajaja. Si suenas en la radio está muy bien, pero si no suenas también existes. Ahora vamos a inaugurar los carnavales de Cádiz y las Nancys tenemos suerte de que tenemos otros satélites. Yo salgo con Ana Rosa, voy donde me llaman. Y mido muy bien mi nivel de popularidad. Mira, el otro día estaba comprando mis cervezas y un poquito de pavo y me dejé los pantalones del chándal en el supermercado. Y un grupo de niños me reconoció por El hormiguero. Soy muy transversal. Le gusto a los niños. Y a las niñas. Y a las abuelas. Y a las madres.
¿Cuánto hay de prefabricado en ti?
No es lo mismo prefabricado que autoprefabricado. A mí nadie me dice que me tengo que poner un cardado, me lo pongo yo. A mí la compañía de discos no me dice lo que tengo que hacer. Si Mario Vaquerizo fuera un personaje, estaría destrozado. Soy así. Una entretenedora. Y si me aburro, lo dejo.
¿Hay algo que nunca harías por dinero?
Pues hombre, yo qué sé... ¿Una publicidad del Ku klux klan?
¿Cómo lidias con la fama?
Lidio muy bien con la fama y con el anonimato. También te digo que si me pagan un dineral por anunciar un coche en Atocha, luego no me voy a quejar por hacerme una foto con alguien en la estación. Eso se llama ser un hijo de puta internacional. A mí lo que me molesta es que no me pidan la foto. A Olvido le gusta pasar más desapercibida, pero a mí me gusta que me miren.
¿Qué habría sido de ti sin Alaska?
Yo creo que seguiría siendo el mismo, pero hubiera sido peor persona. Y no estaría tan seguro de mí mismo. De ella he aprendido que hay que ser dueño de tu vida y que el reconocimiento está en uno mismo y no en los demás.
¿Te habría gustado ser padre?
Me hubiera gustado ser padre, sí, pero ahora pienso que, tal y como está la sociedad, qué lista fue mi mujer que me quitó las ganas. Creo que habría sido un buen padre, pero no sé si estoy capacitado para educar porque yo me dedico a malcriar. La muerte de mi hermano me hizo muy protector y muy patriarca. No quiero que a mi gente le pase nada.

Tu hermano murió atropellado por una ambulancia con 32 años, pero también has vivido la muerte de Susie Pop, fundadora de las Nancys Rubias, con 33 años, la de tu amigo David Delfín con 46, la de Bimba Bosé con 41, Carlos Berlanga con 42...
Cuando te llevas el primer hostión crees que no lo vas a superar nunca, pero es mentira. El ser humano es maravilloso y tiene un gran instinto de supervivencia. Y luego todo es diferente. La muerte de mi hermano fue muy dura, pero al menos sé que él no sufrió. Me dio mucha más pena la muerte de David Delfín y de Bimba, porque murieron en vida. Tuvieron que asistir a una enfermedad y a un proceso de desaparición siendo conscientes.
¿Estos episodios no te han hecho dudar de Dios?
No. A mí la fe me ha servido mucho. Yo no daba un duro por mis ojos y me encomendé a Santa Lucía y a todos mis santitos. Y en el hospital, Fabio McNamara me trajo agua de la Virgen de Umbe. Y luego es que rezar es muy bonito. Dios te salve, María, llena eres de gracia. El Señor es contigo... Es un mantra, como meditar.
¿No cambiaron tampoco tu forma de ver la vida?
Mira, hay una cosa en la vida que es muy clara: que nacemos y que nos vamos a morir. Yo pienso que voy a vivir 90 años porque si pensara que en esta furgoneta estamos expuestos a un peligro, no haría esta foto con el toro de Osborne. Morirme ahora me daría mucha rabia.
¿Cómo te imaginas con esos 90 años?
Pues mira, teniendo un hotel en mi casa y Alaska y yo recibiendo a la gente como en la Rue del Percebe.
Lo de morir en el escenario no, ¿verdad?
Lo del sexo, drogas y rock and roll está muy bien en algunos momentos, pero hacer de esa ecuación un modo de vida me parece un poco coñazo.