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Entrevista no vista

Carmen Moriyón, alcaldesa de Gijón: "El señor Cascos nos estafó política y moralmente"

Compatibiliza su profesión de médico con la alcaldía gijonesa, donde lleva casi 10 años en dos etapas. Desalojó al PSOE de su feudo con la formación que preside [Foro Asturias]. Ha sufrido con el juicio al ex vicepresidente del Gobierno de Aznar

Carmen Moriyón, alcaldesa de Gijón, con sus gafas rojas.
Carmen Moriyón, alcaldesa de Gijón, con sus gafas rojas.CARLOS GARCÍA POZO
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¿Se siente médico antes que alcaldesa?
Lo llevaba dentro desde los 15 ó 16 años. Un gabinete de psicólogos me dijo que no era apta para la medicina. Me rebelé. Nunca olvidaré a una profesora de matemáticas, física y química que me empujó con un «tú puedes» impagable.
¿Es imprescindible saber escuchar en la consulta y en la calle?
Se aprende con los años. Cuando eres joven crees que a los pacientes debes decirles las cosas y que deben confiar en ti. Hay que empatizar. A veces ayudar es sólo escuchar.
¿Existe un juramento hipocrático en la política?
No, por desgracia. Hoy todo vale, y eso es un horror. Hay que ser valiente. Ahora tengo una edad en la que no tengo nada que ocultar ni temer.
¿Duele más la traición de los tuyos o las insidias de los otros?
Siempre la traición de los tuyos. Pero las insidias de los otros, en ocasiones, son insoportables.
¿Qué se le dice al ciudadano como enfermo desencantado de la política?
Que le entiendo perfectamente. Lo bueno de una alcaldía es que estás cerca de la gente.
¿Le ha dolido la cabeza y pesado el ánimo con el juicio a Cascos?
No voy a hablar en concreto del proceso. Pero sí de la estafa que nos supuso. El señor Francisco Álvarez Cascos nos estafó política y moralmente. Nos dejó tirados. Tenía sus planes personales.
A usted no le tiembla el pulso ni con el PSOE ni con Vox. ¿Cuál es el precio de la independencia?
El precio de la independencia es un castigo permanente. Yo toda mi vida, personal y pública, la tengo expuesta. Ayer mismo en el Pleno hice entrega a la Secretaría Letrada del papel de mi certificado fiscal. Compatibilizo mi profesión con la alcaldía y eso no lo hace nadie. Me mandaban personas a vigilar a qué hora entraba en el hospital por la tarde a trabajar, si iba en coche oficial. Anónimos, pegatinas por las farolas... Es el precio de haber desalojado al PSOE de Gijón, un partido acomodado durante 30 años en la institución que llega a creerse que es la institución.
España ha vuelto a liderar la lista mundial de consumo de benzodiazepinas. ¿Qué lectura le da?
No nos tiene que dar vergüenza acudir al especialista. Nuestra cabeza no siempre tiene todas las herramientas para gestionar el momento que nos toca vivir. ¿De qué te vale que te hayamos operado de cáncer de mama y vivas, si vives infeliz?
¿Pero no hay una ligereza a la hora de recetar, generando en ocasiones problemas de adicción?
Por eso digo que hay que acudir al especialista. Escuchándote va a saber si tú tienes un problema, que a lo mejor es de adaptación, y entonces para eso están los terapeutas, psicólogos y psicólogas que te pueden ayudar sin medicación.
¿Con qué se ríe y relaja?
Tengo mucha suerte porque, lo mismo en el hospital que aquí en el Ayuntamiento, las personas más cercanas con las que trabajo todos los días nos encontramos en una sintonía de humor. Hacemos memes de nosotros mismos. Y eso es bueno.
¿Semana Negra de novela ídem o Feria taurina de Begoña?
Hay que seguir apoyando aquellos eventos consolidados en la ciudad que sean respaldados mayoritariamente por el público. O sea, no tenemos el comportamiento de los socialistas en Gijón con los toros. Practicaron la eliminación de «lo que no me gusta o no empezó conmigo».
¿Qué le pasa a una sociedad donde hay más perros que niños?
Es un dato preocupante. Gijón trabaja en proyectos de ciudad y futuro. Para que la gente joven quiera venir a iniciar un proyecto de vida aquí. [Y emprende un repaso por el parque científico y tecnológico, la milla del conocimiento de Margarita Salas, la llegada de la Universidad Europea, la economía azul...].
¿Le asusta el turismo de masas?
No me asusta porque es nuestra responsabilidad. Fuimos pioneros en poner un límite a las viviendas de uso turístico.
¿Cuánto daría por tener un Sporting en Primera?
¡Madre mía, madre mía! [se echa las manos a la cabeza y resbala por la silla]. Lo daría todo dentro de la legalidad. El Sporting es un sentimiento, esencia de lo nuestro.
¿Por qué Woody Allen tiene una estatua en Oviedo y Garci no la tiene en Gijón?
A Garci realmente le tengo presente porque todos los días paso por delante del Hotel Asturias [uno de los escenarios de la película]. Volver a empezar lo fue todo para Gijón. Qué frágiles somos de memoria. No tengo el honor de conocer a Garci, a quien tanto admiro. Aquellas imágenes del Molinón... Lo llevamos en el corazón. No entiendo cómo no pusimos todo esto en valor. Acogemos la idea.
¿Qué gana España desenterrando a Franco?
No conduce a nada. Esto es un show, un paripé, un montaje del presidente del Gobierno. Hace daño.
¿Se quiere despedir en bable de los lectores?
No tengo que despedirme en bable de los lectores de EL MUNDO porque habitualmente, en mi día a día, no me despido ni saludo en bable.

La pregunta impertinente

P. ¿Cuándo fue la última vez que lloró?

R. Fue el jueves de la semana pasada después de acudir como testigo a la última sesión de un juicio [a Cascos] que para mí resultó especialmente duro.