Nadie se lo esperaba, aunque Rubén Ochandiano llevaba tiempo avisando de que podía ocurrir. Solo ha pasado una vez en la historia de MasterChef Celebrity. Fue con Verónica Forqué, cuando su cuerpo no pudo más y dijo que dejaba el programa. Fue en medio de la pandemia, tras pasar el Covid... Rubén Ochandiano anoche tomó una decisión que dejó a todos descolocados: decidió marcharse por su propio pie.
"Me voy a ir yo porque he dejado de pasármelo bien y quiero quedarme con lo más bonito, prefiero marcharme (...) Lo estoy sintiendo así, con todo el cariño y respeto al programa", explicó Ochandiano, antes incluso de que los jueces pudieran dar un veredicto de la prueba de eliminación y el nombre de quién iba a ser el expulsado. No, no iba a ser él (la expulsada iba a ser Itziar Miranda), pero el actor no iba a permitir que expulsaran a un compañero cuando él se quería ir. Dio un ejemplo a todos, a sus compañeros, a los jueces y a los espectadores. Rubén Ochandiano fue consciente de dónde están sus límites y prefirió dejarlo antes de que su cabeza se bloqueara.
Lo advirtió ya en la primera prueba de la noche, una prueba en la que MasterChef Celebrity 9 sorprendió a los concursantes avisando de que iba a haber un expulsado. Las celebrities tenían que cocinar distintos tipos de pasta con diferentes tipos de cocción. Cristina Cifuentes, a la que le tocó hacer lasaña, tuvo un fallo imperdonable: no lavó las setas de su relleno y los jueces, en lugar de comer lasaña, comieron "una maceta". Fue expulsada, pero cuenta con el delantal de la segunda oportunidad, así que la semana que viene regresará a las cocinas de MasterChef Celebrity.
La lección de Rubén Ochandiano en MasterChef Celebrity
Fue Ochandiano quien, tras una mala valoración de su plato, dijo detrás de cámaras que no estaba dispuesto a que se fuera un compañero que supiera cocinar mejor que él. Aseguró que sabía que no cocinaba, que estaba haciendo todo lo posible por aprender, pero que era consciente de que no llegaba al nivel de MasterChef Celebrity, ni al nivel de sus compañeros. El que avisa no es traidor.
Hiba Abouk y Pelayo Díaz fueron los mejores de la prueba. Es verdad que no solo son los que mejor cocinan, sino también los más competitivos. Ellos han ido a jugar, a ganar, y lo demás no importa. Ya han tenido sus más y sus menos con el resto de sus compañeros por este tema, pero saben que su nivel está muy por encima de los demás y no lo ocultan; lo sacan siempre que pueden.
Así que no solo fueron los mejores, sino que, además, se llevaron las temibles capitanías de la prueba de exteriores. ¡Y ojo! Porque, pese a ser los mejores, la prueba de exteriores fue un auténtico desastre. Hasta tal punto que, por primera vez en esta edición de MasterChef Celebrity, los jueces tuvieron que ponerse el delantal y entrar en las cocinas.
Al principio, parecía que la cosa iba bien. Hiba Abouk había organizado con tino a su equipo; Pelayo Díaz, aunque con un equipo más caótico que el azul de Hiba, también daba la sensación de que lo estaba llevando bien. Pero en MasterChef todo puede cambiar en cuestión de segundos. Y, efectivamente, todo cambió.
Iban demasiado lentos, los platos no se correspondían con los realizados por los chefs invitados, todo se empezó a torcer y, entonces, el descontrol se apoderó de las cocinas de MasterChef Celebrity. El resultado: bronca mayúscula durante la valoración, especialmente de Jordi Cruz, cabreado como solo él sabe cabrearse.
El desastre de Hiba Abouk y Pelayo Díaz en MasterChef Celebrity
"Aspirantes del equipo azul, hoy habéis trabajado sin ritmo, sin gracia y con falta de conocimientos importantes. Primer plato: una langosta que hemos tenido que reconducir. Del siguiente plato teníamos un caldo de pisto crudo, la raya maltratada, hemos tardado en hacerla, toda una cadena de despropósitos. Ha salido bueno, pero no ha sido gracias a vosotros", sentenció el juez.
Tampoco recibió cariño el equipo rojo. "No teníamos nada para emplatar. En el primer plato nunca hubo caviar de pimiento rojo, os dirigí yo en el centollo, me tuve que poner a limpiar, la crema de coliflor y algas podía estar mucho mejor. Y del postre hemos hecho una reversión de la versión que hizo el chef y si a eso le sumamos que ha faltado ritmo y organización, pues está dicho todo. Si hoy Jordi y yo no nos ponemos las chaquetillas, los comensales no comen", sentenció Pepe Rodríguez.
¿Y qué ocurre enMasterChef Celebrity cuando los dos equipos han metido la pata hasta el corvejón? Que todos van a la prueba de eliminación. ¡Delantales negros para todos! Eso sí, ya se sabe que cuando llegas a las cocinas deMasterChefpara enfrentarte a la prueba de eliminación, todo puede cambiar en un segundo. ¡Y vaya si cambió!
Los jueces pidieron a Hiba Abouk y Pelayo Díaz que, como capitanes, salvaran cada uno a un miembro de su equipo. Hiba eligió a Francis Lorenzo, asegurando que "se ha dejado la piel, ha limpiado la raya, se ha puesto con la calderada, ha emplatado, ha limpiado". Y tanto que se dejó la piel: se dejó la piel, los dedos, el brazo... Mientras, Pelayo decidió salvar a Topacio Fresh, que también se dejó los cuernos con los centollos.
No iban a ser los únicos en salvarse. En una jugada sin precedentes en la historia deMasterChef Celebrity, Pepe Rodríguez instó a los dos capitanes a decidir quién de los dos se podía salvar. Pelayo Díaz, al que le va la marcha —"No es honesto, la gente quiere verdad y el que cocina peor de los dos soy yo, así que el peor abajo"— lo tuvo claro: se tenía que salvar Hiba Abouk, quien, por supuesto, no dudó en evitar tener que enfrentarse a una prueba de eliminación.
Pero no iba a ser la única jugada de MasterChef Celebrity. Al llegar a las cocinas, los jueces volvieron a dar la oportunidad de que se salvara otro, y el elegido fue Pelayo Díaz. Cuatro a la galería, el resto a jugársela en una prueba que nunca se había hecho en MasterChef Celebrity: cocinar miniaturas de la mano de Lydia del Olmo (un Sol Repsol). Los delantales negros se enfrentaron a la elaboración de un plato tiny food (comida diminuta) con los utensilios que había debajo de las cajas misteriosas, los ingredientes que quisieran del supermercado y los que había del llamado cultivo hidropónico (un método de cultivo sin suelo que utiliza soluciones minerales para lograr un importante ahorro de agua, energía y espacio).
Rubén Ochandiano, Pocholo Martínez-Bordiú e Itziar Miranda fueron los peores de la prueba. Los jueces tenían claro quién se tenía que ir: era Itzi, pero no iba a ser Itzi. Ochandiano se adelantó, comunicó su decisión y dejó a todos patidifusos. "Estaba a punto de dar el veredicto", le dijo Pepe Rodríguez, mientras Itziar Miranda no podía aguantar la emoción: "Estoy en shock con lo de Rubén, no me lo esperaba y no puedo estar ni contenta".
Rubén Ochandiano lo tenía claro, muy claro. Se fue al saloncito con la cabeza bien alta (¡qué gran ejemplo!) y se explicó perfectamente, tanto que era imposible no aceptar su decisión: "El cuerpo me ha reaccionado así. Me lo he pasado muy bien, he disfrutado mucho de jugar con mis compañeros, pero siento que no he acabado de entrar en el programa y prefiero quedarme con la sensación de cariño y gratitud, y tener un buen recuerdo de todo esto".
Pepe Rodríguez le confesó estar "completamente descolocado". No era para menos. Es raro ver a alguien, y más a un personaje público, que reconozca con tanta sinceridad sus debilidades y sus límites. "Me lo he pasado en grande con vosotros, muchas veces me cuesta integrarme en un grupo y aquí he sentido que en un momento u otro con todo el mundo nos hemos visto el corazón". Y Ochandiano se marchó. Anoche se eliminó a sí mismo, pero fue el gran vencedor.