"Somos seres humanos igual que todos. No hay que ser paternalista, no somos niñitos a los que se les puede poner la mano encima de la cabeza. Somos seres humanos con los mismos derechos". El actor Emilio Gavira lo pudo decir más alto, pero no más claro. Si algo tiene La Revuelta, o mejor dicho, si algo tienen los programas más vistos de la televisión, ya sea uno u otro, es el altavoz que dan a quien acude a ellos. Generalmente, los invitados acuden para promocionar y presentar, pero hay veces, como ocurrió anoche con Emilio Gavira, que es mucho más, que es usar el altavoz que da la televisión para pedir respeto, para mirar más allá. Y eso es lo que hizo anoche el actor con acondroplasia. Y lo hizo alto y claro.
Emilio Gavira visitó por primera vez el programa de David Broncano para presentar la campaña Los bufones de Velázquez, impulsada por la Asociación ADEE. Una iniciativa que busca "reivindicar la dignidad y el justo trato a las personas con acondroplasia".
Por norma general el ser humano no se da cuenta de lo que viven los demás hasta que esos demás no lo visibilizan. Somo así, atrincherados en lo nuestro sin fijarnos en lo que hay nuestro alrededor y en el resto de personas. Si Emilio Gavira no hubiera acudido anoche a La Revuelta, hoy nadie hablaría de la acondroplasia. Si Emilio Gavira no hubiera lanzado una más que justificada protesta a la entrevista de Alfonso Guerra en El Hormiguero, nadie se hubiera percatado de lo que significaron unas determinadas palabras del político sobre las personas con acondroplasia.
"Hoy decimos basta a la deshumanización que durante siglos hemos sufrido las personas con acondroplasia y otras displasias esqueléticas. Para que este sea el siglo de nuestros derechos, de nuestra dignidad y de nuestra plena inclusión en la sociedad", reclamó el actor, tras entregarle a David Broncano una fotografía enmarcada de precisamente esas personas que reclaman dignidad.
Entregó al presentador el cuadro con varios de sus compañeros en la campaña Los bufones de Velázquez, de los que aseguró con orgullo que "tienen un mérito para vivir, para el día a día, que ya quisieran muchos premios en el mundo". "Somos seres humanos igual que toditos los que estáis aquí", sentenció.
La dignidad empieza por el respeto de los demás. Cuando no hay ese respeto o esa persona se siente menospreciada es cuando la dignidad se pierde. Y eso es lo que quiso trasladar Gavira. El actor no dudó ni un segundo en lanzar una rotunda crítica contra la entrevista que el ex vicepresidente Alfonso Guerra concedió a El Hormiguero hace un año.
Probablemente, pocos se acuerden ya de esa entrevista y mucho menos de las palabras que criticó anoche Gavira. Fue una sorpresa, primero, no haber sido conscientes en aquel momento, y, segundo, una sorpresa para David Broncano, que no se esperaba en ningún momento que David Gavira fuera a ser tan claro y directo con la visita de Alfonso Guerra al programa con el que ahora compite.
En su intervención, el político lamentó que ya no se puedan hacer chistes sobre "enanos u homosexuales". El día después de aquella entrevista, nadie se percató de lo que podía significar para las personas acondroplasia esas palabras. Un año después tuvo que ser Gavira quien nos pusiera a todos en nuestro sitio: "En este país, lo de ser enano es tan gracioso que podemos tener a un ex viceprimer ministro contándole a unas hormigas, en programa de prime time...".
David Broncano no le dejó terminar. "Ya me estás metiendo en un lío. No seas cabrón", le espetó el presentador. Sin embargo, Emilio Gavira hizo oídos sordos al aviso de David Broncano y lanzó una pregunta llena de indignación: "¿Cómo se le ocurre a un señor que es ex vicepresidente? Esto te lo digo porque ahí marca el nivel".
Obviamente, Alfonso Guerra no dijo esas palabras para faltar el respeto a nadie, sino para reclamar el dejar de autocensurarnos. El problema es que la libertad de uno acaba cuando pisas la libertad de otro, cuando el otro, en este caso las personas con acondroplasia, se sienten menospreciados. Ese es el problema. Las palabras de Alfonso Guerra fueron exactamente las siguientes: "A mí me dan mucha pena los humoristas porque ya no pueden hablar de nada. Antes había chistes de homosexuales, de enanos, de todo. Ahora es 'eso no, no'".
El actor necesitaba mostrar la indignación que debió sentir aquella noche y no se quedó ahí pese a que David Broncano le pidiese que no le metiera en ningún lío con El Hormiguero, pese a que es raro el día que El Hormiguero no sale a la palestra en La Revuelta. El actor no dudó en reproducir las palabras de Alfonso Guerra: "Dijo: 'Echo en falta en este país más chistes de enanos y de homosexuales'... ¿Cómo se le puede ocurrir semejante cosa a un señor que se supone que nos representa a todos?". Gavira estaba muy enfadado, molesto, indignado. Necesitaba que los demás, que los espectadores, que el público del teatro Gran Vía entendiera lo que suponen esas palabras para las personas con acondroplasia. Lo entendimos.
Esto, el entenderlo, es la razón por la que Emilio Gavira estuvo anoche en La Revuelta. Su intención no era meter en un lío a nadie, ni dejar mal a nadie, era hacernos entender que un chiste sobre "enanos" o sobre "homosexuales" por muy gracioso que pueda parecer a algunos, hace daño, maleduca, indigna. Sin testimonios como el de anoche de Gavira, poco habríamos avanzado, pero por lo que parece todavía nos queda mucho por andar.